Catalu?a se asoma al bloqueo a 10 d¨ªas para votar
Las encuestas dibujan varias mayor¨ªas posibles pero los f¨¦rreos vetos cruzados, sobre todo hacia el PSC, ensombrecen la legislatura. Nadie quiere repetici¨®n electoral pero tampoco la descarta
Catalu?a no es Dinamarca y la carrera al 12-M no es la serie Borgen. La pregunta m¨¢s insistente en las ruedas de prensa y entrevistas a las que estos d¨ªas se someten los candidatos a los comicios es con qui¨¦n piensan pactar. Y a 10 d¨ªas de la cita con las urnas, la vaguedad de las concreciones es id¨¦ntica a la del primer d¨ªa de campa?a. ...
Catalu?a no es Dinamarca y la carrera al 12-M no es la serie Borgen. La pregunta m¨¢s insistente en las ruedas de prensa y entrevistas a las que estos d¨ªas se someten los candidatos a los comicios es con qui¨¦n piensan pactar. Y a 10 d¨ªas de la cita con las urnas, la vaguedad de las concreciones es id¨¦ntica a la del primer d¨ªa de campa?a. El escenario id¨ªlico de la producci¨®n danesa ¡ªdonde los partidos exponen sin tapujos sus alianzas poselectorales y la fuerza minoritaria de una coalici¨®n termina gobernando por la carambola de los vetos¨D dista mucho de un panorama catal¨¢n: la sombra de la repetici¨®n electoral planea, alimentada de una situaci¨®n de bloqueo de la que nadie quiere hablar en p¨²blico, pero en privado s¨ª se asume como muy probable.
¡°Esperemos a que hablen los ciudadanos de Catalu?a, y a partir de ah¨ª veremos¡±, asegur¨® el candidato socialista, Salvador Illa, el pasado 14 de abril, a las puertas de la campa?a. El clar¨ªsimo ganador de todas las encuestas publicadas hasta ahora no se ha movido de esa l¨ªnea, a?adiendo, eso s¨ª, que salvo con los partidos ultra Vox o Alian?a Catalana, est¨¢ dispuesto a llegar a acuerdos con todos. ¡°Poner vetos, bloquear, paralizar, hacerlo dif¨ªcil¡ No lleva a ninguna parte¡±, repite cada d¨ªa.
El discurso de Illa es propio de quien lidera la carrera aunque tambi¨¦n responde a una ventana de oportunidad que no se abr¨ªa hace 10 a?os. Por primera vez en una d¨¦cada, no es seguro que los principales partidos independentistas (Junts, Esquerra Republicana y la CUP) puedan revalidar su hegemon¨ªa en el Parlament, la realidad aritm¨¦tica que ha arbitrado la vida parlamentaria del proc¨¦s. Un promedio de las encuestas publicadas hasta ahora realizado por este diario deja a la suma de esos tres partidos a un esca?o de los 68 que marca la mayor¨ªa absoluta.
Junts, ERC y CUP nunca actuaron como una mayor¨ªa efectiva, pero siempre bloquearon la posibilidad de cualquier alternativa. Illa, como virtual ganador, se encuentra ante una variedad aritm¨¦tica de pactos impensables en el momento ¨¢lgido del pulso independentista, pero, al mismo tiempo, en una encrucijada donde los acuerdos para ser investido y poder gobernar se ofrecen muy complicados de forjar. Esa dificultad es la que lleva a varias de las primeras espadas de los partidos a aceptar en privado que es muy posible irse a una repetici¨®n de los comicios en octubre ¡ªla C¨¢mara se disolver¨ªa a final de agosto¡ª, especialmente con una distancia muy ajustada entre Junts y ERC.
De entrada, la mano tendida del socialista (al que el promedio citado de diferentes encuestas otorga 39 esca?os) choca con tres vetos claros. El primero es el de quien se perfila como el segundo en la carrera, Junts per Catalunya. La suma entre los esca?os de Illa y los 33 que podr¨ªa obtener la candidatura de Carles Puigdemont llega a las 72 sillas. Pero el expresident expresa reiteradamente que no tiene ning¨²n inter¨¦s en apoyar a los socialistas, a los que tambi¨¦n amenaza con hacer caer la legislatura espa?ola en caso de que, si ¨¦l fuera la lista m¨¢s votada, intenten hacer un pacto alternativo entre perdedores.
