Relanzar Barcelona
No basta con contar el n¨²mero de turistas, aunque sea de r¨¦cord. Barcelona requiere que vuelva a proyectarse pol¨ªticamente, que salga de la sombra en la que est¨¢ escondida
La negociaci¨®n de los presupuestos de Barcelona deber¨ªa marcar el inicio de un per¨ªodo de relanzamiento pol¨ªtico de la ciudad. No parece sencillo. Tal como se est¨¢ llevando, es m¨¢s la construcci¨®n de un puzzle, ...
La negociaci¨®n de los presupuestos de Barcelona deber¨ªa marcar el inicio de un per¨ªodo de relanzamiento pol¨ªtico de la ciudad. No parece sencillo. Tal como se est¨¢ llevando, es m¨¢s la construcci¨®n de un puzzle, en que cada cual busca colocar alguna pieza propia, que el fruto de un debate que pueda leerse en t¨¦rminos de ambici¨®n y proyecto compartido. Hay que evitar que Barcelona siga perdiendo visibilidad.
Me dijo en cierto ocasi¨®n el presidente Pujol que Catalu?a s¨®lo hab¨ªa tenido dos proyectos pol¨ªticos: el suyo y el de Pasqual Maragall y que en el fondo eran complementarios. Dejo al lector la reflexi¨®n sobre este juicio, me voy a la necesidad de relanzamiento de la Barcelona actual demasiado eclipsada en los ¨²ltimos a?os por el independentismo. Y es precisamente en el momento en que ¨¦ste ha constatado sus l¨ªmites que la ausencia de proyecto de ciudad se hace m¨¢s notorio. ?Es posible que se vuelva a hablar del modelo Barcelona, que Frederic Edelmann categoriz¨® en Le Monde en los a?os 80? Desde entonces ha habido un solo y t¨ªmido intento de volver a singularizar pol¨ªticamente la ciudad. Fue el de Ada Colau y los comunes que por su inexperiencia, por sus or¨ªgenes, por el rechazo de los poderes econ¨®micos, de ciertos sectores sociales y de buena parte de los medi¨¢ticos que convert¨ªan en un escarnio cualquier innovaci¨®n fueron desdibuj¨¢ndose sin consolidar alianzas suficientes para avanzar.
Barcelona es la gran capital de este pa¨ªs. Y una de las v¨ªas m¨¢s efectivas para estar en el mundo
La irrupci¨®n del proceso independentista, que fue acaparando paulatinamente la escena (y m¨¢s todav¨ªa en la medida en que las instituciones espa?olas incapaces de responder pol¨ªticamente optaron por la represi¨®n) ha desdibujado Barcelona, que ha entrado en un per¨ªodo confuso del que es urgente salir. Y el peligro es que la ciudad se instale en la politiquer¨ªa, los arreglos entre los intereses clientelares de unos y otros, y siga alej¨¢ndose del liderazgo que le corresponde. Barcelona es la gran capital de este pa¨ªs. Y una de las v¨ªas m¨¢s efectivas para estar en el mundo. Y el Ayuntamiento no se puede reducir a una simple gestor¨ªa de la ciudad y sus servicios. Con o sin independencia, Catalu?a la necesita en primer plano y con personalidad propia. Y ahora mismo est¨¢ en un atasco. Nadie osa apostar para que emerja como actor pol¨ªtico singular. Y es un mal negocio para todos: Barcelona no puede ser reh¨¦n de nadie, tampoco del independentismo.
Y ahora mismo est¨¢ en un atasco. Nadie osa apostar para que emerja como actor pol¨ªtico singular
?Es posible esta singularidad de la ciudad? Deber¨ªa serlo. Pero es necesario que se formule el proyecto adecuado al momento actual, con la autoridad necesaria para defenderlo y la capacidad de desplegarlo sumando aliados como ocurri¨® en otros tiempos. Y que el conjunto del pa¨ªs entienda que el mundo reconozca Barcelona es de inter¨¦s de todos. Si adem¨¢s introduce nervio y ritmo en la vida pol¨ªtica catalana, ahora mismo en fase de profunda resaca, todos saldremos ganando. No basta con contar el n¨²mero de turistas, aunque sea de r¨¦cord. Se requiere que vuelva a proyectarse pol¨ªticamente, que salga de la sombra en la que est¨¢ escondida actualmente. Es decir, que encuentre un proyecto pol¨ªtico que llene el vac¨ªo del momento y que aporte ritmo a una ciudad que lo tiene todo para estar m¨¢s presente que nunca.
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