El anhelo ecuatoriano ante el nuevo reglamento de extranjer¨ªa: ¡°Quiero saber si puedo traer a mi hijo¡±
El texto aprobado por el Gobierno, que flexibiliza la regularizaci¨®n, lleva a decenas de migrantes al consulado del pa¨ªs en Barcelona con expectativas, dudas y esperanza
Juan Carlos es un conductor ecuatoriano que ahora, despu¨¦s de cinco a?os viviendo y trabajando en Espa?a, ha obtenido la nacionalidad. Quiere saber c¨®mo va a afectar a los suyos el nuevo reglamento de la ley de extranjer¨ªa aprobado hace dos semanas por el Gobierno, que flexibiliza la regularizaci¨®n de los inmigrantes y facilita la reagrupaci¨®n familiar. Por eso ha acudido a una charla or...
Juan Carlos es un conductor ecuatoriano que ahora, despu¨¦s de cinco a?os viviendo y trabajando en Espa?a, ha obtenido la nacionalidad. Quiere saber c¨®mo va a afectar a los suyos el nuevo reglamento de la ley de extranjer¨ªa aprobado hace dos semanas por el Gobierno, que flexibiliza la regularizaci¨®n de los inmigrantes y facilita la reagrupaci¨®n familiar. Por eso ha acudido a una charla organizada por el Consulado de Ecuador en Barcelona para despejar dudas en una comunidad cuyos planes de futuro dependen, en parte, de c¨®mo se desarrollen las disposiciones de ese texto. ¡°Quiero traer a mi hijo. Tiene 25 a?os y ha acabado la carrera all¨ª. He le¨ªdo que con el reglamento se puede ahora hasta los 26. Y bueno, he venido para saber si es as¨ª y c¨®mo debo hacerlo¡±, cuenta Juan Carlos antes de tomar asiento.
El conductor no se equivoca. El reglamento ampl¨ªa (de 21 a 26 a?os) la edad para que hijos de personas que, como ¨¦l, han obtenido la nacionalidad, puedan venir a Espa?a. Pero no entra en vigor hasta la segunda mitad de 2025. Juan Carlos ha optado hasta ahora, sin ¨¦xito, por otra v¨ªa: ha solicitado un visado de estudios para el hijo que no ha prosperado porque ¨¦ste no ha podido acreditar medios econ¨®micos. Despu¨¦s de dos horas escuchando la animada conferencia del abogado experto en extranjer¨ªa David Querol, el hombre alza la mano y se pone en pie. Expone su caso. Pide consejo. Querol lo piensa un momento y le pregunta si puede demostrar que el hijo est¨¢ a su cargo. ¡°S¨ª, cada mes le ingreso 500 d¨®lares en una cuenta suya en Ecuador¡±. El abogado le sugiere entonces que presente un recurso contra la denegaci¨®n por parte del consulado espa?ol en Quito, aunque admite que es un tr¨¢mite que puede demorarse y le plantea, como alternativa, tramitar un visado de familiar de ciudadano de la Uni¨®n Europea.
El abogado responde una a una a las preguntas de los ecuatorianos. Se percibe el anhelo de que unas disposiciones legales m¨¢s amables cambien sus vidas para bien. Una mujer pregunta si su hija, que ya hab¨ªa obtenido la residencia, puede acogerse al arraigo de ¡°segunda oportunidad¡± que incorpora el texto para venir a Espa?a. Un universitario quiere saber si el reglamento va a resolver los problemas burocr¨¢ticos que existen ahora con las pr¨®rrogas para estudios. Y as¨ª un largo etc¨¦tera de cuestiones que no siempre admiten respuestas un¨ªvocas en una materia tan compleja y laber¨ªntica como la extranjer¨ªa. Querol traslada en todo caso la idea de que la nueva regulaci¨®n facilita el camino y, sobre todo, abre un abanico de opciones m¨¢s amplio, ya que establece hasta cinco tipos de arraigo.
