Cuando ir al colegio en metro supone un reto
Valentina lleva tres a?os sin acceso a la ruta de transporte de su colegio, un centro de referencia en Madrid para personas con discapacidad motora
Apenas son las ocho de la ma?ana y Valentina, de seis a?os, y su madre, Nani Fern¨¢ndez, inician temprano su ruta al colegio. Est¨¢n acostumbradas a hacer todo con tiempo de sobra. La funci¨®n motora de la ni?a -con una discapacidad del 45%- va a otro ritmo. Lleva tres a?os sin acceso a la ruta de transporte de su colegio p¨²blico, un centro de referencia para personas con discapacidad motora, as¨ª que cada d¨ªa empieza su recorrido de casi una hora en el metro de Callao. No es la m¨¢s cercana a su casa, pero, al menos, tiene ascensor.
La familia, que no cuenta con veh¨ªculo propio, lleva tres ...
Apenas son las ocho de la ma?ana y Valentina, de seis a?os, y su madre, Nani Fern¨¢ndez, inician temprano su ruta al colegio. Est¨¢n acostumbradas a hacer todo con tiempo de sobra. La funci¨®n motora de la ni?a -con una discapacidad del 45%- va a otro ritmo. Lleva tres a?os sin acceso a la ruta de transporte de su colegio p¨²blico, un centro de referencia para personas con discapacidad motora, as¨ª que cada d¨ªa empieza su recorrido de casi una hora en el metro de Callao. No es la m¨¢s cercana a su casa, pero, al menos, tiene ascensor.
La familia, que no cuenta con veh¨ªculo propio, lleva tres a?os intentando acceder a la ruta de transporte de su colegio. Este ¨²ltimo a?o con mayor insistencia debido a la situaci¨®n de emergencia sanitaria. Antes Valentina iba a un centro p¨²blico cerca de su zona, pero la Comunidad de Madrid valor¨® su caso y le concedi¨® una plaza en otro que se adapta m¨¢s a sus necesidades. La ni?a padece una malformaci¨®n en el cerebelo, regi¨®n del cerebro que domina todo lo que tiene que ver con el lenguaje y el movimiento, una enfermedad rara denominada romboencefalosinapsis. Hay solamente un colegio de estas caracter¨ªsticas para el distrito centro: el Tom¨¢s Bret¨®n, en Arganzuela. ¡°En principio nos comentaron que el transporte escolar era una de las ventajas que ten¨ªa estar en un colegio especializado en ni?os con discapacidad motora¡±, explica Nani.
En principio, el obst¨¢culo por parte del colegio para hacer cambios en la ruta era que previamente deb¨ªa agotarse el contrato bianual con la compa?¨ªa de transportes Chap¨ªn. Pero ya han pasado tres a?os con Valentina en el centro y no hay novedades. Adem¨¢s, el recorrido que hace la ruta actual ya dura 55 minutos -el tope legal es de 59 seg¨²n la Consejer¨ªa de Educaci¨®n de la Comunidad de Madrid-, por lo que ser¨ªa imposible alargarla. Cada centro p¨²blico recibe un presupuesto por parte de su comunidad al que se tiene que amoldar. El conductor de esa ruta, Santiago Mac¨ªas, expone: ¡°La ¨²nica soluci¨®n que veo ser¨ªa que la consejer¨ªa habilitara otra ruta y que se dividieran los ni?os. Nosotros siempre intentamos ubicar a todos los alumnos en una parada, incluso si alguno tiene dificultades graves de movimiento nos acercamos a su casa. A lo mejor de este modo podr¨ªan unirse a la ruta otros ni?os interesados¡±.
La Consejer¨ªa de Educaci¨®n de Madrid invirti¨® el pasado curso parte de los 350.000 euros destinados a ayudas directas en becas de transporte escolar. Valentina se beneficia de esta retribuci¨®n de alrededor de 200 euros que suple los gastos del metro, sin embargo, para su madre Nani esta ayuda no cubre el verdadero coste del trayecto, mucho menos en un contexto de emergencia sanitaria. Aunque la Comunidad no quiso pronunciarse en este ¨²ltimo aspecto, si que asegur¨® que este curso ha desdoblado 90 rutas para alumnos de educaci¨®n especial, pero ninguna ha llegado a Valentina.
En el fondo, para Pedro Sastre, miembro del consejo escolar del Tom¨¢s Bret¨®n, el origen del problema no es la ruta sino la ausencia de centros de referencia de mot¨®ricos en una zona m¨¢s cercana a su domicilio: ¡°Hay una laguna territorial que provoca que esta alumna deba asistir a un centro cuya ruta no cubre su domicilio por cuestiones log¨ªsticas o de tiempo¡±. Una opini¨®n que tambi¨¦n comparte FAMMA ¨C Cocemfe Madrid que es la Federaci¨®n de Asociaciones de Personas con Discapacidad F¨ªsica y Org¨¢nica de la Comunidad de Madrid: ¡°sin ninguna duda el problema es la falta de centros que atiendan a ni?os con necesidades f¨ªsicas¡±. Actualmente, seg¨²n la federaci¨®n, de los 1244 colegios p¨²blicos y concertados de educaci¨®n primaria de la Comunidad de Madrid ¨²nicamente 66 se reconocen de integraci¨®n preferente de mot¨®ricos, es decir, el 4,8%.
Con frecuencia las piernas de Valentina flaquean, carecen de la fuerza suficiente para realizar ciertos esfuerzos. No aprendi¨® a caminar hasta que cumpli¨® los cuatro. El metro de Madrid puede ser todo un circuito de obst¨¢culos para una persona de movilidad reducida.
Durante su trayecto en metro, Nani cuida de que Valentina no toque barandillas, barras o botones. ¡°Nos ha costado todo el verano que se ponga la mascarilla y aunque no est¨¢ obligada, prefiero que la lleve¡±, a?ade. A veces, si el metro va muy lleno, esperan uno m¨¢s vac¨ªo. Una vez llegan a la parada de Pir¨¢mides, deben salir por la puerta m¨¢s alejada del colegio para usar el ascensor, el cuarto del trayecto. Son peque?os retos los que han hecho a Nani plantearse la mudanza. ¡°Este colegio le viene muy bien a Valentina. Cuenta con una persona que la acompa?a en todo momento, tambi¨¦n con un fisioterapeuta y un logopeda. Me da mucha tranquilidad. Al final debes hacer lo m¨¢s beneficioso para tu hijo¡±. Preocupaciones invisibles para muchos otros padres, pero que son el d¨ªa a d¨ªa de Nani.