Canguros para la paz mental
Teletrabajar y cuidar a los hijos ha complicado el confinamiento y est¨¢ dificultando la desescalada de algunas familias que han contratado cuidadoras para poder conciliar lo laboral y lo personal
Las canguros han saltado.
S¨ª, en femenino porque la mayor¨ªa son mujeres. S¨ª, hablo de cuidadoras de ni?os, no de animales. Han dado un brinco del horario nocturno del fin de semana a las ma?anas de los d¨ªas laborables. Han pasado a trabajar en ausencia de los padres, cuando estos est¨¢n divirti¨¦ndose y desconectando a hacerlo cuando estos est¨¢n conectados y concentrados en sus obligaciones y bajo el mismo techo. S¨ª, hay gente pa¡¯to: no son pocos los que han contratado un canguro p...
Las canguros han saltado.
S¨ª, en femenino porque la mayor¨ªa son mujeres. S¨ª, hablo de cuidadoras de ni?os, no de animales. Han dado un brinco del horario nocturno del fin de semana a las ma?anas de los d¨ªas laborables. Han pasado a trabajar en ausencia de los padres, cuando estos est¨¢n divirti¨¦ndose y desconectando a hacerlo cuando estos est¨¢n conectados y concentrados en sus obligaciones y bajo el mismo techo. S¨ª, hay gente pa¡¯to: no son pocos los que han contratado un canguro para teletrabajar mejor y rebajar el nivel de estr¨¦s, aunque no lo hagan yendo a cenar o al cine o de fiesta.
Pedro es uno de ellos. A principios de marzo, cuando nos mov¨ªamos entre el ¡°no es para tanto¡± y ¡°no te beso por si acaso¡±, la pandemia causada por el coronavirus le envi¨® a ¨¦l, y a su esposa, a su casa a seguir trabajando desde all¨ª, y, claro, a sus hijos, de 5 y 7 a?os, tambi¨¦n. Reorganizaron sus vidas. Juntaron las dos camas de los ni?os en una habitaci¨®n y dejaron la otra para juegos y deberes. Ellos habilitaron espacios en el sal¨®n para teletrabajar e intentaron sobrellevarlo¡ ¡°Intentar¡± es la palabra: establecieron un calendario, se turnaban para realizar las tareas del colegio, crearon un sistema de premios, se levantaban mucho antes de lo habitual para trabajar antes de levantar a los peque?os, se acostaban m¨¢s tarde¡ Les result¨® imposible.
Para m¨¢s inri, Pedro, a sus 42 a?os, no recuerda una sobrecarga de trabajo mayor que la que est¨¢ teniendo estos meses. Con la participaci¨®n de alguno de sus hijos por detr¨¢s en alguna videollamada laboral. No sab¨ªa Robert Kelly, el profesor de Relaciones Internacionales en el Departamento de Ciencias Pol¨ªticas y Diplomacia de la Universidad de Pusan (Corea del Sur) cuando en marzo de 2017 era entrevistado por la BBC y sus hijos entraron en la escena, el bien que estaba haciendo a la humanidad de este 2020 para relativizar estos sucesos. Lleg¨® un momento en que Pedro se plante¨®: ¡°Si seguimos as¨ª nos tiramos los trastos a la cabeza. Esto lo podemos soportar dos, tres, cuatro semanas¡ Pero m¨¢s, no s¨¦¡±. La incertidumbre los inundaba e inunda todo. ¡°Los ni?os son flexibles y se adaptan a estas situaciones, pero lo que no llevan bien es cuando t¨² generas tensi¨®n. No se pod¨ªan comer mi mal humor¡±, reflexiona el padre. As¨ª que se puso a buscar una soluci¨®n y encontr¨® la plataforma Nannyfy que pone en contacto a ni?eras con familias y le gust¨® el modelo de negocio y el perfil de las profesionales (s¨ª, la mayor¨ªa mujeres). Le hicieron una entrevista y a partir de ah¨ª le enviaron el curr¨ªculum de cinco personas que cuadraban con lo que buscaba.
La familia de Pedro asumi¨® el riesgo de meter a alguien en casa en plena pandemia y cuando todos est¨¢bamos confinados. ¡°Eliges el peor de los males. Est¨¢bamos todos juntos en casa e ¨ªbamos frustr¨¢ndonos, ten¨ªamos roces que se pod¨ªan solucionar. Me siento afortunado por haber podido contratar a alguien. El nivel de ruido ha disminuido. Hemos ganado en paz mental¡±.
