Arag¨®n: el ¡®tsunami¡¯ en el Ebro
Es en la letra peque?a del voto rural donde Arag¨®n sigue siendo el Ohio de Espa?a. Es decir, el Casandra, el predictor de tendencias generales
No es Arag¨®n tierra de efusiones sentimentales y tampoco lo ha sido su pol¨ªtica, caracterizada por una estabilidad previsible, confianzuda y aburrida. Por eso, las derrotas y las victorias casi nunca se visten de melodrama. Unas y otras se asumen, por car¨¢cter, con un fatalismo sobrio. Lo que ha ocurrido este 28 de mayo necesita, sin embargo, una puesta en escena m¨¢s emotiva: la retirada de un presidente, Javier Lamb¨¢n, que ha tejido uno de los encaje...
No es Arag¨®n tierra de efusiones sentimentales y tampoco lo ha sido su pol¨ªtica, caracterizada por una estabilidad previsible, confianzuda y aburrida. Por eso, las derrotas y las victorias casi nunca se visten de melodrama. Unas y otras se asumen, por car¨¢cter, con un fatalismo sobrio. Lo que ha ocurrido este 28 de mayo necesita, sin embargo, una puesta en escena m¨¢s emotiva: la retirada de un presidente, Javier Lamb¨¢n, que ha tejido uno de los encajes de alianzas m¨¢s complejos y tupidos de Espa?a, y el ascenso de otro, Jorge Azc¨®n, que se present¨® a desgana, empujado por Feij¨®o, y que no ten¨ªa grandes expectativas cuando le hicieron levantarse del sill¨®n de alcalde de Zaragoza. Lamb¨¢n y Azc¨®n, de hecho, formaban una pareja extra?a, entendidos en el enfrentamiento. Armonizaban como enemigos, y ambos podr¨ªan haber sostenido ese equilibrio de contrarios mucho tiempo si la direcci¨®n nacional del PP no hubiera intervenido y si los socios a la izquierda del PSOE hubieran aguantado ese tsunami que tambi¨¦n se ha llevado a otros barones y que a Arag¨®n ha llegado sobre un Ebro casi seco.
Los electores no han castigado a Lamb¨¢n, pues solo ha perdido un esca?o. Pese a la pluralidad de fuerzas (tripulaba un cuatripartito con apoyo parlamentario de un quinto partido, Izquierda Unida), era la voz dominante de un gobierno que gestion¨® la pandemia con eficacia notable y antepuso la defensa de la sanidad p¨²blica, destituyendo a una consejera que hab¨ªa soliviantado a los m¨¦dicos y sustituy¨¦ndola por Sira Repoll¨¦s, una facultativa con prestigio en la profesi¨®n. Aunque el sistema se ha deteriorado mucho y las listas de espera y la atenci¨®n primaria han sufrido, el malestar y la contestaci¨®n social era m¨ªnima. Los conflictos m¨¢s graves que manejaba Lamb¨¢n le hac¨ªan da?o por la izquierda (el ¨²ltimo, la pol¨¦mica medioambiental sobre el proyecto fallido de Canal Roya en el Pirineo). Ha sido la desintegraci¨®n de sus socios, muy especialmente el Partido Aragon¨¦s y Podemos, las responsables de que a Azc¨®n le salgan las cuentas con Vox.
Arag¨®n Existe, aupada en la popularidad de Teruel y de Guitarte, se convierte en la ¨²nica facci¨®n de la plataforma Espa?a vaciada que consolida un proyecto pol¨ªtico y absorbe el electorado de fuerzas regionalistas y nacionalistas, como el PAR y la Chunta, pero ni siquiera en esta comunidad es suficiente para frenar a Vox, cuya rabia sin discurso sigue siendo mucho m¨¢s atractiva para esos ciudadanos que se sienten ninguneados, con razones o sin ella. Vox ha superado el 10% del voto en comarcas muy agr¨ªcolas y azotadas por el fin del carb¨®n (y en el norte, Arag¨®n Existe no ha logrado superar.
Es en la letra peque?a del voto rural donde Arag¨®n sigue siendo el Ohio de Espa?a. Es decir, el Casandra, el predictor de tendencias generales. Vox cabalga sin programa y sin candidatos sobre un territorio cabreado que no se siente interpelado por casi ning¨²n proyecto razonable. Estas elecciones eran una prueba para las plataformas que lideraba Teruel Existe, y se ha confirmado lo que ya se adivin¨® en las ¨²ltimas elecciones castellano-leonesas: que les falta capacidad para articular el malestar. Con eso tendr¨¢ que bregar Azc¨®n y el resto de candidatos del PP que pacten con Vox.