La mujer que ped¨ªa para comer y gan¨® un mill¨®n en la Bonoloto: ¡°No conoc¨ªa las l¨¢grimas por estar contenta¡±
Mercedes, con cinco hijos, obtiene un premio de 1.271.000 euros que ha cambiado su vida en un humilde barrio de Alicante, donde es muy conocida
Mercedes se enter¨® el martes de que le hab¨ªan tocado 1.271.000 euros en la Bonoloto. Fue despu¨¦s de su jornada habitual, en la que cada d¨ªa de 9.00 a 14.00, ped¨ªa dinero, ropa o comida frente al aparcamiento de un supermercado o en la esquina contigua, frente a una entidad bancaria, en el barrio de La Florida de Alicante. Al acabar, pas¨® por el estanco y administraci¨®n en el que cada d¨ªa sellaba un boleto y pregunt¨®. ¡°Creo que los...
Mercedes se enter¨® el martes de que le hab¨ªan tocado 1.271.000 euros en la Bonoloto. Fue despu¨¦s de su jornada habitual, en la que cada d¨ªa de 9.00 a 14.00, ped¨ªa dinero, ropa o comida frente al aparcamiento de un supermercado o en la esquina contigua, frente a una entidad bancaria, en el barrio de La Florida de Alicante. Al acabar, pas¨® por el estanco y administraci¨®n en el que cada d¨ªa sellaba un boleto y pregunt¨®. ¡°Creo que los n¨²meros que salen por la tele son los mismos que tengo yo¡±, le cont¨® a Mari ?ngeles Torregrosa, propietaria del establecimiento ¡°?Eso qu¨¦ significa?¡±. D¨ªas despu¨¦s, con el premio ya ingresado en el banco, Mercedes volvi¨® a hablar con su lotera. ¡°Siempre he estado llorando, no conoc¨ªa las l¨¢grimas por estar contenta¡±, le confes¨®.
La vida no ha resultado f¨¢cil para la mujer, indican Torregrosa y su marido, Eugenio Agorreta, que regentan junto a su hija Desire¨¦ el punto mixto 4085 de Loter¨ªas y Apuestas del Estado (LAE), situado junto a la Gran V¨ªa, la avenida que oxigena las salidas de Alicante hacia el sur. ¡°Desde hace cuatro o cinco a?os¡±, se?ala Agorreta, ¡°ven¨ªa todos los d¨ªas a pedir¡± en la acera de enfrente del estanco. Todos los vecinos la conocen. Es una mujer ¡°muy amable y educada¡±, de baja estatura y pelo negro, seg¨²n la definen las clientas de un bar cercano, que le bajaban ropa ocasionalmente. ¡°No sabe leer ni escribir¡±, dice Torregrosa. A Mercedes, el dinero le ha borrado la necesidad, pero no las rutinas. Sigue frecuentando los mismos comercios, las mismas calles. Aunque ya no pide, sino que recibe las felicitaciones de quienes la conocen. ¡°Lo primero que hizo¡±, recuerda Torregrosa, ¡°fue comprarse unas zapatillas de estar por casa de cinco euros y vino a ense?¨¢rmelas¡±. ¡°Me hab¨¦is cambiado la vida¡±, celebr¨® al abrazarse a su lotera para celebrar el premio.
La afortunada vive cerca, en Ciudad de As¨ªs, un barrio obrero y tranquilo encajonado entre la Avenida de Orihuela, antigua carretera de Madrid, las v¨ªas del tren y el cementerio municipal. Su domicilio est¨¢ en un callej¨®n taponado por el muro que cierra el paso a la l¨ªnea ferroviaria, poblado de edificios humildes repletos de antenas parab¨®licas y persianas echadas por el calor. Por el telefonillo, su pareja declina hablar con EL PA?S. Seg¨²n Agorreta, vive con ¨¦l hace d¨¦cadas y tienen cinco hijos, aunque las m¨¢s conocidas son las dos hijas, con quienes se le ve con frecuencia. Los vecinos del barrio han ido marcando el camino desde el lugar donde ped¨ªa hasta su vivienda. Todos la han visto esta ma?ana siguiendo su ruta habitual. Ha estado en el estanco donde fue premiada, en el supermercado donde compra habitualmente, ha subido la cuesta que conduce a su casa. ¡°Siempre se quejaba de lo mal que estaba la cosa¡±, afirma una mujer que sol¨ªa darle algo de dinero, ¡°que desde la pandemia apenas sacaba nada para vivir¡±. Hoy no ha pasado por el bar en el que sol¨ªan invitarla a un caf¨¦ cada ma?ana. ¡°Esta semana vino a pedir un vaso de agua¡±, cuenta el due?o, que prefiere no identificar su local, ¡°y le dije que le hab¨ªa tocado la loter¨ªa y ya pod¨ªa pagarse algo¡±, bromea.
Los due?os del estanco y administraci¨®n de loter¨ªa se enteraron el mismo lunes por la noche de que hab¨ªan repartido un premio. ¡°Nos avis¨® un compa?ero en torno a las 22.40¡å, declara Torregrosa. Al d¨ªa siguiente, desde la sede de LAE en Alicante les confirmaron que el boleto premiado era una apuesta de un euro. La m¨¢quina lo rellen¨® autom¨¢ticamente. ¡°Esperamos toda la ma?ana a que viniera el afortunado¡±, rememora Agorreta, ¡°y en principio descartamos a Mercedes porque segu¨ªa en su sitio, pidiendo junto al banco¡±. Antes de volver a casa, pas¨® por el local para preguntar. El enigma estaba resuelto. Los cerca de 1,3 millones que ha ganado la mujer son el primer premio gordo que reparten. ¡°Dimos uno de cinco y el complementario, unos 40.000 euros¡±, sostiene Agorreta. Y de Loter¨ªa, sobre todo la de Navidad, nada. ¡°Pero la m¨¢quina est¨¢ caliente¡±, avisa, ¡°ya sabe dar premios¡±.