Lo que la abstenci¨®n esconde
Para saber por qu¨¦ los catalanes no acudieron a las urnas habr¨¢ que esperar a las encuestas postelectorales, esas que nos dan una mejor radiograf¨ªa de la sociedad
Aunque no est¨¢ negociando ning¨²n Gobierno ni pide conseller¨ªa alguna, la aut¨¦ntica triunfadora de la noche electoral catalana del pasado 14-F fue la abstenci¨®n. Tan solo un 53,52% de aquellas personas que pod¨ªan votar decidieron hacerlo. Tal fen¨®meno ya hab¨ªa sido una de las cuestiones m¨¢s comentadas durante la campa?a, sobre todo en lo referente a su dimensi¨®n ¡ª?hasta d¨®nde llegar¨ªa?¡ª y a su distribuci¨®n: ...
Reg¨ªstrate gratis para seguir leyendo
Si tienes cuenta en EL PA?S, puedes utilizarla para identificarte
Aunque no est¨¢ negociando ning¨²n Gobierno ni pide conseller¨ªa alguna, la aut¨¦ntica triunfadora de la noche electoral catalana del pasado 14-F fue la abstenci¨®n. Tan solo un 53,52% de aquellas personas que pod¨ªan votar decidieron hacerlo. Tal fen¨®meno ya hab¨ªa sido una de las cuestiones m¨¢s comentadas durante la campa?a, sobre todo en lo referente a su dimensi¨®n ¡ª?hasta d¨®nde llegar¨ªa?¡ª y a su distribuci¨®n: ?afectar¨ªa por igual al bloque independentista y al que no lo es?
Estos dos aspectos han quedado despejados. La dimensi¨®n fue mucho mayor de lo previsto hace unos meses, alcanzando m¨¢s de un 46%, la m¨¢s alta de la historia. Su distribuci¨®n parece que ha seguido la pauta habitual, afectando m¨¢s al bloque no independentista, pero tambi¨¦n en el otro lado se ha notado la desaz¨®n.
La siguiente pregunta que hay que hacerse, una cl¨¢sica en estas cuestiones, es qu¨¦ se esconde tras la abstenci¨®n. Es conocido que bajo un mismo gesto ¡ªno ir a votar¡ª se encierran razones diversas que van desde la mera pereza hasta el peor de los castigos, la indiferencia; eso que habitualmente denominamos desafecci¨®n y que puede o no convertirse en protesta, pero que indica un rechazo, por acci¨®n u omisi¨®n, al proceso electoral, y por ende un distanciamiento de los partidos pol¨ªticos, las instituciones y la propia democracia.
Para conocer con exactitud qu¨¦ provoc¨® la abstenci¨®n en Catalu?a habr¨¢ que esperar a las encuestas postelectorales: esas que no suscitan mucho debate en los medios, pero que nos dan una mejor radiograf¨ªa de la sociedad.
Para ir haci¨¦ndonos una idea, conviene consultar los datos ya disponibles de las auton¨®micas vascas del 12 de julio, donde tambi¨¦n la abstenci¨®n fue elevada, llegando 49%. Y no fue tanto, como se crey¨® inicialmente, por miedo al contagio. Los estudios postelectorales desvelaron causas m¨¢s profundas, como el escaso atractivo de los partidos y la desconfianza hacia la clase pol¨ªtica en general. Es cierto que la pandemia ahora est¨¢ en un momento m¨¢s delicado que en julio, pero parece sensato pensar que la enorme ca¨ªda de participaci¨®n en Catalu?a pueda esconder algo m¨¢s. M¨¢xime, tras el trabajo hecho por la Direcci¨®n General de Participaci¨®n y Procesos Electorales de la Generalitat ¡ªa la que creo que es justo felicitar¡ª para que todo estuviera organizado en condiciones de m¨¢xima seguridad.
Mientras llegan esos estudios que aclaren lo que la abstenci¨®n del 14-F esconde, conviene no olvidar que cualquier cuenta que se haga, tanto en comparaci¨®n con anteriores comicios como a la hora de deducir lo que la sociedad catalana quiere, debe incorporar esta variable. No sea que el 27% del censo, convertido en 52% de votos emitidos, se considere un respaldo social suficientemente amplio y definitivo a la independencia, o que se llegue a pensar que el 21% del censo, transmutado en el 48% de los votos en las urnas, acepta sin m¨¢s la actual relaci¨®n de Catalu?a con el resto de Espa?a.