Los patios de las escuelas se transforman para combatir el cambio clim¨¢tico
Ayuntamientos, como el de Barcelona, o los propios centros est¨¢n impulsando proyectos para plantar ¨¢rboles e instalar mobiliario de madera y juegos m¨¢s diversos
El patio de la escuela Els Porxos de Barcelona era una dura y desangelada pista de hormig¨®n. Pero entonces, hace unos cuatro a?os, alumnos y profesores impulsaron un proceso para repensar estos espacios. Ahora predominan los elementos de madera, los ¨¢rboles, la arena, y resalta una pasarela y las gradas de madera. ¡°Antes el suelo era gris y ahora ...
El patio de la escuela Els Porxos de Barcelona era una dura y desangelada pista de hormig¨®n. Pero entonces, hace unos cuatro a?os, alumnos y profesores impulsaron un proceso para repensar estos espacios. Ahora predominan los elementos de madera, los ¨¢rboles, la arena, y resalta una pasarela y las gradas de madera. ¡°Antes el suelo era gris y ahora tenemos mucha vegetaci¨®n y es m¨¢s bonito¡±, destaca Adam, que este a?o finaliz¨® 6? curso. ¡°Ahora tenemos sitio para jugar y espacios para poder hablar. A m¨ª me gusta hablar con las amigas y correr, pero antes no ten¨ªamos sitio para estar tranquilas¡±, a?ade su compa?era Laia, lamentando que finalizan la primaria y ya no podr¨¢n disfrutar de este espacio.
Els Porxos es una de las escuelas participantes del programa Transformem els patis, que busca cambiar la fisonom¨ªa de los tradicionales recreos de las escuelas y convertirlos en espacios m¨¢s agradables y diversos, donde no predominen las pistas de futbol o baloncesto. Tambi¨¦n se quiere introducir elementos naturales y espacios de sombra para convertir los patios en refugios clim¨¢ticos, teniendo en cuenta que el cambio clim¨¢tico lleva inexorablemente a unas olas de calor cada vez m¨¢s frecuentes y que las escuelas ya sufrieron especialmente estos ¨²ltimos cursos.
El programa Transformem els patis, impulsado por el Ayuntamiento de Barcelona (y ejecutado por el Consorcio de Educaci¨®n de Barcelona) consiste en dotar a cada proyecto con 220.000 euros para transformar de arriba a abajo todo el espacio destinado al recreo de los peque?os: desde colocar elementos de materiales naturales (madera b¨¢sicamente) a plantar ¨¢rboles, crear espacios de sombras, instalar nuevos juegos¡ Desde su puesta en marcha en 2019 ya ha llegado a 71 centros educativos.
La idea del cambio en Els Porxos surgi¨® hace tres a?os, cuando se preguntaron c¨®mo quer¨ªan que fuera la escuela de aqu¨ª a 10 a?os. Y el patio cogi¨® protagonismo. ¡°Nos ped¨ªan un lugar verde y un patio donde todo el mundo tuviera su espacio porque ahora era muy gris¡±, recuerda la directora. Entonces, abrieron un proceso participativo y se seleccionaron los proyectos m¨¢s realistas, aunque el dise?o final qued¨® en manos de los t¨¦cnicos del Consorcio. ¡°Los t¨¦cnicos explicaron a los alumnos qu¨¦ se pod¨ªa llevar a cabo y qu¨¦ no. Por ejemplo, no se pod¨ªa poner el suelo de foam porque desprende mucho calor. Y los ni?os aprendieron muchas cosas¡±, apunta Estel D¨ªaz, secretaria de la escuela y miembro del grupo promotor de la reforma del patio. ¡°Tambi¨¦n hay que interpretar las peticiones de los alumnos: si te piden una piscina es que quieren agua y se pueden instalar puntos de agua¡±, a?ade la directora.
Con todo, las obras se llevaron a cabo durante las vacaciones de verano del a?o pasado. En septiembre, cuando volvieron, se encontraron todo listo. ¡°Ha cambiado la visi¨®n cuando entras. Ya no ves un bloque de cemento, sino que parece que entras en un parque, el espacio es m¨¢s acogedor¡±, confiesa Ochoa. ¡°El patio ahora se disfruta mucho m¨¢s, se nota m¨¢s calma y menos conflictividad porque cada uno encuentra su espacio¡±, a?ade D¨ªaz.
En el centro son conscientes de que la m¨ªnima intervenci¨®n tiene un efecto. Lo han vivido en otro de los patios del colegio, que se mantiene como pista para juegos de pelota, pero donde tambi¨¦n se han colocado unos bancos y una peque?a grada de madera. ¡°Ha cambiado la relaci¨®n entre los chicos, porque ahora se encuentran espacios nuevos y rincones donde se pueden sentar y relacionarse si no quieren jugar a pelota¡±, explica la directora, Clara Ochoa.
La responsable admite que, al principio, hubo ciertas reticencias, especialmente de los alumnos m¨¢s mayores y m¨¢s amantes de la pelota. ¡°No sab¨ªan qu¨¦ hacer ni a qu¨¦ jugar. Estaban a nivel cero de imaginaci¨®n. Entonces sacamos rollos, un mikado, chapas y bolos de madera¡ Tambi¨¦n ha sido una oportunidad para promover la imaginaci¨®n, la conversaci¨®n, para intercambiar cromos¡¡±. Otro de los cambios positivos es que notan que los alumnos cuidan m¨¢s del patio. ¡°Han visto realizado un trabajo que han propuesto y en el que han participado, tambi¨¦n lo sienten como suyo¡±, remata D¨ªaz.
Familias al frente
Otras escuelas y otros municipios tambi¨¦n se han puesto manos a la obra para cambiar la fisonom¨ªa de los patios. Algunos, no obstante, sin tantos recursos ni apoyo de la administraci¨®n. El a?o pasado, familias y docentes de la escuela Enxaneta de Terrassa (Barcelona) se pusieron a idear el tipo de patio que quer¨ªan. Eligieron uno de los espacios m¨¢s vac¨ªos y con m¨¢s potencial de cambio que ten¨ªa -un patio de arena- y decidieron plantar ¨¢rboles e instalar un ¨¢gora -que servir¨¢ para hacer clases en el exterior-, un arenal, una cocina y juegos de calistenia. Las familias dise?aron el proyecto, lograron el material y, en varias jornadas de trabajo, hicieron realidad los planos. Incluso consiguieron sortear las restricciones de la sequ¨ªa regando con el agua sobrante de los grifos de las clases y del comedor. ¡°Los patios no est¨¢n adaptados a las necesidades actuales ni de futuro, no tienen las condiciones de confort adecuadas ni la diversificaci¨®n de juego para que todas las criaturas encuentren su espacio. Adem¨¢s, el patio tambi¨¦n debe ser un lugar de aprendizaje¡±, reclama Bet Mota, responsable del proyecto de patios del AFA Enxaneta.
La renovaci¨®n ha tenido un coste de 23.900 euros, que ha financiado principalmente la asociaci¨®n de familias (18.000), mientras el resto se ha cubierto con una aportaci¨®n de la escuela y una peque?a subvenci¨®n del ayuntamiento (2.300 euros). Mota admite que la Enxaneta, en ser una escuela grande, con recursos y con perfiles familias que han encajado, se ha podido tirar adelante el proyecto, pero reclama que esto en otros centros no es as¨ª y por ello ¡°es necesario la implicaci¨®n de las administraciones y que lo vean como una prioridad para que no se genere desigualdad entre centros y alumnos¡±.
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