Catalu?a entra en modo electoral
Pere Aragon¨¦s no lo tendr¨¢ f¨¢cil con el pa¨ªs reventando de problemas por todas sus costuras. Salvador Illa, en cambio, se encuentra ante el mejor escenario posible: liderazgo incuestionado y unidad interna
Con la designaci¨®n de facto de Pere Aragon¨¨s y Salvador Illa como candidatos a la presidencia de la Generalitat, Catalu?a entra formalmente en modo electoral. Aunque la pretensi¨®n de Aragon¨¦s es agotar la legislatura, ser¨ªa lo m¨¢s parecido a un milagro que pudiera completarla con tan solo 33 diputados de 135. La volatilidad de la pol¨ªtica hace dif¨ªcil que lo consiga, pero precisamente porque todo es tan ine...
Con la designaci¨®n de facto de Pere Aragon¨¨s y Salvador Illa como candidatos a la presidencia de la Generalitat, Catalu?a entra formalmente en modo electoral. Aunque la pretensi¨®n de Aragon¨¦s es agotar la legislatura, ser¨ªa lo m¨¢s parecido a un milagro que pudiera completarla con tan solo 33 diputados de 135. La volatilidad de la pol¨ªtica hace dif¨ªcil que lo consiga, pero precisamente porque todo es tan inestable, tambi¨¦n es posible que Aragon¨¦s pueda beneficiarse de un equilibrio de debilidades que le permita mantenerse en el poder.
Sea como sea, la estrategia de ERC es mostrarse como una fuerza de gobierno seria y responsable. La de Illa, insistir en que Catalunya merece un gobierno mejor, que la ponga al d¨ªa y le garantice estabilidad. El candidato socialista encara la carrera con la tranquilidad de una l¨ªnea s¨®lidamente ascendente, tanto en los resultados de las ¨²ltimas elecciones como en los sondeos. Aragon¨¦s en cambio va a tener que batallar en un territorio hostil que, aunque siga sin llover, puede enfangarse por la descarnada lucha por el voto entre ERC y Junts. A nadie se le escapa que la manera que tiene Junts de negociar con el PSOE persigue recuperar su condici¨®n de principal interlocutor catal¨¢n en Madrid y al mismo tiempo erosionar la capacidad de ERC como partido de gobierno. En la ¨²ltima encuesta del CEO la imagen del gobierno catal¨¢n mejora pero se queda en un aprobado raspado.
Tanto ERC como Junts est¨¢n muy pendientes, y maniobran todo lo que pueden en las tripas del independentismo, de que la pugna se limite a ellos dos -con la siempre incierta participaci¨®n de la CUP- y no cuaje la candidatura c¨ªvica que promueve la presidenta de la Asamblea Nacional Catalana (ANC), Dolors Feliu. Porque si esta prospera, con un electorado en retroceso y m¨¢s listas compitiendo por la misma bolsa de votos, entonces las cosas se les van a complicar a todos. La mayor¨ªa parlamentaria del independentismo puede desvanecerse en un mar de reproches y rencillas dif¨ªcilmente superables. La rebeli¨®n de algunas secciones territoriales de la ANC, como las de Lleida, Girona o Matar¨®, contra la presentaci¨®n de una candidatura forma parte de esa pugna. Alegan que los estatutos no permiten actuar como un partido pol¨ªtico, pero los de Feliu est¨¢n determinados a seguir adelante soslayando ese inconveniente mediante una agrupaci¨®n de electores que, seg¨²n dicen, preservar¨ªa la transversalidad del movimiento que reivindican.
Que Junts y ERC no hayan sido capaces de pactar las enmiendas a la proposici¨®n de ley de amnist¨ªa en el Congreso y que los postconvergentes se nieguen a apoyar los presupuestos de Aragon¨¦s para 2024 en el Parlament indica la profundidad de la sima que les separa. Junts ni siquiera tiene a¨²n candidato a la presidencia de la Generalitat. En cuanto a Esquerra, una vez que Junqueras se ha hecho a un lado ante las dudas de que la amnist¨ªa llegue a tiempo, Aragon¨¦s tiene la v¨ªa expedita para lanzarse a la campa?a. Pero no lo va a tener f¨¢cil, con el pa¨ªs reventando de problemas por todas sus costuras. Salvador Illa, en cambio, se encuentra ante el mejor escenario posible. Liderazgo incuestionado, unidad interna sin fisuras y unas expectativas electorales que no dejan de crecer.
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