Negacionismo con rostro
Tres perfiles de difusores de tesis conspiranoicas por redes sociales. En Madrid se juntaron mil el s¨¢bado en una marcha convocada por expolic¨ªas esc¨¦pticos
El hombre se lleva la grabadora a los labios.
¡ªEsteban Cabal. 6 de noviembre de 2020. Aqu¨ª tengo a Juan Quesada, de EL PA?S...
¡ªJuan Diego.
¡ªEso, Juan Diego. Disculpa. ?Me das permiso para grabar esta conversaci¨®n?
¡ªS¨ª, adelante.
Esteban Cabal es un veterano ecologista de 62 a?os. Vive en una hermosa casa de piedra posada sobre una roca, junto a un r¨ªo. En la mesa del sal¨®n reposa un libro grueso, Gobierno mundial. En la contraportada aparece la sinopsis: ¡°El ...
El hombre se lleva la grabadora a los labios.
¡ªEsteban Cabal. 6 de noviembre de 2020. Aqu¨ª tengo a Juan Quesada, de EL PA?S...
¡ªJuan Diego.
¡ªEso, Juan Diego. Disculpa. ?Me das permiso para grabar esta conversaci¨®n?
¡ªS¨ª, adelante.
Esteban Cabal es un veterano ecologista de 62 a?os. Vive en una hermosa casa de piedra posada sobre una roca, junto a un r¨ªo. En la mesa del sal¨®n reposa un libro grueso, Gobierno mundial. En la contraportada aparece la sinopsis: ¡°El complot urdido desde hace 300 a?os por la ¨¦lite financiera para apoderarse del mundo est¨¢ llegando a su fin¡±. Justo debajo hay un retrato de Cabal en un entorno buc¨®lico, con 10 a?os menos.
¡ªAh¨ª doy toda una serie de pistas sobre lo que estaba a punto de llegar y ahora ha llegado. En ese libro me anticipo y explico los entresijos del poder real, de la ¨¦lite financiera.
Dice esto con el tomo entre las manos. Asegura que todo ese conocimiento que aglutin¨® durante a?os le ha ayudado a detectar el enga?o. ¡°Es una falsa pandemia inventada por las multinacionales qu¨ªmico-farmac¨¦uticas porque no son solo farmac¨¦uticas, sino grandes corporaciones qu¨ªmicas que se dedican tambi¨¦n a la fabricaci¨®n de venenos (...). Estas multinacionales se dedican a inventar enfermedades, a cronificarlas y se dedican a convertir la salud p¨²blica en un negocio lucrativo¡±, sostiene delante de un ordenador.
Cabal se ha preparado la entrevista a conciencia. La graba para que su gabinete jur¨ªdico la estudie. En una libreta de espiral ha escrito con letra esmerada frases que no quiere dejar pasar: ¡°S¨¦ que tu jefe te ha mandado aqu¨ª para hablar de m¨ª, no de mis ideas, pero mis ideas son m¨¢s importantes que yo¡±.
Vayamos con las ideas, pues. Cabal cre¨® hace tres meses un think tank (¡°tanque de pensamiento¡±, aclara) para construir una narrativa alternativa a la oficial. ¡°La oficial es absolutamente falsa¡±. En su movimiento, explica sin entrar en detalles, hay m¨¦dicos, psic¨®logos, educadores, bi¨®logos, cient¨ªficos y educadores cuyo objetivo es demostrar que la pandemia es una estafa. ¡°Global, monumental, para vender vacunas peligros¨ªsimas que pueden modificar nuestro ADN con consecuencias desconocidas. Si quieres conocer la verdad, te voy a decir...¡±.
A continuaci¨®n se pone a leer un documento de Word en el ordenador. Su perro, un viejo pastor alem¨¢n, olfatea al reci¨¦n llegado. Despu¨¦s pierde inter¨¦s y se marcha a echarse una siesta. Quince minutos m¨¢s tarde, Cabal llega a una conclusi¨®n que parte el mundo en dos, como las dos mitades de una naranja: ¡°La gente m¨¢s bondadosa y m¨¢s sabia est¨¢ con nosotros y la gente m¨¢s maliciosa y m¨¢s malintencionada est¨¢ en el otro lado, con los poderes f¨¢cticos financieros¡±.
No se?ala a nadie, pero en la habitaci¨®n solo hay dos personas. Solo una puede darse por aludida.
¡ªAhora citar¨¢s el informe Barbastro.
