La Casa Encendida abre su terraza a una nueva dimensi¨®n
Ante la imposibilidad de ofrecer su habitual programa veraniego desde su azotea, el centro cultural se readapta al formato 'online', con innovadores recitales como el de Suso Saiz
Solo se nos ocurre un m¨²sico en Espa?a al que la perspectiva de ofrecer un concierto a las seis de la ma?ana no le parezca un perfecto disparate. Y probablemente un ¨²nico espacio que contemple una posibilidad tan estrafalaria para su programaci¨®n. De esa confluencia entre entes y mentes singulares ¨CLa Casa Encendida y el guitarrista y compositor Suso Saiz¨C ha nacido Concierto del amanecer, casi una hora de m¨²sica mayormente improvisada que se alumbr¨® (nunca mejor dicho) el pasado 1 de julio, con los primer¨ªsimos rayos de...
Solo se nos ocurre un m¨²sico en Espa?a al que la perspectiva de ofrecer un concierto a las seis de la ma?ana no le parezca un perfecto disparate. Y probablemente un ¨²nico espacio que contemple una posibilidad tan estrafalaria para su programaci¨®n. De esa confluencia entre entes y mentes singulares ¨CLa Casa Encendida y el guitarrista y compositor Suso Saiz¨C ha nacido Concierto del amanecer, casi una hora de m¨²sica mayormente improvisada que se alumbr¨® (nunca mejor dicho) el pasado 1 de julio, con los primer¨ªsimos rayos de la ma?ana, y ya est¨¢ disponible a trav¨¦s del canal de YouTube del centro cultural.
Es la manera de simbolizar el regreso a la actividad en este centro de la Ronda de Valencia, meca de la cultura alternativa y experimental. Un renacimiento, aunque sea ¡°online y como una puerta astral¡±, al que sus responsables han bautizado en este verano raro con el nombre de La Terraza Magn¨¦tica. Con esta renovada edici¨®n del ciclo, la azotea del centro podr¨¢ seguir ofreciendo su habitual programa veraniego, respetando las nuevas medidas de seguridad.
Los responsables de esta at¨ªpica edici¨®n de La Terraza Magn¨¦tica a?aden esta vez un componente espiritual, bajo el subt¨ªtulo de Conexi¨®n Astral. Convierten as¨ª el espacio ahora cerrado al p¨²blico en ¡°una puerta desde donde conectar con otras latitudes y altitudes¡± a trav¨¦s de la conexi¨®n wifi. Al igual que la de Suso Saiz, otras actuaciones programadas hasta el 30 de agosto, como la improvisaci¨®n del m¨²sico Carlos Ni?o, la danza de In¨¦s Escaned y el audiovisual de las japonesas Synth Sisters, se celebran a puerta cerrada y se emitir¨¢n a trav¨¦s de Internet. Los artistas nacionales act¨²an en La Terraza y sus grabaciones se estrenan cada s¨¢bado en YouTube. Las actuaciones de los artistas internacionales ser¨¢n conexiones con sus pa¨ªses, como Estados Unidos, Dinamarca o Jap¨®n.
Gaditano del 57 y vecino desde hace a?os de San Lorenzo de El Escorial, Saiz era de esos consabidos geniecillos al que le sorprend¨ªan las cuatro o cinco de la madrugada trabajando en el estudio, absorto en sus investigaciones y probaturas s¨®nicas. Hasta que descubri¨® que las ideas flu¨ªan a¨²n a mayor velocidad con los albores del d¨ªa. ¡°Me he vuelto un poco como las gallinas¡±, se sonr¨ªe. ¡°Entre las seis y las diez fluye la creatividad, pero a partir de ese momento empiezo a sentirme m¨¢s inseguro¡±. Su concierto desde la azotea no segu¨ªa ninguna partitura, claro, pero s¨ª un guion. ¡°Trabajo con el concepto de superficies horizontales. Me marco una serie de tiempos y fases; es el cron¨®metro quien me dice que debo evolucionar de un ambiente a otro. Existen algunas pautas predefinidas, pero lo que va sucediendo entre ellas es improvisaci¨®n pura y dura¡±.
