Los m¨²sicos callejeros descubren el dinero digital

Clink, clink. Las monedas suenan a m¨²sica celestial. Al caer sobre la funda de la guitarra se mezclan con la dulce voz de la joven Grex mientras canta y toca delante del mural feminista de la Gran V¨ªa. La calderilla de los viandantes es el sustento principal de esta madrile?a cantante de folk y reggae, pero cada vez m¨¢s su dinero entrante suena a tono de notificaci¨®n en su m¨®vil. Hace poco un joven oyente agradecido le hizo un dep¨®sito por Bizum mientras actuaba en la Puerta del Sol. 50 euros. A ella la cuant¨ªa de la propina le pareci¨® extraordinaria, pero la forma de pago no tanto. Ade...

Clink, clink. Las monedas suenan a m¨²sica celestial. Al caer sobre la funda de la guitarra se mezclan con la dulce voz de la joven Grex mientras canta y toca delante del mural feminista de la Gran V¨ªa. La calderilla de los viandantes es el sustento principal de esta madrile?a cantante de folk y reggae, pero cada vez m¨¢s su dinero entrante suena a tono de notificaci¨®n en su m¨®vil. Hace poco un joven oyente agradecido le hizo un dep¨®sito por Bizum mientras actuaba en la Puerta del Sol. 50 euros. A ella la cuant¨ªa de la propina le pareci¨® extraordinaria, pero la forma de pago no tanto. Adem¨¢s de transferencias por tel¨¦fono, sus oyentes le han hecho pagos por la web de micromecenazgo Patreon o tambi¨¦n le han pedido los datos de su cuenta bancaria a trav¨¦s de un mensaje a su perfil de Instagram. Estas cosas le pasan m¨¢s cuando act¨²a en las calles de ciudades de Europa, pero la pr¨¢ctica est¨¢ llegando a Madrid ahora que la gente lleva menos monedas a mano para evitar posibles contagios. Algunos pronostican la pronta extinci¨®n del dinero en efectivo y el PSOE ha pedido su eliminaci¨®n de forma gradual.

¡°Estoy pensando en hacerme con un dat¨¢fono¡±, dice en un receso Grex, cuyo nombre real es Greta Borszewski, de 25 a?os. ¡°En Londres es algo normal. Ponen un cartel con la cantidad de cobro, por ejemplo dos euros y la gente pasa la tarjeta¡±.

Vuelve a cantar y el turista alem¨¢n Janik Breuer, de 24 a?os, le deja un euro. Le hubiera dado dos pero es todo lo que lleva encima. Muestra al periodista la pantalla del tel¨¦fono con su Apple Pay Card, con la que hace sus compras. Pagar con dinero digital es ya lo m¨¢s normal del mundo por los pa¨ªses m¨¢s al norte. ¡°En Dinamarca he visto a personas sin techo con su n¨²mero de tel¨¦fono en un cartelito para que les hagan transferencias¡±, cuenta ¨¦l.

El dinero digital tiene para muchos el inconveniente de que deja huella ante los ojos de Hacienda, pero la idea de fomentar los pagos digitales parece vital para los m¨²sicos callejeros en un momento en que muchos peatones y pasajeros de Metro han dejado de portar monedas. Las tiendas del centro de Madrid avisan con grandes carteles de que no aceptan pagos en efectivos y ya es normal comprar con tarjeta bancaria una botellita de agua, el peri¨®dico o un caf¨¦ con leche (gracias a que los comerciantes est¨¢n renunciando a la pr¨¢ctica de exigir una cantidad m¨ªnima para usar la tarjeta).

A este problema se ha a?adido la crisis, que ha dejado las calles casi sin turistas y ha hecho que el p¨²blico local se apriete el cintur¨®n. Como si estas penas fueran pocas, los artistas se quejan de que el Ayuntamiento de Jos¨¦ Luis Mart¨ªnez-Almeida, ha endurecido las reglas para las actuaciones callejeras. Ha puesto un cupo de 450 m¨²sicos en el distrito Centro y ha reducido los horarios. Con la nueva normalidad las condiciones son a¨²n m¨¢s estrictas.

Una veintena de m¨²sicos consultados dicen que no ganan ahora ni la mitad de lo que recib¨ªan antes de la pandemia. ¡°Nos dan c¨¦ntimos. Con mucho sacrificio conseguimos sacar 15 euros al d¨ªa en promedio¡±, dice el veterano guitarrista callejero Chema Mart¨ªnez, de 74 a?os. Es una cantidad ¨ªnfima comparada con los 50 euros al d¨ªa que ganaba antes de esta crisis. Dice que si un m¨²sico es muy bueno y tiene una buena jornada puede llegar a embolsarse en Madrid hasta 300 euros.

Casi ninguno tiene carteles avisando de que ¡°se aceptan pagos con bizum¡± o similares. Pero varios confiesan que van a ponerlos. ¡°Se me hab¨ªa ocurrido pero no lo he hecho por verg¨¹enza porque no s¨¦ qu¨¦ iba a pensar la gente¡±, dice M¨®nica Jim¨¦nez, una riojana de 21 a?os. Est¨¢n a¨²n reencontr¨¢ndose con las calles porque hasta hace d¨ªas no les hab¨ªan llegado por correo los permisos del Ayuntamiento para tocar en el centro (399 m¨²sicos han sido autorizados).

¡°Yo creo que el dinero efectivo se acaba. De hecho llevo pensando desde hace tres a?os que la gente apenas carga monedas¡±, dice el cantante callejero costarricense Mynor S¨¢nchez, de 28 a?os. Ya ha recibido varios pagos por la plataforma PayPal.

¡°S¨ª que nos han dicho algunos pasajeros que si llev¨¢semos un dat¨¢fono encima nos dar¨ªan¡±, dice el m¨¦dico cubano Alejandro Cainedo, que forma d¨²o a la guitarra con el ingeniero peruano Jonatan Quiroz.

Otros m¨²sicos ponen los ojos como platos y sueltan una carcajada cuando se enteran de que hay compa?eros que est¨¢n cobrando por el m¨®vil. Como han hecho siempre, ponen la gorra o el vasito y esperan a que alguien suelte algo de calderilla. Esta semana ha mejorado un poco la cosa. Se nota que la gente ha cobrado hace poco. ¡°No creo que el dinero desaparezca todav¨ªa en nuestra generaci¨®n¡±, dice la colombiana de 26 a?os Alexandra Guti¨¦rrez. ¡°Pienso que en unos 100 a?os s¨ª¡±.

¡°De momento el pago digital es anecd¨®tico pero si se extiende nos adaptaremos¡±, dice Daniel Cabrera, miembro de la Plataforma La Calle Suena.

Quien lleva monedas a veces es reacio a rozar sus manos con las de otros. Los que pagan estos d¨ªas a los m¨²sicos llevan en ocasiones guantes o una botellita de gel. La gente se ha vuelto muy precavida a causa del virus pero sigue agradeciendo escuchar la m¨²sica en su ruta a casa o al trabajo. ¡°Hay gente que nos abraza emocionada¡±, dice la colombiana Guti¨¦rrez, que agradece la solidaridad madrile?a llegue de la forma que llegue.

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