Cabal no parece sorprendido. Claro que va a mencionarlo. Se trata de un documento interno escrito por tres miembros del hospital de Barbastro (Huesca), tras estudiar 20 muertes en una residencia. Su hip¨®tesis es que la utilizaci¨®n del polisorbato 80 en las vacunas de la gripe podr¨ªa suponer un riesgo mayor en pacientes infectados de coronavirus con m¨¢s de 65 a?os. Uno de los autores del informe, Juan F. Gast¨®n A?a?os, ha reconocido que se trata de una muestra muy peque?a, un trabajo muy primario con el que solo quer¨ªa llamar la atenci¨®n a las autoridades para que emprendieran una investigaci¨®n mayor. El documento, sin embargo, acab¨® en Internet y sirvi¨® de apoyo a conspiranoicos y fabricadores de noticias falsas para difundir conclusiones err¨®neas, o al menos muy precipitadas.
Cabal entra de lleno en la conspiraci¨®n y, de paso, a?ade otro bulo m¨¢s: ¡°[El estudio] determina que el componente que ha causado esa brutal mortalidad es el polisorbato 80, que es un detergente, que llevan algunas vacunas. Solo lo llevan las [vacunas] que ponen a la poblaci¨®n civil, no las de los m¨¦dicos¡±. No hay ninguna prueba de que sea as¨ª.
La conversaci¨®n contin¨²a de pie. El creador del think tank envida ahora con una de las teor¨ªas falsas que m¨¢s se viralizaron durante el confinamiento, la de los m¨¦dicos italianos que descubrieron que el problema no era el virus sino una bacteria que mata por trombosis y no por neumon¨ªa: ¡°Si no llega a ser por esos m¨¦dicos italianos habr¨ªa muerto hasta el tato¡±. La idea tiene un asidero con la realidad, las 50 autopsias a pacientes de covid-19 en Italia. El resto, no. Lo cierto es que los m¨¦dicos italianos descubrieron que el coronavirus no solo produce neumon¨ªa, sino una variedad de efectos diversos, entre los que se encuentra tambi¨¦n la trombosis.
Cabal dice estar informado de primera mano de que las muertes son inventadas, que las estad¨ªsticas se han falsificado. Desde el origen. Un sobrino suyo, monje shaol¨ªn, viv¨ªa en Wuhan cuando empez¨® todo. La familia le avis¨®, dice, y el muchacho se escap¨® al campo el d¨ªa antes del confinamiento. All¨ª aguant¨® libre, sin dinero y sin comida hasta que pudo volver a Espa?a. ¡°Habla perfectamente chino¡±, dice su t¨ªo con orgullo.
El sol pega de lleno sobre la huerta que se insin¨²a a trav¨¦s de la ventana. El d¨ªa se ha despejado de repente. Cabal apaga la grabaci¨®n. Camina por el exterior de la finca ense?ando las hortalizas que plant¨® y que deber¨¢ recoger antes de que empiecen las heladas. De fondo se escucha el rumor del r¨ªo. Bajamos hasta la orilla. Identifica unas pisadas de jabal¨ª. A lo lejos divisa una especie aut¨®ctona de burros en peligro de extinci¨®n.
Con tierra en la mano, habla de sus a?os como responsable del partido pol¨ªtico Los Verdes, ¨¦poca en la que fue concejal en Rivas-Vaciamadrid. Antes, a?os oscuros de lucha pol¨ªtica. Cabal fue torturado por Billy El Ni?o, el polic¨ªa franquista. Tras eso huy¨® a Francia con lo puesto. ¡°Yo solo era un ni?o¡±.
De vuelta a su casa, coge el mando para abrir la puerta autom¨¢tica de la entrada. Es hora de despedirse. Cabal se acerca a la ventanilla del coche: ¡°Ten cuidado porque muy pronto seremos mayor¨ªa social y el presidente de Espa?a ser¨¢ alguien de los nuestros¡±.
***
Sonia Vescovacci, polic¨ªa en excedencia, sujeta el micr¨®fono entre las manos. Ondean banderas de Espa?a, carteles con el ojo del programa televisivo Gran Hermano, mensajes anticomunistas, antivacunas, Help us, save Freedom... Esta tarde se cita constantemente a Soros, Bill Gates, Melinda Gates y Pedro S¨¢nchez. Vescovacci coge aire y contin¨²a con la soflama:
¡ªHicimos el juramento de servir y proteger a los ciudadanos, no de reprimirlos. Ese es nuestro deber principal. Les reiteramos a los ministros y a los responsables principales de los cuerpos policiales que Polic¨ªas por la Libertad se ofrece a colaborar en cualquier investigaci¨®n que sirva para aclarar por qu¨¦ se mueren nuestros familiares, nuestros vecinos y para exigir que se haga responsable a quien act¨²e en contra de la vida.
