La carta de un cura desvela fusilamientos no registrados en Albatera
El p¨¢rroco de la prisi¨®n franquista avis¨® de la ejecuci¨®n de un preso malague?o ocho d¨ªas antes de las primeras muertes registradas oficialmente
El p¨¢rroco de Albatera (Alicante, 12.864 habitantes), Manuel Serna, notific¨® a su compa?ero en Antequera (M¨¢laga, 41.184 habitantes), Pedro del Pozo, la ejecuci¨®n de Francisco Garc¨ªa Parejo, preso en el campo de concentraci¨®n alicantino en el que el franquismo encerr¨® a decenas de miles de republicanos entre abril y octubre de 1939. La intenci¨®n del sacerdote remitente era que Del Pozo, t¨ªo pol¨ªtico del fa...
El p¨¢rroco de Albatera (Alicante, 12.864 habitantes), Manuel Serna, notific¨® a su compa?ero en Antequera (M¨¢laga, 41.184 habitantes), Pedro del Pozo, la ejecuci¨®n de Francisco Garc¨ªa Parejo, preso en el campo de concentraci¨®n alicantino en el que el franquismo encerr¨® a decenas de miles de republicanos entre abril y octubre de 1939. La intenci¨®n del sacerdote remitente era que Del Pozo, t¨ªo pol¨ªtico del fallecido, transmitiera la noticia del fusilamiento a la esposa y la sobrina de Garc¨ªa Parejo ¡°del mejor modo posible para que les sea menos dolorosa¡±. Los descendientes del ferroviario malague?o asesinado han guardado la misiva como un tesoro familiar, para conservar su recuerdo. Pero, adem¨¢s, la nota es una joya documental, seg¨²n Felipe Mej¨ªas, el arque¨®logo que est¨¢ trabajando en los terrenos que un d¨ªa ocup¨® el campo de concentraci¨®n. ¡°La carta est¨¢ fechada el 22 de junio de 1939¡å, explica Mej¨ªas, ¡°m¨¢s de una semana antes de los primeros fusilamientos que constan de manera oficial en el registro de Albatera¡±. Y, por tanto, ¡°confirma que los testimonios de los prisioneros, que contaban que hubo fusilamientos que no se registraron, eran ciertos¡±.
Garc¨ªa Parejo era un teniente del ej¨¦rcito de la Rep¨²blica nacido en Fuente de Piedra (M¨¢laga), seg¨²n relata a EL PA?S su nieta, Mari Cruz Garc¨ªa Mart¨ªnez. Desde peque?o, trabaj¨® como jornalero hasta que logr¨® un puesto como maquinista ferroviario, asentado en las pedan¨ªas antequeranas de Bobadilla y la Colonia de Santa Ana. ¡°Siempre tuvo clara su implicaci¨®n en la lucha obrera¡±, declara su nieta, ¡°y seg¨²n los vecinos, se afili¨® al sindicato CNT¡±. Tras la entrada de los sublevados en Antequera, en agosto de 1936, Garc¨ªa Parejo ¡°se ech¨® al monte¡± y su mujer, Teresa, ¡°corri¨® a M¨¢laga con sus cuatro hijos¡±. En 1937, se fue al frente para combatir por la Rep¨²blica y su familia le perdi¨® el rastro hasta que acab¨® preso en Albatera, donde le visit¨® Teresa acompa?ada por su hijo peque?o, Ram¨®n, de cuatro a?os, el padre de Mari Cruz.
El retrato del militar fusilado presidi¨® las casas de sus cuatro hijos toda la vida, pero su historia sigui¨® silenciada hasta la llegada de la Transici¨®n. La carta la guard¨® Teresa hasta su muerte y, despu¨¦s, la custodi¨® uno de sus hijos, ¡°que la llevaba doblada en la cartera hasta que le convencieron de que no era el lugar adecuado para conservarla¡±, cuenta Garc¨ªa Mart¨ªnez, que hered¨® el documento en 2004. Antes de fallecer, Teresa le desvel¨® el ¨²ltimo tramo de la vida de su abuelo: ¡°Se fug¨® [del campo de Albatera] porque lo enga?aron¡±, recordaba, ¡°le dijeron que hab¨ªa un barco¡±, probablemente hacia la ciudad argelina de Or¨¢n, ¡°y los alejaron de la costa, pero era una trampa¡±. ¡°Sin que se celebrara ning¨²n juicio¡±, contin¨²a la nieta del represaliado, ¡°lo sentenciaron a muerte por un bando de guerra¡±. Teresa y sus hijos, de entre 4 y 12 a?os, tambi¨¦n sufrieron otra condena, ¡°la de la miseria y la vulnerabilidad¡±.
