En busca del indeciso | 6. Santo Tom¨¢s introduce la papeleta

No est¨¢ bien visto ser indeciso. De los casi ocho millones de espa?oles que no ten¨ªa claro a qui¨¦n votar al principio de la campa?a, casi la mitad de ellos terminar¨¢ de decidir su voto esta semana. Un 6,4% de los electores elegir¨¢n en la jornada de reflexi¨®n y otro 5,9% el mismo d¨ªa de las elecciones. En total, casi 2,5 millones de personas que llegar¨¢n caminando hasta el colegio electoral con varios sobres en la mano ...

No est¨¢ bien visto ser indeciso. De los casi ocho millones de espa?oles que no ten¨ªa claro a qui¨¦n votar al principio de la campa?a, casi la mitad de ellos terminar¨¢ de decidir su voto esta semana. Un 6,4% de los electores elegir¨¢n en la jornada de reflexi¨®n y otro 5,9% el mismo d¨ªa de las elecciones. En total, casi 2,5 millones de personas que llegar¨¢n caminando hasta el colegio electoral con varios sobres en la mano para decidir ah¨ª, frente a la urna, si meter el rojo, el azul, el rosa, el verde, el amarillo¡­

Pero no est¨¢ bien visto dudar. Los analistas alertan de que la presi¨®n en la familia, el trabajo o los amigos altera las cifras y es dif¨ªcil saber qui¨¦n duda o qui¨¦n miente a los encuestadores porque ser tibio, equidistante o ambiguo es un espacio de orfandad en momentos en que se exige convicci¨®n. Mostrarse indeciso penaliza en el mundo de las certezas. En la pol¨ªtica, en la religi¨®n o a la hora de tirar un penalti.

Uno de los primeros casos de duda de la historia es la del ap¨®stol Tom¨¢s, un buen hombre, pescador de profesi¨®n, capaz de morir en la India llevando la palabra de Cristo al otro lado del mundo, pero que ha pasado a la historia como un gran desconfiado, retratado durante siglos por Rubens o Caravaggio metiendo la mano en las heridas del costado de Jes¨²s para comprobar que muri¨® en la cruz y resucit¨® al tercer d¨ªa.

¡°No est¨¢ bien visto dudar¡±, explica el monje benedictino ?ngel Abarca, uno de los 24 religiosos que viven en clausura en el monasterio de Santo Domingo de Silos. ¡°La consecuencia es que en la talla de La Duda de Santo Tom¨¢s, el ap¨®stol es representado con rasgos de simio¡±, explica. Por dudar, Santo Tom¨¢s pas¨® a la historia tallado como un mono, en una de las obras m¨¢s representativas del rom¨¢nico castellano.

Tal vez por eso, los 24 monjes que custodian el espectacular mach¨®n har¨¢n una pausa en su secular clausura y saldr¨¢n a votar el pr¨®ximo domingo, confirma el religioso. ¡°Iremos al Ayuntamiento a votar, salvo alguno que no pueda por edad¡±, dice a pocos metros del mach¨®n tallado en el a?o 1113, cubierto hasta los tobillos con el austero h¨¢bito dominico.

¡ª?Y qu¨¦ van a votar?

¡ªNo se lo puedo decir, pero le sorprender¨ªa, se?ala risue?o, despu¨¦s de la oraci¨®n de la siete, pronunciada completamente en gregoriano.

¡ªClaro que estamos enterados de las elecciones. No tenemos televisi¨®n, alguno escucha radio y, de vez en cuando, vemos los peri¨®dicos que alguien deja en la hospeder¨ªa, pero con internet tenemos suficiente.

¡ª?Qu¨¦ temas les preocupan aqu¨ª dentro?

¡ªA m¨ª, el cambio clim¨¢tico¡ª responde¡ª Y los accidentes de tr¨¢fico.

El monje, que esta semana recibe a un grupo de siete j¨®venes que dudan sobre su vocaci¨®n, seleccionados entre m¨¢s de 100 indecisos que pasar¨¢n una temporada en el monasterio tratando de aclararse, piensa que ¡°la duda es motivo de b¨²squeda y de dinamismo frente a la par¨¢lisis de las certezas¡±. Para los fil¨®sofos, el caso contrario es el burro de Burid¨¢n, el mejor ejemplo de la duda que paraliza. El escol¨¢stico franc¨¦s sit¨²a a un burro frente a dos cubos de heno exactamente iguales colocados a la misma distancia. El animal, paralizado, mira una y otra vez los cubos, pero es incapaz de elegir. Aunque puede comer, es incapaz de tomar una indecisi¨®n hasta que finalmente muere de hambre.

Frente a las dudas y la indecisi¨®n est¨¢n los que dividen el mundo entre ¡°los que tienen el rev¨®lver cargado y los que cavan¡±, que bien podr¨ªa ser un eslogan pol¨ªtico de Trump y de Vox. Clint Eastwood pronunci¨® la famosa frase a pocos kil¨®metros de Silos, donde habla el monje, durante el rodaje de uno de los duelos m¨¢s conocidos de la historia de los westerns. La escena final de El bueno, el feo y el malo fue el primer cartel electoral de estas elecciones y el ¨²ltimo lugar al que deber¨ªa acudir el indeciso.

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