?ltimo SOS del s¨ªmbolo de Irlanda en Galicia: ruina, goteras y conflicto judicial
El antiguo colegio fundado en 1605 para formar religiosos irlandeses y combatir desde Espa?a la persecuci¨®n anglicana agoniza, entre desprendimientos y filtraciones
Cuenta una persona cercana a los siete herederos del Pazo dos Irlandeses de Santiago que, entre ¡°un mont¨®n¡± de ofertas de cadenas hoteleras que recibieron, hace pocos a?os el Centro de Estudios Irlandeses de Lovaina quiso retomar la sorprendente historia del palacete compostelano abriendo en ¨¦l un colegio universitario. La instituci¨®n de Lovaina data de 1607, poco despu¨¦s de que se fundase en Santiago el que fue durante 164 a?os refugio y basti¨®n de cat¨®licos irlandeses durante las persecuciones ordenadas por Isabe...
Cuenta una persona cercana a los siete herederos del Pazo dos Irlandeses de Santiago que, entre ¡°un mont¨®n¡± de ofertas de cadenas hoteleras que recibieron, hace pocos a?os el Centro de Estudios Irlandeses de Lovaina quiso retomar la sorprendente historia del palacete compostelano abriendo en ¨¦l un colegio universitario. La instituci¨®n de Lovaina data de 1607, poco despu¨¦s de que se fundase en Santiago el que fue durante 164 a?os refugio y basti¨®n de cat¨®licos irlandeses durante las persecuciones ordenadas por Isabel I de Inglaterra para imponer el anglicanismo. Felipe II y familias escapadas de aquel pa¨ªs promovieron la creaci¨®n de este y otros centros similares en Espa?a (Alcal¨¢, Valladolid, Sevilla), en relaci¨®n con otros 25 que surgieron por toda la Europa cat¨®lica. Desde 1605 hasta 1769, cuando el inmueble ya estaba bajo el control de los jesuitas y despu¨¦s de que estos fueran expulsados (1767), el Colegio de Irlandeses en la meta de los caminos jacobeos se dedic¨® a formar futuros sacerdotes cat¨®licos para reevangelizar la isla.
La gran mayor¨ªa, tal y como revelan los listados y genealog¨ªas que a¨²n guardan los due?os del pazo, eran hijos de familias nobles de Irlanda, que ven¨ªan como ni?os y regresaban a su pa¨ªs como abanderados de San Patricio, el patr¨®n nacional que se festeja cada 17 de marzo. Hoy, en medio de una guerra judicial y un largo pulso administrativo con el Ayuntamiento de Santiago, la mansi¨®n ubicada en el coraz¨®n de lo que llaman la ¡°almendra¡± monumental de esta capital Patrimonio de la Humanidad agoniza, se rompe, se empapa con la lluvia y, seg¨²n informa el consistorio, ha entrado a formar parte de la lista de 125 inmuebles ¡°en ruina o pr¨®ximos a la ruina¡± de la Compostela hist¨®rica.
Ingresar en esta relaci¨®n de edificios enfermos significa que, si los propietarios no los rehabilitan en un plazo de dos a?os, pueden acabar engrosando otra lista todav¨ªa m¨¢s negra, el temido Registro de Solares, que el Ayuntamiento puede expropiar para restaurar o para, directamente, subastar al mejor postor. Mientras tanto, los titulares del Pazo dos Irlandeses explican que su deseo de vender el bien a una cadena hotelera ¡ªseg¨²n ellos la ¨²nica manera posible que ven de ¡°preservarlo como una unidad¡±¡ª se ve truncado por la moratoria en las licencias que impide abrir m¨¢s establecimientos de este tipo en una ciudad sobrecargada de plazas desde hace tiempo, y de un millar de pisos tur¨ªsticos a los que ahora tambi¨¦n se ha puesto coto.
Poca gente, en Santiago, conoce la belleza que el pazo esconde en su jard¨ªn; sus galer¨ªas traseras de madera, de hierro y de vidrio de colores; su monumental escalinata interior; sus tallas antiguas de santos; el San Patricio en piedra policromada que vigila el p¨®rtico del patio central; sus muebles de ¨¦poca, sus molduras, sus baldosas hidr¨¢ulicas; o la ingente cantidad de documentos hist¨®ricos que perduraron entre sus muros de granito a pesar de los sucesivos cambios de due?os y de usos. Todos los consultados coinciden en que el conocido como Pazo dos Irlandeses o de Ramir¨¢s, en el n¨²mero 44 de la R¨²a Nova, es la ¡°gran maravilla sin descubrir¡± del listado de inmuebles en peligro. All¨ª se rodaron tres pel¨ªculas y, antes de la pandemia, cuando entr¨® en una programaci¨®n de rutas guiadas a los tesoros ocultos de la ciudad ¡ªPatrimonio Invisible¡ª, se convirti¨® en la visita m¨¢s demandada.