En la carta, Serna indica que Garc¨ªa Parejo ¡°ha sido ejecutado en el campo de concentraci¨®n¡± por ¡°haberse fugado hace un mes¡±. Narra tambi¨¦n que ¨¦l ha ¡°estado a su lado¡± en sus ¨²ltimos momentos, que han sido ¡°de sincero arrepentimiento¡±. En el mismo paquete postal, adjunta ¡°la cartera¡± que el ajusticiado le entreg¨® antes de morir, ¡°con su carn¨¦ de ferroviario, una fotograf¨ªa de sus hijos y treinta y tres pesetas en papel¡±. Finalmente, el p¨¢rroco albaterense relata que Garc¨ªa Parejo ha sido ¡°enterrado en el cementerio de esta parroquia¡±, en ¡°lugar que se puede conocer¡±. M¨¢s aportaci¨®n hist¨®rica, a juicio del arque¨®logo, ya que de esta forma ratifica que ¡°en el antiguo cementerio de Albatera¡±, actualmente oculto bajo un parque, ¡°existe una fosa com¨²n llena de cuerpos que no se trasladaron al nuevo¡±.
Mej¨ªas prepara la cuarta campa?a de investigaci¨®n en los terrenos del campo de concentraci¨®n, que actualmente pertenecen al municipio de San Isidro (2.154 habitantes), situado a unos 20 kil¨®metros de Orihuela, en la comarca de la Vega Baja, al sur de la provincia de Alicante. El experto, que ya ha detectado algunos barracones de la instalaci¨®n y sondea el terreno en busca de la fosa com¨²n, explica que en el Registro Civil de Albatera, solo constan 10 muertes ocurridas entre ¡°el 6 o 7 de abril y el 26 de octubre de 1939¡å, las fechas en las que Franco mantuvo abierto el centro de reclusi¨®n. ¡°El 1 de julio hubo cuatro fusilamientos¡±, a los que se a?aden otros cuatro ¡°el 14, el 16 y el 29 de septiembre y el 15 de octubre¡±. Todos ellos anotados como muertes ¡°por herida de arma de fuego¡±. La documentaci¨®n oficial tambi¨¦n da cuenta de ¡°un fallecido por peritonitis t¨ªfica y otro por anemia aguda¡±. Sin embargo, tanto los testimonios de los prisioneros como los casquillos de munici¨®n hallados en la zona hacen presumir que ¡°el franquismo ocult¨® muchas muertes m¨¢s¡±. En Albatera, donde se lleg¨® a hacinar unos 15.000 detenidos, muchos de ellos procedentes del puerto de Alicante, donde se agolpaba todo el que quer¨ªa huir de Espa?a al final de la Guerra Civil, ¡°se intuye que hubo decenas, centenares de fallecidos¡±. Y, de ellos, ¡°la estimaci¨®n, a partir del relato de los presos, es que hubo unos 50 fusilados¡±.
La intenci¨®n de la familia es depositar la carta en el campo de Albatera ¡°cuando se lleve a cabo su musealizaci¨®n¡±, que es el objetivo final de Mej¨ªas. El pasado d¨ªa 15, la Consejer¨ªa de Calidad Democr¨¢tica de la Generalitat Valenciana lo inscribi¨® en el cat¨¢logo auton¨®mico de lugares e itinerarios de la memoria democr¨¢tica, lo que no solo garantiza su protecci¨®n, tambi¨¦n la de ¡°todos aquellos elementos, actuales o futuros, que se instalen¡± en ¨¦l. Esta protecci¨®n dar¨ªa ¡°tranquilidad¡± a la familia. ¡°Queremos que la carta vuelva al sitio del que sali¨®¡±, prosigue Garc¨ªa Mart¨ªnez, ¡°que la memoria de mi abuelo se quede all¨ª, lo que no puede es estar en un caj¨®n¡±.