?Qui¨¦n le hace caso al cambio clim¨¢tico?
Ninguno de los pa¨ªses del G-20 est¨¢ reduciendo las emisiones a la velocidad necesaria para cumplir los compromisos adquiridos
Se celebra durante estos d¨ªas la Conferencia del Clima COP28 en Dubai, los Emiratos ?rabes Unidos. Se hace en un marco, donde al ritmo actual, los Acuerdos de Par¨ªs para mantener el aumento de temperatura en un m¨¢ximo de 1¡ä5?C son pr¨¢cticamente imposibles de cumplir. El motivo es muy sencillo: ninguno de los pa¨ªses del G20 est¨¢ reduciendo las emisiones a la velocidad necesaria para cumplir ...
Se celebra durante estos d¨ªas la Conferencia del Clima COP28 en Dubai, los Emiratos ?rabes Unidos. Se hace en un marco, donde al ritmo actual, los Acuerdos de Par¨ªs para mantener el aumento de temperatura en un m¨¢ximo de 1¡ä5?C son pr¨¢cticamente imposibles de cumplir. El motivo es muy sencillo: ninguno de los pa¨ªses del G20 est¨¢ reduciendo las emisiones a la velocidad necesaria para cumplir los compromisos adquiridos a pesar de que han estado firmados por 196 pa¨ªses. De continuar en la situaci¨®n actual, todos los c¨¢lculos nos llevan a la conclusi¨®n de que sufriremos un aumento de temperaturas de cerca de 3?C, pr¨¢cticamente el doble.
La medida del aumento de temperaturas es enga?osa. Da la sensaci¨®n de ser poca cosa, algo soportable, que no merece tanto sacrificio ni preocupaci¨®n. Pero pensemos un poco en el significado real: Los picos de temperatura alta en 2022, el a?o pasado, causaron sequ¨ªas, incendios forestales y decenas de miles de muertes. Concretamente, en Espa?a fueron 11.320 personas las que perdieron la vida a causa del calor. Se trata del tercer pa¨ªs del continente europeo con m¨¢s muertes por esta causa, s¨®lo superado por Italia y Grecia. A lo largo de este a?o 2023, que ser¨¢ sin duda el m¨¢s caluroso de la historia, hemos visto incendios, sequ¨ªas prolongadas, muchas noches tropicales sin poder dormir, fuertes alteraciones en la producci¨®n agraria y quedan por evaluar los fallecimientos. Pero al igual que la rana no reacciona al calentamiento progresivo del agua en donde est¨¢ nadando, los gobiernos se est¨¢n comportando como ranas, incapaces de actuar y protegerse ante la cat¨¢strofe anunciada que se nos avecina.
Detener el cambio clim¨¢tico es una tarea en la que todos podemos y hemos de ayudar. Apostando por una movilidad sostenible, basada en el transporte p¨²blico, el caminar y la bicicleta, donde el uso del coche privado sea reducido al m¨ªnimo. Modificando nuestros h¨¢bitos alimentarios hacia productos de proximidad, producidos ecol¨®gicamente y con mayor peso de las verduras sobre las carnes. Aumentando el ahorro energ¨¦tico y el uso de energ¨ªas alternativas en nuestras casas. Favoreciendo el reciclaje, la reutilizaci¨®n y la reducci¨®n en el uso de materiales. Todo un conjunto de tareas que suponen una apuesta personal por una forma de vida m¨¢s sostenible.
Pero no nos enga?emos. No podemos detener el cambio clim¨¢tico de forma individual por mucho que nos esforcemos. Son necesarias acciones gubernamentales claras y a todos los niveles, que limiten y sancionen las pr¨¢cticas m¨¢s insostenibles a nivel de movilidad, de energ¨ªa y de comercio tanto a nivel estatal como global y estimulen y ayuden las pr¨¢cticas econ¨®micas y sociales m¨¢s sostenibles. Por desgracia, estas pr¨¢cticas de las instituciones no se ven por ninguna parte. Con frecuencia se observa exactamente lo contrario tanto a nivel auton¨®mico como a nivel municipal. En Val¨¨ncia, por ejemplo, se est¨¢n planteando pol¨ªticas para volver a permitir el paso de coches privados por el centro de la ciudad dificultando el paso del transporte p¨²blico y la movilidad sostenible. En nuestra ciudad, Val¨¨ncia, se quieren eliminar los mercados agrarios de proximidad en los barrios dificultando la compra de alimentos de proximidad y se est¨¢ minimizando el que nuestra ciudad sea capital verde europea en 2024 olvidando todos los objetivos de sostenibilidad que estaban planteados. Son unos peque?os ejemplos de un gobierno municipal que va claramente en contra direcci¨®n respecto a la lucha contra el cambio clim¨¢tico.
Nos guste o no el cambio clim¨¢tico, va a forzar, mejor dicho, est¨¢ forzando ya en estos momento, la introducci¨®n de nuevos sistemas tecnol¨®gicos como son el cambio del motor de explosi¨®n por el motor el¨¦ctrico que ya estamos empezando a ver en los nuevos coches o la entrada de los sistemas de producci¨®n energ¨¦tica basados en la energ¨ªa fotovoltaica y e¨®lica. Hace dos siglos, la puesta en marcha de la revoluci¨®n industrial supuso que unos pa¨ªses hegemonizaran el mundo mientras que otros quedaron fuera de juego al quedar retrasados frente a ella. Que nuestro pa¨ªs sepa adaptarse r¨¢pidamente a este cambio hist¨®rico y tecnol¨®gico es la base de nuestro futuro a nivel econ¨®mico a la vez que ha de ser la base de nuestra contribuci¨®n para limitar el cambio clim¨¢tico. Son dos caras de una misma moneda: La defensa de la sostenibilidad y de la lucha contra el cambio clim¨¢tico por un lado y, por otro, el estar en la vanguardia de los cambios tecnol¨®gicos a nivel energ¨¦tico. Desgraciadamente en estos momentos muchos de dichos cambios est¨¢n llegando a nuestra sociedad hegemonizados por pa¨ªses del Lejano Oriente.
Joan Rib¨® es exalcalde de Valencia y concejal de Comprom¨ªs.