¡°Solo hay dos proyectos que pueden gobernar Catalu?a: el que har¨ªa presidente a Illa, con una alianza de las izquierdas espa?olas y catalanas, o la nuestra¡±, asegur¨® ayer Puigdemont desde su cuartel general de Argelers (Francia), donde celebra los m¨ªtines ante la posibilidad de ser detenido si regresa a Espa?a. El socialista sabe que en Madrid son tan necesarios los votos de Junts como los de ERC y elegir en el Parlament puede tener sus consecuencias en el Congreso.
Esa alianza de izquierdas a la que hace referencia Puigdemont, de momento, tampoco es 100% viable. El segundo veto a Illa llega por parte los republicanos. Los 28 esca?os que obtendr¨ªa el actual president, Pere Aragon¨¨s, m¨¢s los del PSC se quedan a una silla de la mayor¨ªa absoluta. Ser¨ªa necesaria Comuns Sumar, la candidatura que lidera J¨¦ssica Albiach. Sus seis diputados elevar¨ªan a 73 esca?os el peso de una reedici¨®n del tripartito que gobern¨® Catalu?a en la primera d¨¦cada de los 2000.
Albiach ha dejado claro que no piensa pactar ning¨²n Gobierno con Junts, aunque nadie tampoco lo espera. Su otra l¨ªnea roja son las formaciones de ultraderecha. En el caso de Aragon¨¨s, como dijo hace tres d¨ªas en una entrevista a este diario, las opciones de pactar con el PSC son baj¨ªsimas. ¡°El PSC est¨¢ muy lejos de las tres condiciones que defenderemos: acuerdo de bases sobre las condiciones de un refer¨¦ndum, acordar e implementar la financiaci¨®n singular y reforzar la lengua catalana¡±, asegur¨® el president.
Puigdemont y Aragon¨¨s usan el posible pacto con el PSC como arma arrojadiza cada d¨ªa de campa?a, acus¨¢ndose mutuamente de estar listos para lanzarse en los brazos socialistas en caso de no ser la formaci¨®n ganadora. Tambi¨¦n es una manera de eludir su pelea interna y repetir una coalici¨®n que ya se mostr¨® imposible en la pasada legislatura. En Junts dan por hecho que los republicanos har¨¢n en el Parlament lo mismo que hicieron, hace un a?o, en las tres de las cuatro diputaciones catalanas: pactar con los socialistas o, incluso, como en el caso de la de Barcelona, entrar por la puerta de atr¨¢s del Ejecutivo provincial despu¨¦s de que otros votos permitan la investidura.
El expresident es bastante claro al alertar de los riesgos de que ocurra un Collboni, aunque por ah¨ª pasa el tercer veto al que se enfrenta Illa. Puigdemont se refiere as¨ª a lo ocurrido en el Ayuntamiento de Barcelona el a?o pasado. La candidatura de Xavier Trias fue la m¨¢s votada y la decisi¨®n de los republicanos de apoyarle impidi¨® que se forjara una mayor¨ªa alternativa de izquierdas. Pero el pacto sorpresa entre socialistas, comunes y PP le dio la vara de alcalde a Jaume Collboni, que gobierna en minor¨ªa.
Esa posibilidad de repetir una operaci¨®n de esta envergadura en este momento es muy remota. Aritm¨¦tica e ideol¨®gicamente. Una suma de PSC y PP solo alcanza 41 esca?os. Ya al inicio de campa?a, el popular Alejandro Fern¨¢ndez supedit¨® cualquier pacto a que Illa rompiera con el independentismo. Las relaciones entre socialistas y populares, adem¨¢s, pasan por un momento muy distinto al de hace un a?o, despu¨¦s del ¨®rdago de Pedro S¨¢nchez sobre su continuidad.
Aragon¨¨s sufre el desgaste de haber gobernado en una gran minor¨ªa (33 de 135 diputados) y su experiencia es un aviso a navegantes para quien quiera intentarlo. Los partidos tampoco se atreven ahora a desvelar votos diferenciados de cara a permitir una investidura, evitando coaliciones. ¡°Puedes enga?ar a todos alg¨²n tiempo y a algunos todo el tiempo; pero no puedes enga?ar a todos todo el tiempo¡±. La frase del expresidente de EE UU Abraham Lincoln marca el inicio de uno de los cap¨ªtulos de la tercera temporada de Borgen. Podr¨ªa ser tambi¨¦n el colof¨®n de la noche electoral del 12-M en Catalu?a.