Una neur¨®loga demanda a la Generalitat Valenciana por acoso laboral en el Hospital La Fe
La presunta v¨ªctima pidi¨® ayuda a conflictos internos, al subcomit¨¦ de g¨¦nero, al jefe de servicio de Neurolog¨ªa, a la gerencia del centro y al actual consejero de Sanidad antes de que ocupara el cargo
La neur¨®loga Aitana est¨¢ realizando una estancia temporal como investigadora en un hospital de Estados Unidos. ¡°Vine un poco para escapar¡±, asegura la especialista, que prefiere no dar su nombre real. Su futuro laboral es incierto. Desde all¨ª espera la resoluci¨®n del conflicto que le oblig¨® a dejar el Hospital La Fe de Valencia al que est¨¢ vinculada desde 2006. En julio demand¨® a la Consejer¨ªa de Sanidad en un caso de acoso laboral por parte del que era su superior, B. C., coordinador de la unidad de esclerosis m¨²ltiple....
La neur¨®loga Aitana est¨¢ realizando una estancia temporal como investigadora en un hospital de Estados Unidos. ¡°Vine un poco para escapar¡±, asegura la especialista, que prefiere no dar su nombre real. Su futuro laboral es incierto. Desde all¨ª espera la resoluci¨®n del conflicto que le oblig¨® a dejar el Hospital La Fe de Valencia al que est¨¢ vinculada desde 2006. En julio demand¨® a la Consejer¨ªa de Sanidad en un caso de acoso laboral por parte del que era su superior, B. C., coordinador de la unidad de esclerosis m¨²ltiple. La demanda, a la que ha accedido EL PA?S, se dirige contra el departamento sanitario de la Generalitat Valenciana, propietaria del hospital, por ¡°incumplimiento de la normativa de prevenci¨®n de riesgos laborales y vulneraci¨®n de derechos fundamentales y otros de legalidad ordinaria¡±. La doctora busc¨® amparo en todos los niveles durante cuatro a?os y se top¨® con la inacci¨®n de la Administraci¨®n, seg¨²n la demandante, que solicita al Consell una indemnizaci¨®n de 89.181 euros por da?os morales.
Todo comenz¨® a finales de 2020. El doctor B. C. es un referente nacional galardonado por su labor en la investigaci¨®n de la esclerosis m¨²ltiple. La demandante y ¨¦l manten¨ªan buena relaci¨®n hasta que ella firm¨® un contrato Juan Rod¨¦s del Instituto Carlos III que exige a sus beneficiarios m¨¢s independencia para investigar y asistir a pacientes. Esto choc¨® con los m¨¦todos del doctor B. C, seg¨²n la demanda. Desde entonces, se sucedieron faltas de respeto, retirada de pacientes y de la llave del laboratorio, el robo de la autor¨ªa de trabajos, la expulsi¨®n de facto del grupo, o la exclusi¨®n de congresos, siempre seg¨²n la versi¨®n de la neur¨®loga.
La demandante se reuni¨® a principios de 2024 con el gerente del hospital, Jos¨¦ Luis Poveda, para decirle que quer¨ªa volver al equipo de esclerosis m¨²ltiple. El presunto acosador laboral, que no ha querido hablar con este peri¨®dico, amenaz¨® con disolver la unidad si la neur¨®loga se reincorporaba despu¨¦s de que ¨¦l mismo la expulsase de facto. La unidad de esclerosis m¨²ltiple de La Fe es un CSUR, un distintivo que da el Sistema Nacional de Salud a unidades con altos niveles de especializaci¨®n. La instituci¨®n est¨¢ por encima de las personas y no quiero que perdamos el CSUR, le argument¨® Poveda.
El contrato de Aitana ya ha terminado. ¡°Era obvio que no me iban a contratar¡±, asegura. El hospital no le ha estabilizado, a pesar de que la ley de ciencia de 2022 as¨ª lo establece. Adem¨¢s, la demandante asegura que los beneficiarios del contrato Juan Rod¨¦s suelen ser estabilizados en la Comunidad Valenciana. La doctora lleg¨® a EE UU gracias a un programa de movilidad que ofrece esta bolsa. Guillermo Sanz, director cient¨ªfico del Instituto de Investigaci¨®n La Fe hasta el pasado 15 de enero, defiende que a la doctora se le deber¨ªa contratar. ¡°Los contratos Juan Rod¨¦s son convocatorias muy competitivas, se dan muy pocas al a?o en toda Espa?a. La convocatoria contempla en las bases que la consejer¨ªa est¨¢ obligada a estabilizarlas con las mismas condiciones: 50% tarea asistencial y 50% investigaci¨®n. Es lo que se tiene que hacer con la demandante y lo que se ha hecho anteriormente¡±, sostiene el doctor.
