La investigaci¨®n descarta indicios criminales en la muerte de un sospechoso de asesinato en un incendio de Badalona

La investigaci¨®n de la muerte de ?scar Arriba el pasado 28 de mayo en un incendio en un piso en Badalona concluye que no es criminal. El hombre muri¨® asfixiado a causa del humo, y los agentes no han esclarecido a¨²n, ni quiz¨¢ lo logren nunca, si fue un suicido o un accidente, seg¨²n fuentes de la investigaci¨®n. Arriba vivi¨® los ¨²ltimos meses de su vida con la amenaza de ser detenido en cualquier momento por los Mossos d¡¯Esquadra, acusado de haber matado y descuartizado a Joan Pere ...

La investigaci¨®n de la muerte de ?scar Arriba el pasado 28 de mayo en un incendio en un piso en Badalona concluye que no es criminal. El hombre muri¨® asfixiado a causa del humo, y los agentes no han esclarecido a¨²n, ni quiz¨¢ lo logren nunca, si fue un suicido o un accidente, seg¨²n fuentes de la investigaci¨®n. Arriba vivi¨® los ¨²ltimos meses de su vida con la amenaza de ser detenido en cualquier momento por los Mossos d¡¯Esquadra, acusado de haber matado y descuartizado a Joan Pere Madurell, un hombre al que conoci¨® una tarde de fiesta. Pero la polic¨ªa no lleg¨® a tiempo a detenerlo: Arriba falleci¨® inesperadamente y con ¨¦l se cerraron tambi¨¦n los caminos de la investigaci¨®n por la muerte de Madurell.

La polic¨ªa catalana fue alertada del incendio en la calle de Granada de Badalona a medianoche de un lunes, y al llegar descubrieron que el muerto no era cualquiera: se trataba de ?scar Arriba, a quien la unidad de desaparecidos ten¨ªa desde hac¨ªa meses bajo el radar por el asesinato de Madurell. La investigaci¨®n se centr¨® en dilucidar si a ¨¦l tambi¨¦n lo hab¨ªan asesinado. La autopsia inicial descart¨® signos externos de violencia, y finalmente concluy¨® que hab¨ªa fallecido asfixiado a causa del humo. La causa sigue abierta, pendiente del an¨¢lisis de diversos objetos que se recuperaron del domicilio que pudiesen alumbrar si Arribas se quit¨® la vida o fue un accidente.

La historia de Madurell y Arriba empez¨® y acab¨® la tarde-noche del 29 de enero. Ambos se conocieron en una parada de metro, y se fueron juntos de copas a un bar. En el ¨²ltimo v¨ªdeo que Madurell env¨ªa a su pareja sale junto a Arriba, de fiesta, en el local. Y desde aquella noche, ya nunca m¨¢s se supo de ¨¦l, hasta que el 7 de marzo un hombre que buscaba esp¨¢rragos encontr¨® un cr¨¢neo que result¨® ser de Madurell. Poco despu¨¦s, se hall¨® el torso de la v¨ªctima semiescondido entre dos edificios en la zona alta del barrio de Gr¨¤cia de Barcelona.

Arriba asegur¨® ante los Mossos que se fue a casa, y dej¨® a Madurell de fiesta. Y neg¨® tener nada que ver con su desaparici¨®n. Pero a su entorno le confes¨® que hab¨ªa matado a Madurell. Uno de los testigos, amigo de Arriba, asegur¨® a los Mossos que el hombre le hab¨ªa pedido ayuda para deshacerse del cuerpo de la v¨ªctima, seg¨²n fuentes del caso. La situaci¨®n, cada vez m¨¢s complicada, degener¨® en episodios incluso de amenazas a su entorno por parte de Arriba, que vio como aparecieron pintadas en la fachada de su edificio en la que se pod¨ªa leer ¡°asesino¡±.

Los Mossos d¡¯Esquadra estaban estrechando el cerco sobre Arriba. Con el convencimiento de que era el autor del asesinato de Madurell, esperaban reunir indicios suficientes antes de detenerlo. Por mucho que terceros asegurasen que les hab¨ªa confesado el asesinato, quer¨ªan asegurarse por otros medios de prueba de su autor¨ªa. Pero no llegaron a tiempo. Arriba muri¨® el pasado 28 de mayo en el incendio. Fuentes policiales aseguran que la detenci¨®n era inminente, mientras que otras fuentes critican que la polic¨ªa posterg¨® en exceso la detenci¨®n de un hombre que gritaba, a todo aquel que quer¨ªa o¨ªrle, que era un asesino.

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