Una ¨²ltima plegaria en Sarri¨¤ para que las clarisas no abandonen el Monasterio de Pedralbes
Las tres monjas que todav¨ªa custodian el convento, de 700 a?os de antig¨¹edad, se trasladar¨¢n a la orden de Santa de Clara de Vilob¨ª d¡¯Onyar (Girona) por la falta de relevo
No ha habido j¨²bilo en las campanadas que repicaban a las 19.00 este mi¨¦rcoles en la plaza del Monasterio de Pedralbes. Un centenar de vecinos del barrio barcelon¨¦s de Sarri¨¤ se han congregado frente a los muros del convento para pedir por las ¨²ltimas tres clarisas que todav¨ªa lo custodian. Ellas son sor Immaculada, sor Pilar y sor Isaura, tres monjas de clausura de 90, 73 y 66 a?os, que se han resignado a abandonar el monasterio que, tras 700 a?os de actividad, ver¨¢ su capilla vac¨ªa de devotas. Las tres ¨²ltimas clarisas se trasladar¨¢n al Monasterio de Vilob¨ª d¡¯Onyar (Girona), otra instituci¨®n de la orden de Santa Clara.
El pr¨®ximo 12 de febrero, el d¨ªa de Santa Eul¨¢lia, patrona de la ciudad, ser¨¢ el ¨²ltimo en que, como manda la tradici¨®n, el alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, visitar¨¢ el monasterio acompa?ado de los concejales. Esta herencia est¨¢ arraigada a los mismos or¨ªgenes del convento, que cuando se construy¨® en 1326 por el rey Jaime II y Elisenda de Moncada, pas¨® a estar bajo la protecci¨®n institucional del Consell de Cent barcelon¨¦s.
El desahucio, como han querido definirlo algunos vecinos, se produce por la decisi¨®n del arzobispado de no continuar con la actividad del monasterio debido a la edad avanzada de las tres hermanas. Argumentan que son mayores, y pocas, por lo que consideran que las comunidades de monasterios deben contar al menos con cinco monjas. La actividad econ¨®mica es otro motivo que ha forzado el traslado. Las tres monjas ya no desarrollaban ninguna actividad que pudiese sufragar sus gastos. Eran conocidas por la producci¨®n de mat¨®, un reconocido postre en Catalu?a hecho a partir de queso fresco.
Sor Isaura se hab¨ªa convertido en todo un s¨ªmbolo por su talento en el campo de la fotograf¨ªa. Retrataba todo tipo de cotidianidades a trav¨¦s de los reflejos de los espejos y los cristales, hecho que se puede vincular con su devoci¨®n por una vida contemplativa. Patricia Cancelo, una vecina de origen gallego y amiga ¨ªntima de sor Isaura, contempla con indignaci¨®n el encendido de velas frente a los muros. ¡°Nunca he sido creyente, pero forj¨¦ una preciosa amistad con la hermana Isaura por nuestra pasi¨®n por las artes¡±, cuenta Cancelo, escultora de formaci¨®n. ¡°Es una injusticia. No es por la religi¨®n, es por la p¨¦rdida de una tradici¨®n centenaria, por humanidad. Llevan toda su vida sirviendo al pueblo y a la Iglesia, ?y ahora la Iglesia no puede hacerse cargo?¡±, lamenta.
El Ayuntamiento de Barcelona todav¨ªa no ha confirmado el futuro del hist¨®rico convento despu¨¦s de que las clarisas mandasen cartas al Papa Francisco, al cardenal Juan Jos¨¦ Omella y al alcalde Jaume Collboni. La representante de la plataforma Change.org, Sarai Rom¨¢n, inici¨® una campa?a de recogida de firmas para evitar su expulsi¨®n. ¡°Ellas han mantenido vivas tradiciones, arte y conocimientos, demostrando la importancia de las mujeres en la salvaguarda de nuestro legado cultural¡±, defiende Rom¨¢n.
No fue hasta el pasado viernes que el cardenal Omella respondi¨® a la misiva. En su respuesta evadi¨® su responsabilidad y se limit¨® a decir que aprecia mucho a las clarisas de Pedralbes, pero que la decisi¨®n de su continuidad no depende de ¨¦l. Asegur¨® que es la federaci¨®n de las clarisas la que tiene la potestad de la cuesti¨®n, concretamente la abadesa del monasterio de Vilob¨ª d¡¯Onyar, sor Clara, quien todav¨ªa no se ha pronunciado al respecto.
La entidad ha reunido cerca de 800 firmas para que no se marchen, pero Rom¨¢n admite que ser¨¢ imposible evitarlo. ¡°Mantengo una relaci¨®n estrecha con Sor Isaura, una de las monjas clarisas que ser¨¢ trasladada. He podido ser testigo de la lucha interna que libra d¨ªa a d¨ªa, y produce una gran tristeza¡±. Rom¨¢n hizo p¨²blico a trav¨¦s de Change.org el mensaje que sor Isaura le traslad¨® el pasado 9 de enero: ¡°Dejo mi h¨¢bito remendado de verano en el monasterio, me llevar¨¦ el puesto... Cuando llegue a la nueva comunidad, rogar¨¦ que me den permiso para que, cuando muera, traigan mis cenizas de vuelta al monasterio¡±.
El acto ha concluido con el despliegue de una pancarta que clamaba por el mantenimiento de la tradici¨®n. El manifiesto que se ha le¨ªdo durante la concentraci¨®n dec¨ªa: ¡°Queremos que las monjas se queden, y ellas as¨ª lo quieren. Los vecinos de Sarri¨¤ estamos en deuda con ellas, porque si Sarri¨¤ existe, es gracias al monasterio¡±. Un minuto de silencio ha seguido a la lectura. Tras un aplauso de hermandad, un ¨²ltimo canto a las tres hermanas: ?Ay clarisas, no os vay¨¢is! ?Suenan las campanas, suenan las campanas! Ding, dang, dong...Ding, dang, dong...