Las 10 de... Cecilia
La cantautora falleci¨® a los 27 a?os, como otros grandes de la m¨²sica, pero le dio tiempo a acumular un repertorio inolvidable
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?Hasta d¨®nde habr¨ªa sido capaz de llegar Cecilia? Evangelina Sobredo Galanes tendr¨ªa hoy 71 a?os si el infortunio no se hubiera cruzado en su camino aquella madrugada del 2 de agosto de 1976 en las inmediaciones de Benavente (Zamora), cuando regresaba junto a sus m¨²sicos de un concierto en Vigo. Impresiona que en sus escuetas 27 primaveras encontrase tiempo para un cancionero tan hermoso y diferente a todo lo conocido en el pop espa?ol, tan revolucionario para aquella Espa?a a¨²n sumida en la grisura.
Dama Dama
(De Cecilia, 1972)
Para empezar, esta s¨¢tira demoledora sobre la hipocres¨ªa de la alta sociedad: una mujer burguesa (¡°de alta cuna¡±, ¡°envuelta en seda y pieles¡±) que cumple con su santo esposo pero no se priva de ser ¡°amante de un vividor¡±. La censura maquill¨® el verso ¡°alg¨²n desliz inconexo¡±, en origen ¡°alg¨²n desliz en el sexto¡± (mandamiento cristiano: no fornicar¨¢s). Para la portada del disco, Evangelina ¨C23 a?os, aspecto angelical¨C es retratada por Paco Onta?¨®n con un gigantesco guante de boxeo. No era para menos, m¨¢s all¨¢ del gui?o a Simon & Garfunkel.
Llora
(De Cecilia, 1972)
En su ¨²ltima entrevista en Radio Nacional de Espa?a, Cecilia avis¨®: ¡°Esta la mejor de cuantas he hecho en letra y m¨²sica, aunque pasara un poco desapercibida¡±. Y es verdad que demuestra tanto un inmenso talento l¨ªrico, con su primer gran texto existencialista (¡°Llueve desde dentro / est¨¢ lloviendo fuera¡±), como un inusual clasicismo mel¨®dico, con la estrofa en modo menor que modula a un estribillo en modo mayor. A la altura del mejor Serrat.
Andar
(De Cecilia 2, 1973)
Andar como met¨¢fora del peregrinaje vital: dando tumbos, con un equipaje exiguo (el influjo de Machado, siempre), sin rumbo fijo ni prop¨®sitos inmutables. La vida misma, en suma. El tema es sensacional, con el piano m¨¢s blues de toda su trayectoria. Y el disco (¡°una exploraci¨®n de vivencias, dudas, intimidades y nostalgias¡±, en palabras de su productor, Jos¨¦ Luis de Carlos) no falta en ninguna clasificaci¨®n con lo mejor de la historia del pop espa?ol.
Si No Fuera Porque
(De Cecilia 2, 1973)
La presencia de la muerte, ins¨®lita en una muchacha de 24 primaveras e inc¨®modamente premonitoria, era una constante en aquel ¨¢lbum. Afloraba en Me Quedar¨¦ Soltera o Con Los Ojos En Paz, pero sobre todo en esta reflexi¨®n estremecedora sobre el suicidio. Nadie, ni siquiera medio siglo despu¨¦s, ha sido capaz de igualar la conmoci¨®n de versos como ¡°Si no fuera porque mi padre / siempre llora en los entierros / me matar¨ªa ma?ana¡±.
Canci¨®n de Amor
(De Cecilia 2. 1973)
Cecilia y el sexo: otra tem¨¢tica impensable, avanzada. Y sin tapujos al referir la desconsideraci¨®n hacia la mujer, el ego¨ªsmo de un hombre que solo se preocupa por satisfacerse¡ brevemente: ¡°Tuve tu cuerpo junto a mi cuerpo / Mi cuerpo incierto, el tuyo fugaz¡±. La forma en que pronuncia el adjetivo ¡°deshilachada¡± recuerda a la ¨²nica otra artista femenina que puede hacerle sombra en la ¨¦poca: Mari Trini.
Un Ramito de Violetas
(De Un Ramito de Violetas, 1975)
Una canci¨®n asombrosa en todo y famos¨ªsima por pleno derecho. Naci¨® de un relato breve: un marido que remite versos y flores sin firma a su propia esposa. Cecilia rompi¨® el texto, insatisfecha con el resultado literario, pero el argumento le sirvi¨® para su pieza m¨¢s gloriosa. Y desasosegante: pese al juego de los an¨®nimos, describe un matrimonio inmerso en la rutina y el aburrimiento. La versi¨®n aflamencada de Manzanita (1981) se hizo acaso m¨¢s popular que la original.
Mi Querida Espa?a
(De Un Ramito de Violetas, 1975)
Ic¨®nica, valiente y, una vez m¨¢s, muy por delante de su tiempo. Melod¨ªa soberbia y luminosa para un relato patri¨®tico del que no se exclu¨ªan las zonas de sombra. Por mucho que la censura acudiese, presta, con la goma de borrar: la ¡°Espa?a muerta¡± del original pas¨® a ser una mucho m¨¢s integradora ¡°Espa?a nuestra¡±. Hasta la noche en que Cecilia, sin perder la sonrisa, pronunci¨® al adjetivo proscrito en una actuaci¨®n en directo en TVE.
T¨² y Yo
(Single. 1976)
Su excelente y poco divulgado ¨²ltimo sencillo en vida, publicado ese mismo verano de 1976 (la cara B, Una guerra, volv¨ªa a hurgar en las heridas de la contienda civil). Relato arquet¨ªpico de ruptura y desamor (¡°Fuimos sol de madrugada / y ahora, si te vas, ya no seremos nada¡±), presenta la peculiaridad de un tratamiento musical muy luminoso, buscando la distorsi¨®n entre contenido y continente.
D¨ªa tras D¨ªa
(De Mi Mu?eca. 2012)
Un hallazgo recient¨ªsimo y una pieza que nunca sali¨® del caj¨®n porque la censura, siempre suspicaz con Cecilia, puso esta vez el grito en el cielo. Este alegato contra la explotaci¨®n laboral (¡°Me encienden a las 5, me apagan a las 9 / De sol a sol, de luna a luna¡±) situaba a la autora en la vanguardia de la izquierda, m¨¢s a¨²n con los evidentes gui?os musicales que la canci¨®n dirige al chileno V¨ªctor Jara. Nacida en El Pardo, hija de diplom¨¢tico y biling¨¹e perfecta, ¡°a Eva la horrorizaba que la considerasen una muchacha de clase bien¡±, seg¨²n el productor De Carlos.
De Madrugada
(De Di¨¢logos, 2013)
Otro rescate milagroso y otra genialidad argumental: el consabido tri¨¢ngulo amoroso, pero relatado desde la perspectiva no del marido infiel, sino de la amante. ¡°Cierra la puerta despacio / baja crujiendo mi escalera / sube la tuya en silencio¡±. Ah, tambi¨¦n vuelve a incluir el adjetivo ¡°deshilachados¡±.
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