La familia Harguindey, repartida entre Vigo y Madrid, que posee el pazo ¡°desde hace unos 140 a?os¡± seg¨²n explica la persona relacionada con los herederos, conced¨ªa a todo ciudadano irland¨¦s que se presentase el ¡°privilegio¡± de verlo por dentro. Hasta 2022 solo hab¨ªa que preguntar en una farmacia cercana, y en la botica contactaban con Santiago ?lvarez, un vecino de 80 a?os que de ni?o celebr¨® all¨ª su comuni¨®n y luego fue guard¨¦s. ?lvarez segu¨ªa conservando un manojo de llaves para abrir la puerta a los peregrinos y turistas procedentes de Irlanda, algo que no estaba al alcance de los compostelanos. ¡°Ahora ya no las tiene¡±, informa la misma fuente, ¡°se las tuvieron que pedir para d¨¢rselas al arquitecto, porque ya est¨¢n hablando con constructoras y tramitando un cr¨¦dito para acometer una obra fara¨®nica: sustituir por completo la cubierta y restaurar el escudo¡±.
Llueve en el pazo
Este portavoz se refiere a las dos ¨²ltimas se?ales de alarma, como dos rotundos gritos de auxilio, que ha lanzado el pazo, conformado por tres cuerpos de tres plantas y unos 2.000 metros cuadrados, desde finales de 2021. Uno fue el desprendimiento sobre la calle de la corona que remataba el escudo de armas (de los apellidos Berm¨²dez, Villardefrancos, Pardi?as, Mandi¨¢, Rivadeneira y Bola?o) de la fachada construida con posterioridad a la existencia del colegio, a finales del siglo XVIII. La otra, los regueros de agua que bajan desde la cubierta cuando llueve (y este a?o diluvia) y que obligaron a cerrar, despu¨¦s de m¨¢s de 35 a?os, al ¨²nico inquilino que quedaba: la joyer¨ªa ?mboa, una c¨¦lebre tienda de artesan¨ªa y creaciones de azabache que ya va por su segundo ERTE a causa de las pertinaces goteras.
El titular de la tienda, Vicente Sande, ha llevado al juzgado a los propietarios del inmueble mientras sigue pagando el alquiler, una renta que viene de atr¨¢s: ¡°Solo 650 euros por 300 metros cuadrados en la zona monumental y tur¨ªstica¡±, protesta la fuente vinculada a los Harguindey. El joyero explica que ¡°el deterioro se fue notando progresivamente desde hace tiempo¡±, y que primero ¨¦l y sus empleados trataron de ¡°resistir¡±, colocando lonas en todo el techo, canalizando con tubos el agua para evacuarla. Hasta que se produjo ¡°una saturaci¨®n incre¨ªble¡± que no solo imped¨ªa recibir a los clientes, sino que pon¨ªa en riesgo sus colecciones. Desde hace medio a?o, ?mboa est¨¢ ¡°cerrada temporalmente¡± y el conflicto con los arrendadores, judicializado. Los propietarios le achacan al arrendatario que durante a?os funcion¨® ¡°sin licencias¡± y realiz¨® obras sin permiso, que creen que ¡°son parte del problema¡± de las filtraciones.
La otra batalla del pazo, envuelto por los due?os con una malla a ra¨ªz del desplome de la corona, se libra en el Ayuntamiento. Y seg¨²n la concejala de Urbanismo, Vivienda y Ciudad Hist¨®rica, Mercedes Ros¨®n (PSdeG-PSOE), la familia ¡°ha incumplido reiteradamente¡± las ¨®rdenes de ejecuci¨®n recibidas, ¡°con expedientes disciplinarios desde 2011¡å. ¡°Es un tema muy triste, no tienen ning¨²n inter¨¦s. De todas las licencias de obra que han pedido no han llevado a cabo ninguna¡±, lamenta Ros¨®n, ¡°se trata de un edificio con un valor patrimonial e hist¨®rico enorme que se encuentra en una situaci¨®n de deterioro muy grande por falta de responsabilidad de los propietarios, que no han estado a la altura que merece el pazo, divididos sobre el destino que quieren darle¡±.
