La Diada alcanza al independentismo catal¨¢n sin un plan com¨²n para negociar la investidura del Gobierno
Los reiterados anuncios sobre la unidad de acci¨®n chocan con la pugna entre Junts y ERC por liderar la alternativa al PSC en Catalu?a
La br¨²jula que marca el camino del independentismo catal¨¢n tintinea buscando el norte, en v¨ªsperas de la Diada de Catalu?a. Las negociaciones que mantienen Junts per Catalunya y Esquerra Republicana por la investidura del presidente del Gobierno han acallado este a?o las tradicionales reivindicaciones ¨¦picas sobre unid...
La br¨²jula que marca el camino del independentismo catal¨¢n tintinea buscando el norte, en v¨ªsperas de la Diada de Catalu?a. Las negociaciones que mantienen Junts per Catalunya y Esquerra Republicana por la investidura del presidente del Gobierno han acallado este a?o las tradicionales reivindicaciones ¨¦picas sobre unidad, perseverancia y firmeza que serv¨ªan para calentar el ambiente en la previa de la populosa manifestaci¨®n ciudadana que se convoca cada 11 de septiembre. En su pelea por dominar el campo de juego independentista, ERC y Junts reservan para la ret¨®rica y el escaparate de los m¨ªtines la idea de un frente com¨²n y robusto con el que reclamar en Madrid ganancias para Catalu?a o dar alguna continuidad a lo que represent¨® el proc¨¦s.
En los pre¨¢mbulos de la investidura, Carles Puigdemont y Oriol Junqueras han dise?ado peticiones muy parejas, pero sus emisarios afrontan las reuniones con los negociadores de la coalici¨®n progresista con una misma premisa: mejor solos que mal acompa?ados. Mientras, la Assemblea Nacional Catalana (ANC), la entidad civil con m¨¢s capacidad movilizadora, ataca a ambos partidos y les exige que se pongan de acuerdo para ¡°activar¡± la independencia y ¡°no para votar presidentes espa?oles del Estado represor¡±.
Las elecciones del 23-J restaron diputados a Junts y Esquerra en el Congreso, pero los 14 esca?os que suman ambas formaciones, siete para cada una, son determinantes para darle un portazo a la alianza del PP y Vox y decantar la balanza en favor de una reelecci¨®n de Pedro S¨¢nchez. La coyuntura es propicia para entregar un buen pu?ado de tantos a quien mejor sepa negociar, pero tambi¨¦n amenaza con estigmatizar la imagen que Junts y ERC tratan de cultivar dentro del independentismo, y que consiste en marcar distancias, al menos en p¨²blico, con cualquier gui?o de complicidad con el Gobierno y sus representantes. Detr¨¢s de los gestos subyace el inter¨¦s por aparecer como el representante m¨¢s puro del independentismo, para plantar cara al estir¨®n del PSC en Catalu?a.
La ANC advierte estos d¨ªas que el mandato independentista exige ¡°no llegar a ning¨²n acuerdo con las instituciones espa?olas¡± y llama a ¡°aprovechar¡± la situaci¨®n de ¡°debilidad¡± que provoca la incertidumbre actual en el Congreso para ¡°hacer efectiva la declaraci¨®n de independencia que est¨¢ congelada desde el mes de octubre de 2017¡å. ?mnium Cultural, la otra entidad catalanista con potente arraigo, se aleja de las soflamas fundamentalistas de la ANC, pero aborda el 11-S con la idea de ¡°salir a la calle para mostrarle al mundo que el conflicto pol¨ªtico entre Catalu?a y el Estado sigue vivo¡±, en palabras del presidente, Xavier Antich. El fragor de la Diada impacta en las negociaciones de Junts y ERC por la investidura. En los puestos de mando de las dos principales opciones pol¨ªticas del separatismo catal¨¢n, toda vez que la CUP se ha encogido hasta la irrelevancia, se asume la idea que desairar los aciertos del rival es tan importante como rentabilizar los logros propios.
Carles Puigdemont, que no ejerce ning¨²n cargo org¨¢nico en Junts pero comanda la estrategia negociadora con el PSOE y Sumar, hizo hincapi¨¦ en su conferencia del lunes que si se aceptan las condiciones que pone Junts para la reelecci¨®n de S¨¢nchez se habr¨¢ alcanzado un ¡°acuerdo hist¨®rico¡±. Puigdemont, pr¨®fugo de la justicia espa?ola desde hace casi seis a?os, pide que el Estado respete ¡°la legitimidad democr¨¢tica¡± del independentismo; que se cree un ¡°mecanismo de mediaci¨®n y verificaci¨®n¡± para garantizar el cumplimiento de los acuerdos; que se produzca un ¡°abandono completo y efectivo de la v¨ªa judicial contra el independentismo¡± y que los ¡°¨²nicos l¨ªmites¡± a cualquier pacto sea los establecidos por los ¡°tratados internacionales que hacen referencia a los derechos humanos¡±, es decir, que el l¨ªmite no sea la Constituci¨®n.
Esquerra trata de restar car¨¢cter heroico a las reclamaciones de Junts y Puigdemont, apuntando que la desjudicializaci¨®n del proc¨¦s, mediante una ley de amnist¨ªa, es una reclamaci¨®n ordinaria del independentismo. Los republicanos esgrimen que, de entrada, la negociaci¨®n con el PSOE durante la legislatura pasada propici¨® los indultos a los condenados por organizar el refer¨¦ndum del 1-O y la modificaci¨®n del C¨®digo Penal. ¡°No puedo hacer otra cosa que mostrar satisfacci¨®n, subrayar la coincidencia y destacar una obviedad: si coincidimos y adem¨¢s nos coordinamos tendremos m¨¢s fuerza¡±, replic¨® Pere Aragon¨¨s, a las palabras de Puigdemont. La portavoz del Govern valor¨® que los objetivos fijados por el eurodiputado de Junts son ¡°casi id¨¦nticos¡± a los que fija la Generalitat para entenderse con S¨¢nchez. La portavoz de ERC, Marta Vilalta, ha ido un poco m¨¢s all¨¢, al aplaudir que Junts opte finalmente por la v¨ªa negociadora con el Gobierno ¡°tras cuatro a?os de cr¨ªticas y de poner palos a las ruedas¡±.
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