Sebasti?o Salgado muestra la Amazonia ¡°pr¨ªstina, la que no ha muerto y que hay que proteger¡± en las Drassanes de Barcelona
La exposici¨®n, con 200 fotograf¨ªas extraordinarias de paisajes e ind¨ªgenas, es fruto de 7 a?os de trabajo y cuenta con una ambientaci¨®n musical de Jean-Michel Jarre
Barcelona se ha convertido estos d¨ªas en la capital de la Amazonia, la Manaos del Mediterr¨¢neo, con la confluencia de dos soberbias exposiciones que abordan el amenazado mundo fluvial y selv¨¢tico del que tanto depende nuestro inmediato ma?ana. A la intensa muestra Amazonias, el futuro ancestral en el CCCB (hasta el 4 de mayo), que incluye un amplio rosario de actividades con presencia de especialistas y representantes de las culturas ind¨ªgenas, se suma desde este martes Amazonia, en las Drassanes (Museu Mar¨ªtim), un espectacular recorrido fotogr¨¢fico por la regi¨®n de la mano del ...
Barcelona se ha convertido estos d¨ªas en la capital de la Amazonia, la Manaos del Mediterr¨¢neo, con la confluencia de dos soberbias exposiciones que abordan el amenazado mundo fluvial y selv¨¢tico del que tanto depende nuestro inmediato ma?ana. A la intensa muestra Amazonias, el futuro ancestral en el CCCB (hasta el 4 de mayo), que incluye un amplio rosario de actividades con presencia de especialistas y representantes de las culturas ind¨ªgenas, se suma desde este martes Amazonia, en las Drassanes (Museu Mar¨ªtim), un espectacular recorrido fotogr¨¢fico por la regi¨®n de la mano del gran Sebasti?o Salgado, una de las personas que m¨¢s se identifican mundialmente con la lucha por la preservaci¨®n de ese espacio natural ¡ªverdadero pulm¨®n de la Tierra¡ª y la vida de sus habitantes. Ambas exposiciones coinciden en resaltar la cultura de las comunidades ind¨ªgenas y en se?alar que la Amazonia no es un infierno verde y vac¨ªo a dome?ar y ocupar sino un lugar pleno de equilibrio y belleza residencia de pueblos que han vivido milenios en armon¨ªa con el medio.
El propio Salgado ha presentado este mediod¨ªa su exposici¨®n (comisariada por su esposa y socia L¨¦lia Wanick Salgado), en la que el visitante se adentra sobrecogido en un universo de una belleza paisaj¨ªstica sobrenatural a la vez que se introduce en la existencia de las comunidades (zo¡¯es, suruwahas, macuxsi, korubos, ash¨¢ninkas, kamaiuras y kuikurus del Xingu, aw¨¢-guaj¨¢s, yanomamis), retratadas en armon¨ªa con su medio, en el c¨¦nit de una plenitud f¨ªsica y una feliz adaptaci¨®n que hacen pensar en un verdadero para¨ªso terrenal. Por supuesto un para¨ªso con serpiente (no la anaconda sino la diab¨®lica de la tradici¨®n judeo-cristiana), un ¨¢spid que, ha se?alado el propio Salgado, somos nosotros, los que a sabiendas o no explotamos la Amazonia persistiendo en nuestro consumista sistema de vida. La muestra cuenta con una inmersiva ambientaci¨®n sonora especialmente compuesta para el proyecto por Jean-Michel Jarre, en la que el compositor utiliz¨® sonidos de la Amazonia, procedentes de los archivos del Museo Etnogr¨¢fico de Ginebra.
La exposici¨®n, vista ya por 1,5 millones de personas en diversas ciudades, con dos centenares de fotograf¨ªas de Salgado, muchas de gran formato, todas en blanco y negro (?qu¨¦ milagro que nos parezca ver en ellas los colores de la selva esmeralda, de las pinturas de los ind¨ªgenas o de las plumas de los guacamayos!), incluye audiovisuales con im¨¢genes del fot¨®grafo y varios v¨ªdeos (la ¨²nica nota de color) con entrevistas de l¨ªderes y miembros de las comunidades ind¨ªgenas tradicionales en las que denuncian las amenazas a su modo de vida (¡°los monos comen veneno, el r¨ªo lleva veneno, los peces mueren¡±, explica en pantalla el cacique kuikuro Afukak¨¢; la chamana kamaiur¨¢ Mapulu deplora la falta de lluvias y la deforestaci¨®n y se?ala como la gente sue?a con el ataque de jaguares, que es un mal presagio).