Patricia Garc¨ªa tiene 25 a?os y desde el 6 de mayo va de lunes a viernes, de 9.30 a 13.30, a casa de Pedro. Llega con su coche (era un requisito, que la persona contratada no fuera en transporte p¨²blico) y nada m¨¢s entrar deja los zapatos en la puerta, va al ba?o y se cambia de ropa. Ning¨²n protocolo especial m¨¢s. Al principio de la pandemia, Nannyfy se encarg¨® de pasar un cuestionario de si hab¨ªan viajado a pa¨ªses de riesgo. Se cubren dos necesidades: la del espacio que necesitaban en la familia para dedicarse cada uno a sus tareas habituales y las de Garc¨ªa, que trabajaba en un comedor escolar en el que le han hecho un ERTE y estaba a punto de entrar en un colegio de la Comunidad de Madrid. Aprob¨® las oposiciones de maestros la pasada convocatoria y ten¨ªa una buen¨ªsima posici¨®n en la lista de interinos. ¡°Pero todo se ha parado¡±, afirma. Ella trabajaba de manera puntual con Nannyfy, como canguro si sal¨ªa algo alg¨²n d¨ªa y le ven¨ªa bien. Ahora, apenas hay esa demanda.
Cambios de negocio
Claudia de la Riva, fundadora de Nannyfy, explica que tuvieron que reinventarse. En los tres meses que se van a cumplir de estado de alarma han pasado por distintos estadios: desde un pico grande de servicios puntuales cuando se anuncia el cierre de los colegios, hasta el vac¨ªo al principio del confinamiento. En esta fotograf¨ªa del panorama, coincide con Marga Escribano, responsable de Topnanny en Espa?a ¨Duna web de anuncio que pone en contacto a familias y cuidadores¨D. Y tambi¨¦n, en la incertidumbre que abordan de cara al verano y al pr¨®ximo curso. Los servicios puntuales, lo que se conoce como canguro de toda la vida que se queda con los ni?os mientras los padres se van al cine, por ejemplo, est¨¢n empezando a despertar, pero muy poco a poco. Los servicios recurrentes ¨Dpadres, ni?os y cuidadoras a su cargo por las ma?anas mientras cada uno se ocupa de sus deberes¨D han crecido de 80 peticiones en febrero en Nannyfy a 295 en mayo. Es tambi¨¦n el caso de Paula S¨¢nchez que se ocupa las ma?anas de los d¨ªas laborables de una ni?a de dos a?os mientras su mam¨¢ trabaja. Solo le permite la licencia de ir a darle un besito de vez en cuando. Detalles simp¨¢ticos de esta maldita pandemia. A ella tambi¨¦n le pidieron como ¨²nico requisito que no fuera en transporte p¨²blico ¨Dllega caminando, vive cerca¨D y, claro, extremar la higiene e inculc¨¢rselo a la peque?a.
Esta anormalidad en la que vivimos nos ha llevado a hablar de un cocodrilo en el Pisuerga, as¨ª que podr¨ªamos decir que las canguros se han multiplicado en las casas de padres trabajadores de la ciudad del Manzanares.
Cifras y letras
Las frases
M¨¢s que frases hay anuncios en las p¨¢ginas que ofrecen el servicio de canguros que denotan lo dif¨ªcil que se hace el compatibilizar el teletrabajo con el cuidado y la educaci¨®n de los hijos: ¡°Mi marido y yo estamos teletrabajando en casa y buscamos a una chica que cuide, juegue y entretenga a mi hija unas horas al d¨ªa¡±.
En n¨²meros
En la Comunidad de Madrid hay m¨¢s de 6.000 familias y m¨¢s de 900 'nannies' apuntadas a la plataforma Nannyfy. 80 fueron las peticiones de servicios recurrentes (una persona que va habitualmente a trabajar a una casa) en el mes de febrero. En mayo subieron hasta las 295.
Sin embargo, los trabajos puntuales descendieron un 85% durante marzo y abril (en comparativa con la t¨®nica habitual) ya que no hab¨ªa ocio. En mayo y junio se van recuperando.