D¨ªaz Ayuso, frente a la presi¨®n ideol¨®gica de Vox: ni contigo ni sin ti
La l¨ªder del PP busca un dif¨ªcil equilibrio con la meta de no necesitar el voto afirmativo del partido ultra
En el cuartel general del PP temen al abrazo del oso de Vox: la izquierda busca movilizar a los votantes alertando de que Isabel D¨ªaz Ayuso y Roc¨ªo Monasterio formar¨¢n una pareja de baile imposible de separar tras los comicios, analizan los estrategas conservadores. Aunque la candidata popular puede seguir el comp¨¢s de la ultra en algunos temas (bajada de impuestos), otros podr¨ªan provocar un pisot¨®n que rompiera el ritmo de la danza (el veto educativo; los menores no acompa?ados; la violencia de g¨¦nero, el aborto y la eutanasia). Por eso hay veces en las que D¨ªaz Ayuso parece bailar una bacha...
En el cuartel general del PP temen al abrazo del oso de Vox: la izquierda busca movilizar a los votantes alertando de que Isabel D¨ªaz Ayuso y Roc¨ªo Monasterio formar¨¢n una pareja de baile imposible de separar tras los comicios, analizan los estrategas conservadores. Aunque la candidata popular puede seguir el comp¨¢s de la ultra en algunos temas (bajada de impuestos), otros podr¨ªan provocar un pisot¨®n que rompiera el ritmo de la danza (el veto educativo; los menores no acompa?ados; la violencia de g¨¦nero, el aborto y la eutanasia). Por eso hay veces en las que D¨ªaz Ayuso parece bailar una bachata, con unos pasos hacia adelante y otros tantos hacia atr¨¢s. ¡°Yo no soy Vox¡±, dijo el jueves, alej¨¢ndose de la extrema derecha. Pero no mucho: ¡°Ser¨ªa desleal por mi parte atacar a un partido que me ha dado un gobierno [el de Madrid, en 2019]¡±, apunt¨® luego.
?A qu¨¦ se debe ese equilibrismo? Primero, a que en el PP incomoda que la extrema derecha haya centrado su campa?a electoral en la supuesta inseguridad de las calles de Madrid, en la ayuda que proporciona la Administraci¨®n a los menores extranjeros no acompa?ados, o en el compromiso de dificultar el ejercicio de derechos como el aborto y la eutanasia. Segundo, a que acertar con el tono frente a Vox es la ¨²nica manera de mantener el apoyo de exvotantes de este partido (neg¨¢ndose a un cord¨®n sanitario) sin perder los que se puedan recibir de quienes antes votaron a Cs (avalando las propuestas ideol¨®gicas m¨¢s radicales). Y tercero, porque se busca una f¨®rmula que concilie la diferente posici¨®n de D¨ªaz Ayuso y de Pablo Casado frente a la extrema derecha, facilitando que la posici¨®n de la presidenta de Madrid no reviente la estrategia centrista del l¨ªder nacional.
¨D Casado defini¨® a Vox como populismo antiliberal, proteccionismo aut¨¢rquico, oportunismo demag¨®gico..., ?Hace suyas esas definiciones?, le recordaron en un encuentro informativo organizado por El Mundo.
¨D Yo tengo mi propio perfil. Ser¨ªa profundamente desleal por mi parte atacar a un partido que me ha dado un gobierno. Lo que me corresponde es hablar del proyecto que yo quiero, y todas las preguntas son sobre qu¨¦ voy a hacer yo con Vox, contest¨®.
As¨ª es la relaci¨®n de D¨ªaz Ayuso con Vox antes de las elecciones del 4 de mayo: ni contigo, ni sin ti. Rivales hoy, socios ma?ana. Un v¨ªnculo lleno de tensiones que ya ha propiciado mil y una pol¨¦micas en la pol¨ªtica madrile?a.
Todo se resume con un par de caf¨¦s. Ocurre el 4 de marzo, solo dos meses antes de las elecciones. D¨ªaz Ayuso y Monasterio se dejan ver compartiendo un tentempi¨¦ en la Asamblea de Madrid, aunque en realidad est¨¢n haciendo otra cosa: firmar un alto al fuego. Parece el fin a un distanciamiento provocado por las decisiones pol¨ªticas (Vox impide una rebaja de impuestos), los agravios personales (Vox acusa a D¨ªaz Ayuso de haber recibido trato de favor en el caso Avalmadrid) y las emociones (no hay sinton¨ªa personal, como refleja que la l¨ªder del PP defina como ¡°do?a perfecta¡± a la de Vox). Las dos l¨ªderes se ven obligadas a reconocer que se necesitan. Justo lo que ocurrir¨¢ tras el 4-M, seg¨²n todas las encuestas. Un dato que se ha convertido en la ¨²nica china en el zapato electoral de D¨ªaz Ayuso, puesta en la posici¨®n de hablar constantemente de un partido que no es el suyo. ?La soluci¨®n para evitar el desgaste? Comparar a Vox con Podemos.
