?Qui¨¦n ha ganado y qui¨¦n ha perdido en el debate electoral de Madrid?

El debate entre los seis candidatos a la presidencia de la Comunidad de Madrid el pr¨®ximo 4 de mayo dej¨® momentos y frases que ser¨¢n analizadas durante d¨ªas. La actual presidenta Isabel D¨ªaz-Ayuso (PP), ?ngel Gabilondo (PSOE), M¨®nica Garc¨ªa (M¨¢s Madrid), Pablo Iglesias (Podemos), Roc¨ªo Monasterio (Vox) y Edmundo Bal (Ciudadanos) intercambiaron golpes durante dos horas marcadas por la gesti¨®n de la pandemia y la crisis econ¨®mica, con La Moncloa de fondo. La candidata del PP llegaba a este momento de la campa?a con aparente ventaja, seg¨²n las encuestas. ?Qui¨¦n ha salido m¨¢s reforzado en este debate? ?Qui¨¦n ha resultado m¨¢s convincente para los indecisos que van a inclinar la balanza? ?Qui¨¦n ha desaprovechado esta oportunidad y sale perjudicado del duelo televisivo? Ocho analistas ofrecen aqu¨ª sus primeras impresiones sobre el debate de este mi¨¦rcoles, el ¨²nico en la agenda de una campa?a que todos los partidos entienden como un laboratorio de la pol¨ªtica nacional.

M¨¢riam Mart¨ªnez-Bascu?¨¢n

¡°El debate consagra la pol¨ªtica de bloques en la Comunidad¡±

El debate consagra la pol¨ªtica de bloques en la Comunidad con escasas opciones para Ciudadanos y un Vox desorientado. Ayuso no pierde, pero ha fagocitado tanto el espacio de la derecha que realmente ha dejado poco juego a sus compa?eros de bloque. El resultado de su estrategia agresiva se visualiz¨® en una fuerza pol¨ªtica como Vox, sin encontrar la atenci¨®n medi¨¢tica, y Edmundo Bal, un buen candidato jugando un deporte diferente al resto. En alg¨²n momento el choque entre Vox y Podemos subi¨® los decibelios y consigui¨® meter a Monasterio en el debate. La din¨¢mica de confrontaci¨®n del bloque progresista contra Ayuso quiz¨¢s se explique porque la izquierda est¨¢ estabilizada, y la derecha en recomposici¨®n. El c¨®digo gobierno/oposici¨®n llev¨® a la izquierda a pedir rendici¨®n de cuentas con datos y un discurso basado en la gesti¨®n, reivindicado especialmente por M¨®nica Garc¨ªa, mientras Ayuso trataba de colocar mensajes. Su populismo castizo y sin freno volvi¨® a articularse sobre la base de un pueblo madrile?o castigado por el Gobierno central. Iglesias demostr¨® nuevamente que domina el registro del debate, y Gabilondo la iron¨ªa. Dijo Ayuso que en estas elecciones se juega un modelo pol¨ªtico para Espa?a y para Madrid, y as¨ª es. Pero esa contienda tendr¨¢ lugar en la derecha. El debate fue el mejor ejemplo de la batalla que viene.

M¨¢riam Mart¨ªnez-Bascu?¨¢n es polit¨®loga.

Berna G. Harbour

¡°La presidenta de la Comunidad de Madrid actu¨® a la defensiva, como v¨ªctima¡±

Es una gran paradoja que la persona que lidera las encuestas y acaso va a duplicar los esca?os que obtuvo en 2019, Isabel D¨ªaz Ayuso, fuera la menos solvente en un debate en el que se vio demasiado bien complementada por Roc¨ªo Monasterio. La presidenta de la Comunidad de Madrid actu¨® a la defensiva, como v¨ªctima, con consignas aprendidas y un tono y una gesticulaci¨®n entre chulescos e infantiles que Pablo Iglesias supo afear con su ¡°no sonr¨ªa¡±. El l¨ªder de Unidas Podemos, que suele vencer en los debates, entr¨® en m¨¢s baja forma que lo habitual pero se fue con el premio gordo: la invitaci¨®n de Gabilondo a ganar juntos las elecciones en una cuenta atr¨¢s de 12 d¨ªas. Interesante forma de recular por parte del PSOE ante la esterilidad de su anterior mano tendida a Ciudadanos. Con una simetr¨ªa encontrada hasta en la ropa, M¨®nica Garc¨ªa salt¨® perfectamente al ruedo y llev¨® la pol¨ªtica al terreno que domina, el de la sanidad p¨²blica y la desigualdad desde su perfil de madre y m¨¦dica. Edmundo Bal, buen orador, fall¨® por la esencia, y es su incapacidad de distanciarse del PP. Y repugn¨® Roc¨ªo Monasterio por su exhibici¨®n de racismo al que nadie hizo suficientemente frente. Una izquierda reunificada y una derecha imantada por la xenofobia quedaron sobre la mesa.

