El rastro de 14.000 presos hacinados y hambrientos
Una excavaci¨®n arqueol¨®gica permite reconstruir las duras condiciones del campo de concentraci¨®n de Albatera, en Alicante
Una chapa circular de oro con brillantes engarzados y unos extra?os dibujos grabados puede convertirse en el primer rastro expuesto en una vitrina de un campo de concentraci¨®n de la guerra civil espa?ola. Fue hallada en los m¨¢rgenes de la prisi¨®n al aire libre de Albatera (Alicante). Los arque¨®logos especulan sobre su origen: puede tratarse de una joya perdida durante la visita de alg¨²n familiar a un preso, mientras se comunicaban desde ambos lados de la valla con el benepl¨¢cito de un carcelero sobornado; o ser el precio pagado en el mercado negro de alimentos. Tambi¨¦n el de un billete hacia el exilio. ¡°Una posesi¨®n as¨ª marcaba la diferencia entre vivir o morir de hambre¡±, dice Felipe Mej¨ªas, director de la excavaci¨®n en la que se encontr¨® la pieza, junto a unas estructuras de piedra que facilitar¨ªan que se convierta en un museo. El Gobierno auton¨®mico planea hacerlo, aunque antes hace falta adquirir la parcela y obtener el presupuesto necesario.
Mej¨ªas lidera un equipo que trata de arrancar del silencio los restos del campo de concentraci¨®n de Albatera, ubicado en el t¨¦rmino municipal de San Isidro. Tras tres a?os de trabajo para ubicar las fosas comunes de la provincia de Alicante, Mej¨ªas dio con la historia de esta estructura penitenciaria, un campo de trabajo republicano que se convirti¨® en un infierno de hambre y enfermedades tras el fin de la guerra. ¡°Era un asunto que se silenci¨®¡±, explica el arque¨®logo, ¡°pero me encontr¨¦ con muchos testimonios de agricultores que contaban que hab¨ªan hallado restos humanos en la zona, que hab¨ªan llenado capazos de huesos¡±. El municipio de San Isidro se encuentra en la comarca de la Vega Baja de Alicante, una zona eminentemente de huerta.
Con ayuda del Ayuntamiento de San Isidro, un pueblo de apenas 1.900 habitantes, Mej¨ªas present¨® un proyecto a la Consejer¨ªa de Participaci¨®n, Transparencia, Cooperaci¨®n y Calidad Democr¨¢tica de la Generalitat Valenciana. Con 17.600 euros, reclut¨® a un equipo y comenz¨® a finales de octubre la prospecci¨®n arqueol¨®gica de una parcela privada en la que sospechaba que se ocultaba el acceso al campo de concentraci¨®n, tras estudiar la escasa documentaci¨®n existente, ya que se trata de estructuras que el franquismo intent¨® borrar de los papeles.
El campo de Albatera nace en octubre de 1937. La Rep¨²blica cerc¨® 140.000 metros cuadrados y encerr¨® all¨ª a unos 1.400 prisioneros de guerra. Mej¨ªas ha rescatado cuatro fotograf¨ªas del archivo del Comit¨¦ Internacional de la Cruz Roja, en Suiza. ¡°La din¨¢mica era diferente, la Rep¨²blica invitaba a periodistas extranjeros o miembros de la Cruz Roja a visitar las instalaciones, para que vieran que los presos estaban bien atendidos¡±, asegura. Todo cambi¨® el 1 de abril de 1939. Franco multiplica por diez la poblaci¨®n penitenciaria del campo, que se cierra, ¡°tras una gesti¨®n desastrosa y negligente¡±, apenas siete meses despu¨¦s.
La idea de Mej¨ªas era ¡°localizar al menos una fosa com¨²n¡±, que no ha aparecido. A cambio, en poco m¨¢s de un mes de trabajo con sondeos, excavaciones y un georradar procedente de la Universidad de C¨¢diz, han salido a la luz los cimientos de los habit¨¢culos en los que se hacinaban ¡°entre 14.000 y 16.000 prisioneros¡±, seg¨²n sus estimaciones. ¡°Hemos encontrado la estructura de tres barracones¡±, un tesoro arqueol¨®gico que puede convertir el campo de Albatera ¡°en el primero de Espa?a en condiciones de musealizaci¨®n¡±, asegura Mej¨ªas.
Junto a estas estructuras, el equipo arqueol¨®gico hall¨® tambi¨¦n restos humanos, entre los que destacan ¡°un fragmento de cr¨¢neo y una tibia¡±. Y cartuchos Mauser (el arma habitual de los militares franquistas), monedas republicanas y franquistas, un colgante, cucharas, tenedores y latas de lentejas y sardinas. ¡°Eran la ¨²nica comida que recib¨ªan los presos¡±, relata Mej¨ªas, ¡°una lata cada dos d¨ªas para dos personas y un trozo de pan para cinco¡±. El hambre y las enfermedades intestinales fueron la principal causa de muerte en Albatera. ¡°Sabemos que se produjeron fusilamientos. Hemos podido documentar ocho¡±, afirma el arque¨®logo.
Estos descubrimientos han motivado la preparaci¨®n de otra campa?a para finales de la primavera que viene. Tras solicitar ayuda a la Federaci¨®n Espa?ola de Municipios y Provincias (FEMP) y, de nuevo, a la Consejer¨ªa de Calidad Democr¨¢tica, Mej¨ªas, que prepara su tesis doctoral sobre el campo de Albatera, sondear¨¢ el terreno en busca de la fosa com¨²n. Los hallazgos, de momento, est¨¢n depositados en el Museo Arqueol¨®gico de Alicante (MARQ). Y tanto el Gobierno auton¨®mico como el Ayuntamiento de San Isidro ya han iniciado los movimientos para llevar la parcela a dominio p¨²blico, el primer paso para convertirla en el primer centro de interpretaci¨®n de la memoria de un campo de concentraci¨®n espa?ol.
Reuni¨®n sobre el futuro del pazo de Meir¨¢s
El secretario de Estado de Memoria Democr¨¢tica, Fernando Mart¨ªnez, presidir¨¢ este martes en A Coru?a la constituci¨®n de la comisi¨®n t¨¦cnica sobre el pazo de Meir¨¢s, que la familia Franco entreg¨® a la Administraci¨®n el pasado jueves. La comisi¨®n, integrada por representantes del Ministerio de la presidencia, la Xunta de Galicia y los Ayuntamientos de Sada y a Coru?a asumir¨¢ la gesti¨®n del inmueble hasta que haya una sentencia firme sobre la devoluci¨®n definitiva al Patrimonio del Estado. Mart¨ªnez se reunir¨¢, adem¨¢s, con expertos sobre la historia del pazo.
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