Pulp, Barricada y el Parque del Oeste

La semana pasada, se discut¨ªa en redes (la denominaci¨®n gen¨¦rica que los periodistas utilizamos para referirnos a ese vertedero universal llamado Twitter) si hab¨ªan sido mejores Oasis o Blur. Ambas son bandas brit¨¢nicas que alcanzaron la gloria en los a?os 90. Se trataba, por tanto, de un debate generacional, adem¨¢s de bobo, dicho esto con todo el respeto a las bobadas. ?C¨®mo sobrevivir¨ªamos sin ellas? La primera banda, en una de sus m¨¢s c¨¦lebres canciones (Live Forever) dec¨ªa que t¨² y yo vamos a vivir para siempre. La segunda, e...

La semana pasada, se discut¨ªa en redes (la denominaci¨®n gen¨¦rica que los periodistas utilizamos para referirnos a ese vertedero universal llamado Twitter) si hab¨ªan sido mejores Oasis o Blur. Ambas son bandas brit¨¢nicas que alcanzaron la gloria en los a?os 90. Se trataba, por tanto, de un debate generacional, adem¨¢s de bobo, dicho esto con todo el respeto a las bobadas. ?C¨®mo sobrevivir¨ªamos sin ellas? La primera banda, en una de sus m¨¢s c¨¦lebres canciones (Live Forever) dec¨ªa que t¨² y yo vamos a vivir para siempre. La segunda, en uno de sus temas m¨¢s conocidos (Parklife), hac¨ªa una oda al picnic, esa angloafici¨®n que los madrile?os estamos empezando a aprender gracias a la predilecci¨®n de la covid-19 por los espacios cerrados.

La concejala de Cultura de Madrid, Andrea Levy, zanj¨® salom¨®nicamente: los mejores eran Pulp. Esta tercera banda, brit¨¢nica tambi¨¦n, tiene una memorable tonada (The Trees) que habla de c¨®mo los ¨¢rboles, que nos proporcionan sombra curativa cuando el sol es m¨¢s inclemente y que convierten los rayos del astro rey en clorofila, contemplan impasibles nuestros dramas de humanos para seguir trascendiendo en vertical hacia un futuro que ni siquiera las generaciones m¨¢s j¨®venes -a las que les importan un r¨¢bano Twitter, Blur y Oasis- pueden imaginar.

Siento un poco de pena por los que niegan la existencia del coronavirus y se resisten a ponerse mascarillas. Como los enamorados que no aceptan que ya nos les quieren y siguen so?ando, usan un mecanismo de defensa m¨¢s viejo que los ¨¢rboles.

Me interesar¨ªa mucho un debate bobo sobre cu¨¢l es el mejor parque de Madrid para hacer picnics. Mi favorito es el del Oeste, el m¨¢s brit¨¢nico de todos. Cien hect¨¢reas donde crecen hayas, tilos, robles, cedros, ¨¢lamos, tejos, abedules y madro?os (el m¨¢s madrile?o de los ¨¢rboles) sobre un espacio que en el siglo XIX fue basurero municipal. En ¨¦l se celebr¨® en 1986 un concierto homenaje a Don Enrique Tierno Galv¨¢n, el primer alcalde de la ciudad que conect¨® con los votantes j¨®venes a trav¨¦s de la m¨²sica. Tocaron Barricada y Burning (?cu¨¢l de los dos eran mejores?).

El Parque del Oeste, con su trazado lleno de fuertes desniveles recuerda mucho al de Hampstead Heath, en Londres, lugar donde Sigmund Freud y su hija, Anna, residieron hasta su muerte. La hija de Freud fue la primera te¨®rica en hablar de los mecanismos de defensa de la psique humana. Uno de los m¨¢s importantes es la negaci¨®n y consiste en evitar un trauma real cerr¨¢ndose en banda a reconocer su mera existencia.

Siento un poco de pena por los que niegan la existencia del coronavirus y se resisten a ponerse mascarillas. Como los enamorados que no aceptan que ya nos les quieren y siguen so?ando, usan un mecanismo de defensa m¨¢s viejo que los ¨¢rboles. No quieren renunciar a ese mundo feliz que conocimos en el que, apelotonados en conciertos, grit¨¢bamos a voz en cuello, nos escup¨ªamos cerveza y nos bes¨¢bamos. Es muy dif¨ªcil aceptar la nueva realidad y no sentir desesperanza. A m¨ª, cuando me pasa, me pongo la canci¨®n de Pulp y me agarro a que el Parque del Oeste un d¨ªa fue un vertedero asqueroso y miradlo ahora. Verde y frondoso.