Berna Gonz¨¢lez Harbour es periodista de EL PA?S.

Xavier Peytibi

¡°Bal, Gabilondo y Monasterio no han conseguido diferenciarse¡±

En unas elecciones polarizadas y que, como bien indicaba D¨ªaz Ayuso, trascienden la Comunidad de Madrid, se esperaba un bronco debate. No lo ha sido. Pero este debate, el ¨²nico que se celebraba con las seis candidaturas, era prioritario frente a un 20% de indecisos y, por ende, lo era tambi¨¦n para las candidaturas que hoy deb¨ªan sobresalir m¨¢s que nunca. Y lo peor que puede pasar para quien lo necesita es no conseguir diferenciarse claramente. Y eso le ha sucedido a Edmundo Bal (pese a las propuestas constantes), a ?ngel Gabilondo (pese a su buen humor) y a Roc¨ªo Monasterio (pese a la ¡°colocaci¨®n¡± de sus mensajes m¨¢s duros sin oposici¨®n). Aunque hayan hecho un buen debate, porque todos lo han hecho. Pero lo sobresaliente ha sido c¨®mo un experimentado Iglesias ha dejado KO por momentos, mediante el martilleo constante de datos, a una Ayuso que, tambi¨¦n presionada por el buen hacer respecto a temas sanitarios y sociales de M¨®nica Garc¨ªa ha acusado cada golpe. Pero a ella le bastaba aguantar, le bastaba no perder cuando sab¨ªa que iba a ser el blanco de casi todos los ataques, y lo ha logrado con creces y manteniendo su mensaje. Solo dos candidatos la han dejado respirar: Monasterio, que iba contra Iglesias, y Bal, que -en una buena estrategia- iba contra Vox. Si un debate es una batalla de narrativas, en esta batalla todos han tenido claro sus adversarios y con qui¨¦n confrontar. Veremos qui¨¦n ha cambiado m¨¢s percepciones.

Xavier Peytibi es consultor de comunicaci¨®n pol¨ªtica.

Teodoro Le¨®n Gross

¡°Para Ayuso, todo lo que no fuese perder, era ganar¡±

M¨®nica Garc¨ªa, aunque abus¨® del papel de doctora de la pandemia, a veces sin elevarse de ese rol, tuvo brillo. Bal, que centr¨® su estrategia contra Vox, ofreci¨® los mejores alegatos. Pero esto tiene una eficacia previsiblemente limitada en un debate de formato plural, donde, a diferencia del cara a cara, no se gana por KO sino a los puntos. Y eso se presta a muchos matices, tanto m¨¢s cuando se discurre por un cierto concurso de mon¨®logos, focalizado m¨¢s en conservar y movilizar a tu electorado que en arrebatar voto al otro. Descontado el efecto bloquismo, sin trasvase de derecha a izquierda, o viceversa, ?qui¨¦n pudo quitar voto a qui¨¦n? Pues quiz¨¢ M¨¢s Madrid a PSOE y a Unidas Podemos; y Ciudadanos tratando de sobrevivir en el centroderecha confrontando con Vox. Gabilondo padeci¨® incluso un problema de imagen como el legendario afeitado de Nixon, m¨¢s all¨¢ del desfase generacional con los dem¨¢s; y su mejor momento fue alguna iron¨ªa fuera de plano. Puede ser un buen presidente, pero no un buen candidato, de ah¨ª que S¨¢nchez lo haya solapado. Monasterio se empantan¨® en la estrategia de Vox, petulante pero sin la pegada de otros l¨ªderes de la formaci¨®n. Sobre la posibilidad de marcar agenda de un modo persuasivo, ninguno rompi¨® los marcos previsibles. La campa?a sale del debate tal como lleg¨® al debate. Ayuso, as¨ª pues, puede considerarse ganadora porque para ella todo lo que fuese no perder, era ganar. Y ni siquiera una izquierda coordinada, que focaliz¨® sus estrategias con los tres rivales de la derecha, le descont¨® puntos. Iglesias, tras abandonar la vicepresidencia para romper la campa?a de Madrid, no logr¨® salir de la irrelevancia e incluso tuvo menos brillo final que M¨®nica Garc¨ªa, a la que traicion¨® m¨¢s quien eligi¨® la talla de su chaqueta que quien le asesor¨® en los hot spots. Desde hoy se regresa al pulso de S¨¢nchez con Ayuso, y de Ayuso con S¨¢nchez, que es lo que marca la campa?a. Para preocupaci¨®n, entre otros, de Pablo Casado.