Bulos sobre la nacionalidad
En Espa?a, la v¨ªa m¨¢s popular para la regularizaci¨®n ha sido la del arraigo social, que se ha modificado a favor de los extranjeros: se reduce de tres a dos a?os el tiempo de permanencia en el pa¨ªs para solicitar la residencia. El cambio puede beneficiar a personas como ?ngel, sobrino de Juan Carlos, que le acompa?a a la reuni¨®n. Lleva apenas seis meses en Barcelona. No puede trabajar legalmente, de modo que hace ¡°unos peque?os trabajos de unas horas¡± en negro. ¡°He venido para saber c¨®mo regularizar mi situaci¨®n, si podr¨¦ solicitarlo por estudios o formaci¨®n¡±. Tambi¨¦n quiere aclarar dudas porque en plataformas como Tik Tok o Instagram circulan ya mentiras interesadas que alimentan, en vano, las esperanzas de muchos.¡°Dicen que ahora podr¨¢s conseguir la nacionalidad en tres meses. No s¨¦, siento que eso no es as¨ª. Vine para ver qu¨¦ es verdad y qu¨¦ es mentira¡±.
Ha hecho bien ?ngel en sospechar: no hay una v¨ªa expr¨¦s para acceder a la nacionalidad espa?ola. S¨ª es cierto, como insiste Querol, que el texto aprobado (a la espera de que despu¨¦s la administraci¨®n sea ¨¢gil para resolver las peticiones, aut¨¦ntico punto negro en materia de extranjer¨ªa) despeja el panorama para cientos de miles de personas. El reglamento pone m¨¢s f¨¢ciles las cosas. Seg¨²n los c¨¢lculos del Gobierno, en los pr¨®ximos tres a?os unas 900.000 personas van a ordenar su situaci¨®n en Espa?a. Y todo eso, sin necesidad de acudir a una regularizaci¨®n extraordinaria ¡°que la Uni¨®n Europea proh¨ªbe¡±, matiza Querol. El abogado ve en la norma ¡°una oportunidad¡± de dar respuesta tambi¨¦n a las necesidades de Espa?a de aumentar la natalidad y, sobre todo, de incorporar mano de obra al mercado laboral.
¡°El sistema hace que la gente trabaje en la econom¨ªa sumergida. Pero necesitamos personas que coticen. Y este reglamento lo pone m¨¢s f¨¢cil¡±, dice el abogado, que lo ve tambi¨¦n como una oportunidad para los ecuatorianos y la comunidad latina en general. ¡°Necesitamos conductores a punta pala. Y tambi¨¦n trabajadores de la construcci¨®n. Y ah¨ª vosotros ten¨¦is mucho que decir¡±.
En Espa?a hay alrededor de 146.000 ecuatorianos, una cifra que va al alza en los ¨²ltimos tiempos por la crisis econ¨®mica y de seguridad que atraviesa Ecuador. ¡°Las cosas est¨¢n muy dif¨ªciles en mi pa¨ªs. La gente quiere salir como sea. Muchos de los que est¨¢n aqu¨ª ahora llevan menos de dos a?os, as¨ª que este cambio legal ser¨¢ bueno para ellos¡±, dice en la sala del consulado Anabel Intriago, presidenta de la Asociaci¨®n de Ecuatorianos de Catalu?a (AEC). Muchos de esos ecuatorianos que ahora llegan ya hab¨ªan estado trabajando en Espa?a antes, pero se marcharon despu¨¦s de la crisis econ¨®mica de 2008. Ahora, ante la falta de perspectivas en su pa¨ªs, algunos est¨¢n volviendo. Y han de ¡°empezar de nuevo el camino y volver a hacer los tr¨¢mites¡±, a?ade Intriago.
La presidenta de AEC advierte sobre la vulnerabilidad de los reci¨¦n llegados. Las dificultades para encontrar trabajo y vivienda hacen que muchos ¡°acaben durmiendo en la calle¡± y sin poder empadronarse, la piedra angular del sistema, como remacha, en un ¨²ltimo consejo, Querol: hay que ¡°cuidar el empadronamiento¡±, la base sobre la que se asientan los informes municipales que dan pie a apreciar el arraigo y constituyen el primer hito en la carrera hacia el permiso de residencia y, con el tiempo, a la obtenci¨®n de la nacionalidad. Un camino que Juan Carlos, el conductor, ya recorri¨®, pero que sigue sin poder culminar a la espera de un reglamento que, de un modo u otro, le permita reunirse de nuevo con su hijo.