Cervantes, Shakespeare y el confinamiento
Me pregunto cu¨¢ntos, durante estos d¨ªas, habr¨¢n descubierto que la literatura es el mejor ant¨ªdoto contra el aburrimiento
No s¨¦ si este a?o es l¨®gico que hablemos de celebrar el d¨ªa del libro. Hay tanta desolaci¨®n a nuestro alrededor, tanta desesperanza, tantas malas noticias, que cualquier cosa que evoque un festejo suena a broma pesada. Hace semanas que vivimos confinados, que no podemos pasear por la calle, ir al cine, al teatro, a un concierto. Ni a una librer¨ªa. Y evoco otros 23 de abril, cuando, ignorante de mi propia felicidad, compraba libros y a veces hasta los firmaba en Barcelona, en aquellas ma?anas de rosas rojas y p¨¢ginas escritas.
Miro hacia atr¨¢s y me veo a m¨ª misma entrando y saliendo de l...
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No s¨¦ si este a?o es l¨®gico que hablemos de celebrar el d¨ªa del libro. Hay tanta desolaci¨®n a nuestro alrededor, tanta desesperanza, tantas malas noticias, que cualquier cosa que evoque un festejo suena a broma pesada. Hace semanas que vivimos confinados, que no podemos pasear por la calle, ir al cine, al teatro, a un concierto. Ni a una librer¨ªa. Y evoco otros 23 de abril, cuando, ignorante de mi propia felicidad, compraba libros y a veces hasta los firmaba en Barcelona, en aquellas ma?anas de rosas rojas y p¨¢ginas escritas.
Miro hacia atr¨¢s y me veo a m¨ª misma entrando y saliendo de las librer¨ªas con mi lista de deseos (siempre planificaba las compras), y soy m¨¢s consciente a¨²n de lo dif¨ªcil que es este 23 de abril de confinamiento y lejan¨ªa de aquello que era tan normal, tan extraordinario: dar¨ªa cualquier cosa por lanzarme a la calle, entrar en una tienda de libros, charlar con el librero, elegir mi ejemplar y luego caminar abrazando mi bot¨ªn.
Cuando empez¨® la cuarentena, el ¨²ltimo lugar que visit¨¦ fue una peque?a librer¨ªa para recoger unas novelas que hab¨ªa encargado. Fue mi ¨²ltimo acto de libertadMarta Rivera de la Cruz
Mi amigo Jaime me recordaba el otro d¨ªa que los dos escritores que hoy celebramos, Miguel de Cervantes y William Shakespeare, vivieron sus experiencias de confinamiento. El primero arranc¨® su Quijote encerrado en la c¨¢rcel Real de Sevilla, mientras que el bardo de Av¨®n escribi¨® El rey Lear, Macbeth y Antonio y Cleopatra durante la epidemia de 1606: en ¨¦poca de plagas, en la Inglaterra isabelina lo primero que cerraban eran tambi¨¦n los teatros. Qu¨¦ poco ha cambiado el cuento. Sea como fuere, Cervantes y Shakespeare encontraron en la literatura un modo de escapar de su propio encierro.
Me pregunto cu¨¢ntos, durante estos d¨ªas, habr¨¢n descubierto que la literatura es el mejor ant¨ªdoto contra el aburrimiento. Que leer es una forma de viajar en el espacio y, sobre todo, el ¨²nico modo posible de viajar en el tiempo. Y que hay una particular forma de libertad que nos otorga la ficci¨®n, donde todo es posible y no existen muros ni cadenas. Imagino a Cervantes concibiendo a don Quijote para plantar cara a su confinamiento, a Shakespeare escribiendo para escapar de la enfermedad, e imagino a un cr¨ªo que estos d¨ªas abre por primera vez un libro sin dibujos sin saber que tiene en sus manos una llave maestra que le franquear¨¢ el paso a toda la belleza del mundo. Quiz¨¢ Cervantes no habr¨ªa escrito su obra cumbre si no hubiese estado preso. Quiz¨¢, qui¨¦n sabe, sin esta peste maldita ese cr¨ªo no habr¨ªa descubierto que le gusta leer.
Cuando empez¨® la cuarentena, el ¨²ltimo lugar que visit¨¦ fue una peque?a librer¨ªa para recoger unas novelas que hab¨ªa encargado. Fue mi ¨²ltimo acto de libertad. Y el d¨ªa en que todo esto acabe, lo primero que har¨¦ ser¨¢ volver a una librer¨ªa, dejarme envolver por el olor a papel impreso, y comprarme un libro para probar que he vuelto a la vida.
Marta Rivera de la Cruz es escritora y consejera de Cultura y Turismo de la Comunidad de Madrid.