Con todo y esos testimonios, la impresi¨®n que produce la visita a la Amazonia esplendorosa retratada por Salgado es la de un ba?o revitalizador, una inmersi¨®n en una naturaleza desbordante que te llena los pulmones de ox¨ªgeno y entusiasmo renovados. ¡°Esta es la Amazonia pr¨ªstina, la de verdad, no la muerta¡±, ha se?alado al respecto Salgado. ¡°La Amazonia del para¨ªso en la Tierra, la de la belleza de la inmensa selva¡±, ha continuado presa de emoci¨®n. ¡°Tenemos otra muestra sobre la Amazonia herida, aqu¨ª no, aqu¨ª presentamos la Amazonia que hay que ayudar a proteger, a salvar, la Amazonia de la esperanza¡±. El fot¨®grafo ha recordado que esa otra Amazonia, la del desastre, ¡°la hemos destruido nosotros¡±, y ha llamado a no comprar productos que vienen de la regi¨®n y a hacer una transici¨®n urgente al consumo responsable. Ha apuntado que Barcelona ¡°como lugar financiero importante¡± ha de colaborar en que los inversores no inviertan en ¡°proyectos depredadores de la Amazonia¡±.
Mientras que por encima de su hombro ve¨ªamos los maravillosos paisajes y gentes que ha retratado, Salgado ha explicado la incre¨ªble aventura que hay detr¨¢s de sus fotos del medio natural y del acervo cultural de las tribus. ¡°Siete a?os de trabajo, de 2017 a 2019, pero en realidad desde ya antes; 58 viajes por la Amazonia, verdaderas expediciones con hasta 15 personas, a lugares a los que acced¨ªamos con mucha dificultad. Las distancias son enormes, hay que recordar que la Amazonia tiene el tama?o de Europa. Has de viajar en barco d¨ªas y d¨ªas con capitanes de selva, mestizos que conocen el territorio como la palma de su mano. Eso solo para llegar a las orillas de las comunidades y luego debes pasar cuarentenas, pues los ind¨ªgenas no tienen anticuerpos de nuestras enfermedades y podr¨ªas diezmarlos. Es obligatorio obtener permisos que son muy complicados de conseguir. Y obrar siempre con mucha sensibilidad. Hay mujeres muy lindas y las fotograf¨ªas tal y como van, desnudas, y debes vigilar que no se produzca ninguna violencia sexual¡±.
El desnudo, tanto en mujeres como hombres y ni?os y ni?as, es lo com¨²n en la mayor¨ªa de las etnias que aparecen en las fotos. Salgado consigue im¨¢genes fascinantes de grupos y de individuos como la de los dos fornidos hombres kuikuro metidos en el agua con una red y preparando la ceremonia f¨²nebre del Kuarup, la de una treintena de madres suruwahas con sus ni?os, varias de ellas con el rostro pintado con las marcas del jaguar; la de la joven zo¡¯e observando c¨®mo se cuecen dos monos ara?a en una hoguera, la chica marubo sosteniendo un periquito, o el cazador zo¡¯e saltando entre los ¨¢rboles en pos de un mono herido y que aparece como una silueta desnuda columpi¨¢ndose en un tronco mientras la luz irrumpe destellante tras las hojas.
Las fotos de seres humanos, tan ¨ªntimas y cercanas, contrastan con las majestuosas de vistas de la Amazonia desde el aire y que permiten comprender la enormidad del territorio y la grandiosidad de los fen¨®menos naturales que se despliegan en ¨¦l. Vistas del r¨ªo Juru¨¢ como una gran serpiente. El monte Roraima, ese aut¨¦ntico Mundo perdido, y sus saltos de agua. Las tempestades cerni¨¦ndose sobre la selva como hongos nucleares. Los r¨ªos voladores: el vapor de agua que asciende y fluye llevado por el aire por todo el continente como un oc¨¦ano verde, una masa de agua superior incluso a la que vierte el r¨ªo Amazonas en el mar. ¡°Las tomamos desde helic¨®pteros militares del ej¨¦rcito brasile?o¡±, ha explicado Salgado, ¡°volando con las puertas abiertas y yo sujeto por una cuerda¡±.
¡°Hay muchos especialistas en sectores de la Amazonia, pero dudo de que haya alguien con una idea general del territorio como tengo yo¡±, ha dicho sin falsa modestia Salgado, que ha afirmado que ¨¦l se considera ¡°solo un fot¨®grafo que plantea c¨®mo la sociedad del lucro est¨¢ matando la diversidad¡±, y que hace la denuncia pero no tiene ¡°el poder para cambiar las cosas¡±. Algo que, ha recalcado, depende de todos nosotros y nuestras conductas individuales. Salgado no ha visto la exposici¨®n del CCCB ¡ª¡±no he tenido tiempo¡±¡ª, pero est¨¢ seguro, ha recalcado, de que ¡°es muy buena¡± y que ambas muestras ¡°son complementarias¡±.