Teodoro Le¨®n Gross es columnista de EL PA?S.

Cristina Monge

¡°La izquierda ha mostrado unidad estrat¨¦gica respetando la identidad de las tres formaciones¡±

A lo largo del debate la izquierda ha mostrado unidad estrat¨¦gica respetando la identidad de las tres formaciones, dirigidas cada una de ellas a un electorado diferente que aspira a movilizar en su totalidad, como ¨²nica posibilidad de acceder al Gobierno de la Comunidad de Madrid.

Frente a quienes planteaban que concurrir por separado dividir¨ªa y podr¨ªa desmotivar a los progresistas, entre los tres han intentado amplificar su espacio y multiplicar las opciones. Al Gabilondo m¨¢s socialdem¨®crata con alusiones continuas al di¨¢logo le acompa?¨® una M¨®nica Garc¨ªa conocedora de su espacio en una izquierda urbana, moderna y alejada de clich¨¦s, junto a un Pablo Iglesias apelando al lado m¨¢s izquierdo del tablero. Gabilondo consum¨® la estrategia y marc¨® el rumbo para lo que queda de campa?a, instando a M¨®nica Garc¨ªa a gobernar juntos y mirando a los ojos de Pablo Iglesias para decirle: ?Pablo, tenemos 12 d¨ªas para ganar las elecciones!

Por otro lado, el hecho de confrontar de forma central todo el bloque contra Ayuso, ha ayudado a los progresistas a restar visibilidad a Ciudadanos, que no ha conseguido incrementar su espacio, y que se ha enzarzado en una pugna con VOX por ver qui¨¦n acaba siendo la pareja de baile de Ayuso. ?sta, mejor asesorada en la segunda parte del debate que en la primera ¨C probablemente por un cambio de estrategia decidido sobre la marcha -, gan¨® enteros entre los suyos cuando dej¨® claro que ella no se digna a bajar al debate con sus compa?eros de bloque, porque ella s¨®lo confronta con el presidente del Gobierno espa?ol, articula discurso m¨¢s all¨¢ de Madrid, y se encuentra muy c¨®moda en el marco que ha creado y que, hasta ahora, nadie ha roto.

Cristina Monge es polit¨®loga.

Pilar Mera

¡°Posiblemente ning¨²n candidato haya conseguido el debate que buscaba¡±

Mi impresi¨®n general es que el debate refuerza a Isabel D¨ªaz Ayuso, a pesar de que Pablo Iglesias consigui¨® dinamitar su estrategia de aparecer como una pol¨ªtica de Estado, rebajando el tono habitual de sus intervenciones. El momento clave, en mi opini¨®n, ha sido la intervenci¨®n de Pablo Iglesias pidi¨¦ndole que no sonriese y abriendo una brecha en la seguridad aplastante que hab¨ªa exhibido la presidenta hasta ese momento. Ese turno cambi¨® el tono de Ayuso y abri¨® un boquete, que termin¨® siendo rendija, por el que los dem¨¢s participantes pudieron atacarla tambi¨¦n, revitalizando el debate de manera similar a la que revitaliz¨® la precampa?a con su decisi¨®n de presentarse como candidato en Madrid. Sin embargo, esa fragilidad resulta insuficiente para mover lo que las encuestas llevan anunciando. Aunque posiblemente ning¨²n candidato haya conseguido el debate que buscaba, el resultado refuerza posiciones. Ayuso como ganadora a mucha distancia de los dem¨¢s; Gabilondo como candidato insuficiente, incapaz de encontrar la v¨ªa para ofrecer una alternativa; M¨®nica Garc¨ªa, irregular, pero posiblemente la candidata m¨¢s fresca y cre¨ªble de la izquierda; Pablo Iglesias y Roc¨ªo Monasterio, reforzando a sus fieles, y Edmundo Bal, bien en la ejecuci¨®n, equivocado en el contenido e insuficiente para levantar sus malas expectativas.