La multitud aplaude. Las teor¨ªas negacionistas del coronavirus, hasta ahora alojadas en Internet, empiezan a asomarse a la calle. El s¨¢bado, una asociaci¨®n policial de nueva creaci¨®n, Polic¨ªas por la Libertad, convoc¨® una marcha a la que acudieron unas mil personas. Seg¨²n los organizadores, tienen el apoyo de guardias civiles, polic¨ªas municipales, forales, ertzainas, bomberos y guardias de seguridad. En realidad no suman m¨¢s de diez agentes. Algunos ciudadanos avisados por las redes sociales y p¨¢ginas web que propagan bulos tambi¨¦n se unieron a la manifestaci¨®n, que recorri¨® la ciudad ante la incredulidad de muchos ciudadanos con los que se cruzaba.
¡°Somos gente normal, no frikis¡±, sostiene Cabal, que estuvo all¨ª. Existen muchas formas de expresar esa incredulidad, pero en resumen los negacionistas coinciden en que el virus no existe (pese a las evidencias abrumadoras) y que se trata de un contubernio entre gobiernos y multinacionales para someter a la poblaci¨®n.
Hab¨ªa manifestantes de todo tipo. De ultraizquierda, de ultraderecha, esot¨¦ricos adictos a los programas de televisi¨®n de ovnis, antigubernamentales, ecologistas, youtubers, activistas de cualquier ¨¢mbito. Hasta de movimientos espirituales. ¡°El r¨¦gimen comunista chino es el origen del problema. Ahora Espa?a copia sus pasos¡±, sosten¨ªa Maya Marinova, de 54 a?os, una miembro de Falun Gong.
Estalin Orlando, consultor inform¨¢tico de 24 a?os, cargaba con una pancarta en la que planteaba la geniocracia como una soluci¨®n al ¡°complot organizado y violento para instaurar una dictadura¡± con la excusa de la covid-19. ¡°Ser¨¢ el gobierno de gente competente votada por gente competente. Ahora hay personas que votan que no tienen capacidades. Eso es una mediocracia. Con la geniocracia se valorar¨¢ el nivel de amor y de empat¨ªa de los gobernantes¡±, dice. Asegura que sus padres le escuchan con atenci¨®n, pero le piden que se centre, estudie, trabaje y se esfuerce. ¡°Ellos son m¨¢s convencionales¡±.
No todos eran incr¨¦dulos. Maxi, psic¨®logo de 54 a?os, aseguraba que el virus se est¨¢ llevando a mucha gente por delante: ¡°Familias enteras¡±. Sin embargo, cree que los pol¨ªticos aprovechan la situaci¨®n para reprimir. ¡°Por ah¨ª, ya no¡±.
La marcha acab¨® en Neptuno. All¨ª se abrazaba gente que se ve¨ªa en persona por primera vez, despu¨¦s de meses de intercambiar v¨ªdeos, mensajes e informes conspiranoicos por las redes sociales. Vescovacci quiso cederle la palabra a todo el que quisiera decir algo. Los discursos se alargaron durante hora y media.
***
Fernando Vizca¨ªno, 42 a?os, botas de monta?a, sudadera violeta estilo Manu Chao, barba cerrada, conduce una vieja furgoneta blanca en la que a veces tambi¨¦n pasa la noche. En la parte de atr¨¢s hay mantas y una esterilla. Con su casa a cuestas se asegura que nadie lo pueda confinar entre cuatro paredes. Lo entiende como un acto de libertad.
¡ªYo es que cre¨ªa que iban a confinar antes pero est¨¢ surtiendo efecto lo que estamos haciendo. La poblaci¨®n se est¨¢ enterando de muchas cosas y ya no solo el trabajo que hacemos, esto va a caer por su propio peso y vuestras cabezas van a rodar como sig¨¢is as¨ª.
¡ª?Literalmente?
¡ªNoooo, pero los primeros que vais a ir a la trena sois los periodistas. Y los pol¨ªticos.
Vizca¨ªno tiene un canal de YouTube donde difunde mensajes conspiranoicos sobre la pandemia. De hecho, ahora mismo est¨¢ grabando la conversaci¨®n en el interior de la furgoneta, a escondidas. Despu¨¦s la subir¨¢ a la Red. Los v¨ªdeos no tienen millones de reproducciones, pero hay un p¨²blico fiel que los comenta y en cierta forma le retroalimentan. A ellos debe referirse cuando asegura que la gente, por fin, est¨¢ despertando.