En el Ayuntamiento hay ¡°un mont¨®n de informes de los arquitectos municipales sobre el mal estado de conservaci¨®n y licencias de obra para corregir¡±, pero hasta ahora ¡°solo han arreglado cositas, peque?os parches, sin abordar la rehabilitaci¨®n integral¡± que precisa el caser¨®n, explica la tambi¨¦n responsable del ¨¢rea de Disciplina Urban¨ªstica. Ahora ¡°se est¨¢n tramitando multas¡±, avisa la teniente de alcalde, y hasta ¡°valorando meter el pazo en el Registro de Solares¡± con el fin de rescatarlo. Este es un ¡°instrumento¡± que, seg¨²n Ros¨®n, suele servir ¡°para que las familias se pongan de acuerdo¡± antes de llegar a la expropiaci¨®n, porque las rehabilitaciones son costosas, admite, ¡°pero hay muchas ayudas¡±. ¡°Espero que esta vez vaya en serio¡±, comenta Goretti Sanmart¨ªn, portavoz municipal del Bloque Nacionalista Galego, que cree que el edificio ya pod¨ªa haber sido salvado: ¡°El Ayuntamiento no fue ¨¢gil, cometi¨® errores, todo funciona demasiado lento en casos como este que requieren urgencia¡±.
¡°Nadie tiene m¨¢s amor por el pazo que la familia¡±
¡°Lo han cuidado todo lo que han podido¡±, defiende la fuente cercana a la familia, que asegura que los Harguindey quieren empezar con las obras del tejado a partir de mayo y que ¡°nadie tiene m¨¢s inter¨¦s¡± en conservar la casa ni ¡°m¨¢s amor por su historia¡± que ellos. Pero esta propiedad de la que estan ¡°orgullosos¡± y con la que sienten que tienen ¡°una obligaci¨®n moral¡± es al mismo tiempo una condena, como otras tantas construcciones con vigas y sillares de siglos en manos de herederos m¨²ltiples. En este caso, la propiedad lleg¨® a la familia despu¨¦s de que el bisabuelo Juan Harguindey, principal empresario de las curtidur¨ªas en Galicia e impulsor ¡°del primer tren que lleg¨®¡± a la comunidad, comprase el se?orial edificio y otros colindantes.
Desde el siglo XVIII, el solar que hab¨ªa acogido una de las sedes primigenias de la Universidad de Santiago y el colegio para irlandeses sufri¨® transformaciones. Fue reconstruido, engrandecido; sirvi¨® de vivienda particular; de residencia de estudiantes en la que lleg¨® a alojarse un t¨®tem de la cultura gallega, el escritor Ram¨®n Otero Pedrayo; fue C¨¢mara de Comercio y local del Colegio de Licenciados en Filosof¨ªa y Letras. Hasta hace 18 a?os, lo habitaron varias hermanas Harguindey, pero ahora est¨¢ vac¨ªo y, a juzgar por el agua que llega a la planta baja, inhabitable.
Hace unos a?os la familia entr¨® en negociaciones con hosteleros que quer¨ªan abrir dos restaurantes en el bajo, unidos por los jardines. Aquello no prosper¨®. No todos los herederos estaban de acuerdo, ¡°y no era una soluci¨®n para las plantas superiores¡±, se?ala la persona cercana a los due?os. ¡°Ahora la propiedad est¨¢ atada por la moratoria que impide el cambio de uso a hotel¡±, insiste en referecia a la decisi¨®n del anterior gobierno local en 2015 (Compostela Aberta) de frenar la proliferaci¨®n de camas en el centro. ¡°Solo se les permite hacer viviendas, algo imposible si se quiere conservar la estructura, con la escalinata y las plantas, cada una de 600 metros cuadrados¡±, protesta. ¡°Si quer¨ªan destinarlo a hotel, tuvieron tiempo antes de que entrase en vigor la medida¡±, responde Mercedes Ros¨®n, ¡°pero una ciudad hist¨®rica no es ciudad si no conviven en ella muchas realidades diferentes, si no hay vecinos; no se puede dejar que la colonice solamente el turismo¡±.