Callejo 13 resiste el primer ataque del banco malo
La Sareb busca desahuciar a cuatro mujeres con hijos de Puente de Vallecas en medio de la pandemia
Con gritos de alegr¨ªa y m¨²sica se han despertado los vecinos de Puente de Vallecas este martes. Desde la noche del lunes el edificio del n¨²mero 13 de la calle de Callejo se empez¨® a preparar para resistir al inminente desalojo de sus cuatro inquilinas. Nadie sab¨ªa lo que iba a pasar en la madrugada y los nervios estaban a flor de piel. Una de las familias que viv¨ªa en el edificio decidi¨® marcharse antes de que llegara la polic¨ªa. No obstante, en el bloque decidieron quedarse luchando por el derecho a la vivienda tres mujeres con sus hijos: Lotta, Susana y Ang¨¦lica.
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Con gritos de alegr¨ªa y m¨²sica se han despertado los vecinos de Puente de Vallecas este martes. Desde la noche del lunes el edificio del n¨²mero 13 de la calle de Callejo se empez¨® a preparar para resistir al inminente desalojo de sus cuatro inquilinas. Nadie sab¨ªa lo que iba a pasar en la madrugada y los nervios estaban a flor de piel. Una de las familias que viv¨ªa en el edificio decidi¨® marcharse antes de que llegara la polic¨ªa. No obstante, en el bloque decidieron quedarse luchando por el derecho a la vivienda tres mujeres con sus hijos: Lotta, Susana y Ang¨¦lica.
[Fotogaler¨ªa: Paralizado el desahucio de varias familias en Vallecas]
A modo de fiesta de pijamas, decenas de vecinos se quedaron a dormir en el edificio para mostrar su apoyo a las vecinas que ten¨ªan una orden de desahucio por parte de la Sareb, m¨¢s conocido como el banco malo. Ten¨ªan miedo que la polic¨ªa llegara en la mitad de la noche e hiciera efectivo el desalojo, como ha pasado en repetidas ocasiones. Sin poder dar la batalla. ¡°Si nos echan, puedes guardarme unos libros¡±, dice Lotta a una de sus compa?eras de la Plataforma de Stop Desahucios, mientras que se pone una camiseta verde que reza: ¡°Stop Desahucios Vallekas¡±.
Con las maletas a medio hacer empezaron a alistarse para recibir a un ej¨¦rcito de activistas. Una mesa en la entrada con desayuno de fruta, caf¨¦ y galletas estaba esperando a los vecinos que quisieran acercarse a apoyarlas y gritar: ¡°Este desahucio lo vamos a parar¡± y ¡°La Sareb es nuestro y sus casas tambi¨¦n¡±. M¨¢s Madrid Vallecas y la exconcejal de Ahora Madrid, Rommy Arce, tambi¨¦n decidieron participar y mostrar su apoyo a las inquilinas okupas.
Cada vez m¨¢s activistas del movimiento de vivienda han empezado a llegar desde primera hora de la ma?ana de este martes. En algunos momentos han llegado a ser m¨¢s de un centenar de personas atrincheradas a la puerta del edificio. Este no ha sido una protesta cualquiera. Las camisas verdes ahora se han visto acompa?adas por mascarillas y geles. La distancia de seguridad se ha hecho cada vez m¨¢s dif¨ªcil de cumplir. ¡°Me estoy asfixiando de tanto gritar con la mascarilla puesta¡±, ha comentado un hombre que ten¨ªa el micr¨®fono y controlaba la consola de la m¨²sica.
Durante el estado de alarma se paralizaron todos las ¨®rdenes de lanzamiento en Espa?a por lo que este evento tambi¨¦n ha sido una especie de reencuentro de los activistas de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH) que est¨¢n de vuelta en las calles luchando por lo que queda del sue?o del movimiento de los indignados del m¨ªtico 15M. ¡°Bienvenidos a #Callejosequeda, necesitamos a un pastor que dirija a la gente en la calle y a 20 personas defendiendo la puerta¡±, grita un hombre desde el micr¨®fono. En los desahucios la estrategia de resistencia es lo m¨¢s importante para obtener un resultado satisfactorio.
