Fotogaler¨ªa: La Malvarrosa, un barrio en reconstrucci¨®n
El barrio marinero de Valencia se siente abandonado desde hace d¨¦cadas por las administraciones p¨²blicas. Y es mucho m¨¢s que el gueto de las Casitas Rosas
Tras la riada de 1957 se construyeron Las Casitas Rosas, que son un conjunto de bloques de color salm¨®n ,que a?os despu¨¦s sirvieron de viviendas sociales para la ciudadan¨ªa que hab¨ªa perdido sus hogares por las inundaciones.La preocupaci¨®n de los vecinos del barrio se focaliza entre otros motivos, especialmente, en las llamadas Casitas Rosas, tres bloques de color salm¨®n que suponen un punto caliente de tr¨¢fico de drogas en la ciudad y conducen actualmente el debate pol¨ªtico sobre el futuro del barrio,
FOTO: M¨°nica Torres EL PA?SM¨°nica TorresLos vecinos de la Malvarrosa tienen sobre la mesa muchas promesas: parques, plazas, una biblioteca p¨²blica, una posible conexi¨®n con la avenida de los Naranjos.
FOTO: M¨°nica Torres EL PA?SM¨°nica TorresSe plantea la posibilidad de un convenio entre el Ayuntamiento de Valencia y la Generalitat para declarar la zona de las Casitas Rosas ¨¢rea de especial vulnerabilidad y su posterior gesti¨®n. Tambi¨¦n la creaci¨®n de una oficina de rehabilitaci¨®n, a los vecinos y al ayuntamiento les preocupa dar cobertura a las personas que se encuentran en una situaci¨®n de precariedad.
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En cuanto al mantenimiento del barrio, la asociaci¨®n de vecinos propone al Ayuntamiento, la mejora de limpieza de las calles, la restauraci¨®n de aceras, la creaci¨®n de m¨¢s zonas verdes y volver a conectar el barrio con la huerta. En algunos descampados podemos encontrar alguna jeringuilla usada. FOTO: M¨°nica Torres EL PA?SM¨°nica Torres La Malva-rosa necesita inversi¨®n urban¨ªstica, sanitaria, social y educativa porque polic¨ªa hay mucha pero no puede solucionar todos los problemas de convivencia.
M¨°nica TorresEl barrio de la Malvarrosa de Valencia, con 14.000 residentes, es mucho m¨¢s que las Casitas Rosas, uno de los puntos mas calientes de compra-venta de droga de la ciudad, que enturbia desde hace d¨¦cadas la convivencia de este enclave marinero, continuaci¨®n del Cabanyal-Canyamelar, y donde el siglo pasado se establecieron andaluces, extreme?os y castellano-manchegos en busca de trabajo y una vida mejor.
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Los vecinos se quejan del abandono de los descampados porque muchas veces las vallas son sorteadas por drogadictos que entran en estas zonas presuntamente cerradas para inyectarse la dosis. En la imagen, un vecino ense?a uno de esos huecos por los que se cuelan.
FOTO: M¨°nica Torres EL PA?SM¨°nica TorresLos vecinos defienden con ah¨ªnco que el barrio no son las Casitas Rosas para no estigmatizar m¨¢s la Malva fuera de sus l¨ªmites pero algunos de los cuatro pol¨¦micos bloques, erigidos tras la riada de 1957 para albergar a los que perdieron todo pon el desbordamiento del r¨ªo Turia, se han convertido en un gueto, que cuando cae la tarde se convierte en lugar de trapicheo de drogas, donde los drogodependientes se pinchan en cualquier rinc¨®n, sin importarles si es a las puertas de un colegio, en un parque infantil o en los portales de los edificios.
FOTO: M¨°nica Torres EL PA?SM¨°nica TorresLa Malvarrosa es la uni¨®n entre el mar y la huerta. Las acequias que la rodeaban y el terreno hac¨ªan que esta zona fuera extremadamente h¨²meda y propicia para la agricultura, hoy todav¨ªa podemos encontrar peque?as parcelas de cultivo.
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