¡°No puedo ser equidistante entre Podemos y Vox¡±, defendi¨® este jueves D¨ªaz Ayuso, que ha hecho una larga ristra de cr¨ªticas a Pablo Iglesias (¡±naci¨® del mal para hacer el mal¡±) para explicar por qu¨¦ no es favorable a aislar con un cord¨®n sanitario al partido de Monasterio. ¡°No he escuchado al resto de partidos hablar de la guillotina, de los escraches, de reventar cajeros, de pegar a polic¨ªas y guardias civiles, o de reventarles los escaparates a los comerciantes de Madrid y Barcelona¡±, sigui¨®. ¡°Quien parte de la violencia es Pablo Iglesias. Por eso no puedo ser equidistante¡±, opin¨®. ¡°Ahora bien, como ven que encaramos el final de la campa?a y mi candidatura est¨¢ concitando tanto apoyo, intentan activar a una izquierda moribunda con el asunto de Vox¡±, argument¨®. ¡°Yo no soy Vox¡±, subray¨®. Y remat¨®: ¡°Tengo mi propio proyecto. Y las etiquetas se las dejo para quienes necesiten ponerlas para dividir y enfrentar. Los siguientes escenarios ya se ver¨¢n. El futuro no est¨¢ escrito¡±.
Todos los sondeos auguran la victoria de D¨ªaz Ayuso. La mayor¨ªa coinciden en que el PP podr¨¢ gobernar c¨®modamente gracias a Vox. Si se confirman esas dos predicciones, el futuro de Madrid depender¨¢ de los costes a pagar por ese apoyo.
Por eso, el PP centrar¨¢ la recta final de la campa?a en lanzar mensajes positivos para rescatar el ambiente optimista del arranque y convertir en realidad un sondeo de GAD3 para el diario ABC: que D¨ªaz Ayuso lograr¨¢ m¨¢s esca?os que toda la izquierda junta, lo que le permitir¨ªa gobernar sin el apoyo afirmativo de Vox, y gracias a su abstenci¨®n. Eso neutralizar¨ªa la capacidad de la extrema derecha para influir en un hipot¨¦tico Ejecutivo de D¨ªaz Ayuso. Las dos partes, en cualquier caso, ya saben cu¨¢les son los limites de la negociaci¨®n, porque ya los exploraron en profundidad, y durante meses, durante las conversaciones para pactar los Presupuestos de 2021, que quedaron en nada por el adelanto electoral.
As¨ª, D¨ªaz Ayuso est¨¢ dispuesta a ceder en asuntos de cariz ideol¨®gico como recortar los gastos de la Administraci¨®n, a analizar el coste de acoger a menores extranjeros no acompa?ados, o a encargar a la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) una revisi¨®n de la eficacia del gasto en subvenciones, abriendo la puerta a que en el futuro Vox reclamara dejar de financiar iniciativas vinculadas con el feminismo, los derechos LGTBI, o las ayudas a inmigrantes, como ya hab¨ªa planteado en el pacto de investidura.
Tambi¨¦n se aceptaba la propuesta de Vox para impulsar un ¡°Plan de apoyo a las adolescentes embarazadas¡±. Este partido, que tiene una diputada que hace ecograf¨ªas a las puertas de cl¨ªnicas de interrupci¨®n voluntaria del embarazo para que las mujeres que acuden escuchen el latido del coraz¨®n de los embriones, ya propuso en la Asamblea una baja maternal escolar para fomentar que esos embarazos lleguen a t¨¦rmino.
Finalmente, se reafirmaba el apoyo de las dos partes a la educaci¨®n especial como una forma de confrontar con el Gobierno central, y la llamada Ley Cela¨¢.
No obstante, en aquella negociaci¨®n estuvo Cs, que actu¨® como elemento de moderaci¨®n, que rechaz¨® el veto parental educativo (en lo que coincidi¨® el PP). Ahora el baile es a dos.
Suscr¨ªbete aqu¨ª a nuestra nueva newsletter sobre Madrid