La neur¨®loga denunci¨® los hechos ante el Comit¨¦ de Gesti¨®n de Conflictos Internos (CGCI), que se encarga de estos asuntos. ¡°Lo hice cuando B. C. se neg¨® a revisarme los trabajos, me expuls¨® del grupo y de los ensayos cl¨ªnicos¡±, explica. El informe del CGCI concluy¨® que el entonces jefe de servicio de Neurolog¨ªa deb¨ªa mediar. El jefe de servicio es en un hospital el m¨¢ximo responsable de cada departamento. Tras varios intentos fallidos, la v¨ªctima se reuni¨® con ¨¦l, quien le dijo, seg¨²n se expone en la demanda: ¡°Si cae B. C. [el presunto acosador], caigo yo, por cosas que yo s¨¦¡± y que ¡°esto ha pasado toda la vida y hay que aguantarse¡±. El superior le aconsej¨®, seg¨²n la denunciante, que se retractara de haber denunciado. Ni la persona que ejerc¨ªa de jefe de servicio, ni el gerente Jos¨¦ Luis Poveda, ni ning¨²n portavoz actual de la Consejer¨ªa de Sanidad han querido manifestarse sobre la demanda. Desde este departamento de la Generalitat, que dirige Marciano G¨®mez, se ha incidido en que mientras no haya sentencia no se pronunciar¨¢n.
Precisamente, la demandante se reuni¨® en 2022 con G¨®mez, cuando era el responsable de Medicina Interna del hospital, antes de coger las riendas de la consejer¨ªa. El actual consejero no ten¨ªa competencias para solucionar el problema, pero la demandante acudi¨® a ¨¦l en busca de consejo, seg¨²n explica la neur¨®loga. G¨®mez incidi¨® en la dificultad de enfrentarse al establishment y le transmiti¨® sus dudas sobre las ventajas que podr¨ªa tener ir a juicio, apunta la demandante.
Aitana tambi¨¦n acudi¨® al subcomit¨¦ de g¨¦nero, pues considera que hay un componente machista en el hostigamiento. ¡°Me dijeron que guardara las pruebas, que no las malgastase en el hospital y que tuviese cuidado, pues el puesto laboral de mi marido [que es m¨¦dico en la instituci¨®n] podr¨ªa verse afectado por las acciones legales emprendidas¡±, explica. La doctora no lo considera una amenaza sino una advertencia de ¡°c¨®mo funciona el sistema¡± y un ejemplo de que ese organismo se ha ¡°escaqueado¡± de su responsabilidad. La miembro del subcomit¨¦ que advirti¨® a la doctora, del sindicato SATSE, asegura que su responsabilidad se limita a informar a gerencia y ¡°ellos hacen lo que quieren¡±.
Un ensayo cl¨ªnico en el que interven¨ªa la investigadora fue revocado, seg¨²n asegura, ¡°sin justificaci¨®n¡± por el jefe de servicio de entonces y el presunto acosador B. C. pese a estar acordado por las partes. Pese a que ambos aprobaron el ensayo en un primer momento, lo revocaron despu¨¦s de la denuncia interna. El director m¨¦dico de La Fe ¡°revirti¨® parcialmente la situaci¨®n¡±, se?ala la demandante. La neur¨®loga fue trasladada a otro despacho, se le permiti¨® hacer ensayos cl¨ªnicos, incluido el revocado, tener becarios y se distribuyeron los pacientes.
Otro ejemplo fue el de un ensayo con c¨¦lulas CAR-T, una terapia novedosa en la que es experta la demandante. La neur¨®loga pidi¨® liderarlo pero no recibi¨® respuesta del coordinador del CSUR ni del jefe de servicio, pese a que era la ¨²nica experta de la unidad. El equipo de esclerosis m¨²ltiple no se comunicaba con ella y no le permit¨ªa acceder a los datos de laboratorio¡±, recoge la demanda.
El servicio de riesgos laborales de la Consejer¨ªa de Sanidad inform¨® en 2023 de 29 conflictos en los centros sanitarios auton¨®micos. 14 fueron en La Fe, el hospital m¨¢s grande de la Comunidad Valenciana. Desde la secci¨®n de sanitarios de UGT explican que no hay estad¨ªsticas p¨²blicas sobre acoso laboral en centros sanitarios que permitan sacar conclusiones. ¡°No tenemos acceso a esos datos de ¨¢mbito estatal, ni auton¨®mico. Las ¨²nicas denuncias que conocemos son las que llegan al juzgado, que son poqu¨ªsimas¡±, explica una portavoz. ¡°Las denuncias internas pueden estar en la memoria de un centro de trabajo a la que nosotros no tenemos acceso. Los riesgos psicosociales no se recogen como tal. Hay que cambiar la forma de documentarlos. Las bajas en el trabajo se registran como accidentes y no se especifica la causa¡±, se lamenta.