A Saiz le hemos sorprendido durante nuestro encuentro inmerso, c¨®mo no, en sus experimentos sonoros. El empe?o que le tiene absorto en esta ocasi¨®n es la b¨²squeda de nuevas resonancias. Los suyos son caminos creativos fascinantes pero minoritarios, y m¨¢s a¨²n en Espa?a. Y la pandemia no ha hecho sino complicar las cosas. ¡°Llevaba siete meses sin ofrecer un concierto¡±, se sincera. ¡°Ten¨ªa un 2020 repleto de proyectos que, evidentemente, se han desmoronado. Soy un hombre que teme profundamente por su futuro. Dentro de un medio hostil y dificil¨ªsimo como es la m¨²sica, el m¨ªo es un submundo de circuitos a¨²n m¨¢s peque?os y peor dotados de capital. Y alimentado de promotores que son m¨¢s bien fans, gente que vive d¨ªa a d¨ªa. Todo muy complicado¡±.
?Qu¨¦ hacer, en tal caso? Saiz esboza una sonrisa ladeada. ¡°Mi vida es la misma, pero cada vez con una econom¨ªa m¨¢s fr¨¢gil. Me acuerdo siempre de mi madre, que me repet¨ªa: ¡®Suso, t¨² eres un inconsciente¡¯. Va a ser cierto que lo soy, pero ahora toca ser osado. No valiente, que tiene algo de movimiento defensivo. La osad¨ªa implica caminar hacia adelante o en cualquier otra direcci¨®n, pero moverse¡¡±.
Algo de todo este descarnado estado de ¨¢nimo se filtra, inevitablemente, en los pasajes (o paisajes) de su Concierto del amanecer. Pero desde una perspectiva dual, de confrontaci¨®n entre el dolor circundante y la belleza de la expresi¨®n art¨ªstica. ¡°Cuando compones, no puedes sustraerte a la b¨²squeda del placer. Es consustancial al hecho mismo de estar tocando. El m¨ªo es un dolor diluido en el placer de sonar¡±. Es la curiosidad insaciable de un hombre que, ya a los 15 o 16 a?os, decidi¨® descubrir m¨²sica nueva todos y cada uno de los d¨ªas de su vida. Una o dos horas diarias, al menos. De los estilos m¨¢s variopintos, pero siempre de riguroso estreno para su masa gris. ¡°No busco bandas sonoras para las diferentes etapas de mi vida, no soy de los que ubica la m¨²sica en funci¨®n de situaciones o vivencias. La m¨²sica es un ser abstracto que me ayuda a evolucionar de forma libre¡±.
Saldremos de esta, resopla Saiz. Un hombre atribulado que no quiere desasirse de la esperanza, y por eso compone renacimientos sonoros con los primeros destellos del d¨ªa. Un m¨²sico que graba para un venerado sello holand¨¦s, Music From Memory, porque en su pa¨ªs son pocos los que se molestan en seguirle los pasos. Y que a estas alturas de la pel¨ªcula, o de la distop¨ªa, ya casi se siente m¨¢s preocupado por quienes le suceden que por su propio pellejo. La charla termina con alusiones a su hijo, el tambi¨¦n guitarrista y creador Emilio Saiz, otro morador en esa kilom¨¦trica cuerda floja del arte durante la maldita pandemia. ¡°?l iba a empezar una gira como m¨²sico de Zahara que se ha pospuesto hasta marzo, as¨ª que anda tambi¨¦n fatal. Le tenemos en Lisboa, intentando concluir un nuevo proyecto, ZUM, junto a su pareja, la cantante portuguesa Teresa Castro. Yo ya he desarrollado la inercia del superviviente, el h¨¢bito de ir tirando trabajosamente de un sue?o. Para la gente de su generaci¨®n, en cambio, todo esto es mucho m¨¢s duro¡±.