Pilar Mera es historiadora.

V¨ªctor Lapuente

¡°Los madrile?os pudieron visualizar c¨®mo ser¨ªa un Gobierno de coalici¨®n entre una Ayuso irritable y una Monasterio irritada¡±

A falta de Superliga, el mi¨¦rcoles de Superdebate no defraud¨®. Sorprendentemente, los tres partidos de la izquierda remaron en la misma direcci¨®n, abandonaron las tentaciones populistas y se pusieron el traje de faena, facilitando un arsenal de datos y propuestas concretas y coherentes. Cada uno mantuvo su perfil, pero no se da?aron. Proyectaron una imagen de Gobierno de coalici¨®n que parec¨ªa misi¨®n imposible cuando Iglesias anunci¨® su candidatura. Gabilondo, manteniendo la seriedad, se sac¨® de encima la mansedumbre y se aup¨® como presidenciable. Le lastraron los tics de profesor, perdiendo el tiempo en iron¨ªas que no hac¨ªan gracia, digresiones que desconcertaban, y reprimendas f¨²tiles a los dem¨¢s candidatos como si fueran sus estudiantes. M¨®nica Garc¨ªa fue m¨¢s eficaz e inteligente.

Al contrario, las tres formaciones de la derecha dispararon en todas las direcciones y fueron v¨ªctimas del fuego amigo. Los madrile?os pudieron visualizar c¨®mo ser¨ªa un Gobierno de coalici¨®n entre una Ayuso irritable y una Monasterio irritada. A la gran ganadora de la campa?a, Ayuso, se le atragant¨® el debate. Comunica mejor con los amigos entre ca?as que con los rivales en un plat¨®. Temeraria unas veces, temerosa otras, alternando gesto hosco y mueca ir¨®nica, voz apocada y tono desafiante, ojos perdidos y mirada directa a la c¨¢mara, no transmiti¨® la confianza de una presidenta sino la vacilaci¨®n de una l¨ªder de la oposici¨®n. El verbo tenebroso de Monasterio no merece comentarios.

V¨ªctor Lapuente es polit¨®logo.

Jos¨¦ Carlos D¨ªez

¡°El PP vuelve al discurso del ¡®Madrid va bien¡¯ de Aznar en la burbuja inmobiliaria¡±

Muy flojo debate que no aclara las dudas de los indecisos sobre el futuro de Madrid en los dos pr¨®ximos a?os. La fragmentaci¨®n del Parlamento ha impedido que Madrid haya tenido presupuestos en los dos ¨²ltimos a?os en la peor crisis econ¨®mica desde 1936 y tambi¨¦n dificulta mucho tener un debate de ideas y propuestas. Solo una cita de una de las candidatas de menos de un minuto sobre los fondos europeos, la mayor oportunidad de transformaci¨®n y modernizaci¨®n de nuestra econom¨ªa desde 1986, cuando entramos en la Uni¨®n Europea.

El PP, despu¨¦s de subirnos los impuestos a todos los espa?oles desde 2008 vuelve al discurso del ¡°Madrid va bien¡± de Aznar en la burbuja inmobiliaria. La diferencia es que ahora sabemos c¨®mo acab¨® ese desastre en 2008. Cero an¨¢lisis y propuestas para revertir la precariedad y la desigualdad, especialmente de los j¨®venes madrile?os, que uno de cada tres est¨¢ en el paro. Vivienda, educaci¨®n, universidades, ciencia, investigaci¨®n, innovaci¨®n, inteligencia artificial, movilidad el¨¦ctrica, pol¨ªtica industrial y tecnol¨®gica tendr¨¢n que esperar. China y EE UU est¨¢n en una guerra tecnol¨®gica global del nuevo milenio y en Madrid estamos en un debate ideol¨®gico de los a?os ochenta con Reagan y Thatcher. Es un milagro que la ciudad de Madrid sea tan din¨¢mica con este panorama pol¨ªtico.

Jos¨¦ Carlos D¨ªez es economista.

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