El edificio de la calle de Callejo tiene tres plantas y un bajo. Cada piso tiene 40 metros cuadrados: una habitaci¨®n, un ba?o y un sal¨®n con cocina. El bloque fue ocupado por la Pah en 2014 como parte de su proyecto de obra social durante la crisis. El edificio primero pertenec¨ªa a Bankia y despu¨¦s pas¨® a las manos de la Sareb. En ese momento tambi¨¦n okuparon otro edificio de Vallecas que estaba vac¨ªo en donde sus inquilinos ya han conseguido un alquiler social.
En el ¨¢tico vive Lotta Tenhunen, de 31 a?os, una soci¨®loga finlandesa que lleg¨® a Espa?a en el 2011 para hacer una beca de estudios y se qued¨®. Es una de las primeras en okupar del edificio. En el 2013 perdi¨® el piso en donde viv¨ªa de alquiler y ah¨ª conoci¨® la PAH. Decidi¨® vincularse al movimiento de vivienda por sus ideales pol¨ªticos y ahora busca que la Sareb le d¨¦ un alquiler social que sea menor al 30% de su salario. Tenhunen trabajaba antes de la pandemia como profesora de un colegio p¨²blico de Madrid. ¡°Si yo tengo que volver donde mi familia en Finlandia voy a perder toda mi vida que he construido aqu¨ª¡±, afirma Tenhunen.
Susana Jim¨¦nez, de 40 a?os vive en el bajo con sus dos hijos: Triana, de 7 a?os y Nazaret de 2. ¡°Me enamore de un payo y me dej¨® sola con mis hijos¡±, afirma Jim¨¦nez, que recibe la Renta M¨ªnima de Inserci¨®n como ¨²nico ingreso y dice que no tiene ninguna alternativa habitacional si la echan de donde vive ahora.
El caso m¨¢s dram¨¢tico es el de Ang¨¦lica, de 18 a?os, que vive con su madre Victoria, que est¨¢ ingresada en el hospital, y su hija, Adelehin, que naci¨® en mayo durante la pandemia . ¡°A m¨ª lo ¨²nico que me importa es que mi madre y mi hija tengan un techo¡±, afirma Ang¨¦lica que entr¨® al edificio en el 2015.
Victoria fue intervenida por quinta vez del coraz¨®n el pasado 26 de junio. Esta vez, estuvo tres d¨ªas con el pecho abierto y en coma inducido. La dieron de alta el d¨ªa 9 de julio y el lunes 13 volvieron a ingresarla por una infecci¨®n. El pasado mi¨¦rcoles avisaron a Ang¨¦lica desde el hospital que de nuevo le ten¨ªan que operar para limpiarle una infecci¨®n. En esta situaci¨®n sanitaria, adem¨¢s de la pandemia mundial, el 10 de julio el juzgado les comunic¨® el primer aviso de desahucio.
Las tres vecinas se conocieron en la PAH de Vallecas y desde el primer d¨ªa dicen que han tratado de negociar un alquiler social con la Sareb. Explican que durante estos seis a?os nunca se han querido sentar con ellas a negociar algo as¨ª, sino solo a trav¨¦s de empresas intermediarias que, hasta el momento, no les han ofrecido soluci¨®n. ¡°Desde que estamos aqu¨ª, siempre hemos intentado negociar de todas las maneras, por email, por tel¨¦fono... Ellos siempre se han negado. Y s¨ª, llevamos tiempo sabiendo que esto iba a pasar porque si no se negocia, iba a llegar. Un desahucio nunca debe de haber, pero mucho menos saliendo de una pandemia como esta¡±, afirma Susana.
Al llegar la comisi¨®n judicial a las diez de la ma?ana del martes, acompa?ada de la polic¨ªa y el Samur Social, le ha ofrecido a las inquilinas darle un alquiler social si abandonaban el edificio en ese momento. ¡°Esto es como los sorteos de la tele: tienes que decir ahora si lo tomas o lo dejas¡±, se ha escuchado decir a lo lejos a una mujer. Al final, despu¨¦s de una hora de negociaci¨®n, la abogada de la PAH, Alejandra Jacinto, ha anunciado que el desahucio hab¨ªa sido parado hasta el 4 de septiembre y que desde hoy iban a empezar a negociar con la Sareb un contrato de alquiler social para realojar a las tres familias. Al escuchar la noticia, la calle se ha inundado en besos, abrazos y l¨¢grimas de felicidad. ¡°No tendr¨ªa d¨®nde dormir esta noche si no hubiera sido por el apoyo de todos ustedes¡±, ha agradecido Lotta.