Conduce por las calles de Guadarrama hasta aparcar al final de un camino, donde acaba el asfalto. Un fr¨ªo helado se cuela a trav¨¦s de las ventanillas. En la luna delantera ha colocado un folio blanco: ¡°Timovirus¡±. Dice que est¨¢ llenando el mundo de mensajes antipandemia para hacerle una guerra contrainformativa a los medios de comunicaci¨®n.
Vivi¨® 20 a?os en Latinoam¨¦rica. ¡°De ermita?o¡±, seg¨²n ¨¦l. Se acostumbr¨® a las zonas rurales. Se dedic¨® a escribir, a la introspecci¨®n, el desarrollo personal y a la naturaleza. Aprendi¨® cosas sobre s¨ª mismo y los seres humanos. El confinamiento de marzo le pill¨® en Valencia. ¡°Toda mi vida he hecho lo que me ha dado la gana, he sido libre, he estado apartado del sistema. Solo cotic¨¦ dos meses de mi vida cuando ten¨ªa 18 a?os. Cuando vi que nos met¨ªan en nuestras casas y lo que pretend¨ªan hacer, dije ¡®joder, nos van a quitar la libertad¡¯. As¨ª empec¨¦. Luego me di cuenta de lo que estaban haciendo y ves que est¨¢n asesinando ancianos¡±.
?C¨®mo? ¡°Con el polisorbato 80¡±, asegura. De nuevo, el informe Barbastro manipulado. El mismo discurso que Cabal, igualito al que circula por redes sociales. Punto por punto. Contin¨²a: ¡°Esta enfermedad ni siquiera existe. El virus no ha sido aislado ni purificado. Ni siquiera se ha demostrado que el Sars-CoV-2 exista. Es la sintomatolog¨ªa que en su d¨ªa provoc¨® la vacunaci¨®n de la gripe. Si t¨² te has fijado, la gente que mor¨ªa como mor¨ªa, con la neumon¨ªa t¨ªpica, ya nadie se muere de eso. El covid 19, seg¨²n la prensa y los gobiernos, sigue matando gente, pero resulta que ya no mata as¨ª. ?C¨®mo es posible?¡±.
Espera que la gente salga de esta enso?aci¨®n y se tope con la verdad, la que ¨¦l ha encontrado. Las protestas de j¨®venes realizadas en las ¨²ltimas semanas podr¨ªan ser un buen comienzo, pero Vizca¨ªno cree que detr¨¢s tambi¨¦n hay un complot. ¡°Los agentes del sistema est¨¢n dinamitando todo. Los protestas de ahora se las apropia el Gobierno para sus intereses. Esa gente no somos nosotros¡±, explica. En su cabeza todo es mentira, de cart¨®n piedra. El mundo es una farsa, una representaci¨®n. Con esas gafas puestas, esas dos se?oras que vemos dirigirse al monte con zapatillas de deporte y bastones de trekking adquieren un perfil amenazante. Podr¨ªan ser esp¨ªas.
Antes del encuentro, Vizca¨ªno ha enviado por Telegram enlaces, v¨ªdeos, documentos que, seg¨²n ¨¦l, prueban que vivimos enga?ados. Dice que no se publicar¨¢n porque llegar¨ªan a la poblaci¨®n y echar¨ªan abajo el relato oficial. La realidad es que todo lo que manda circula por redes sociales, est¨¢ a un clic de cualquiera, y adem¨¢s ya ha sido ampliamente desmentido.
Le molesta la etiqueta de negacionista. ¡°Es una bobada. Desde mi punto de vista vosotros sois los negacionistas¡±.
?Y d¨®nde quedan los hospitales colapsados, los crematorios funcionando las 24 horas del d¨ªa, los cad¨¢veres de ancianos aguardando d¨ªas en camas hasta que llegara el furg¨®n de la funeraria? Tambi¨¦n tiene respuesta a todo esto: ¡°Tengo a dos doctoras, una de La Paz y otra de Alcorc¨®n, y cuando les dices lo de los hospitales colapsados te reconocen que alrededor de Madrid los hospitales estaban vac¨ªos. Montaron un circo para aterrorizar a la poblaci¨®n. Los doctores oficiales te lo reconocen, pero tambi¨¦n se quedan callados¡±.
24 horas despu¨¦s, subir¨¢ el audio de la entrevista que ha grabado sin avisar a YouTube con una peque?a introducci¨®n. Sentado al volante, asegura en la grabaci¨®n que lo hace para ¡°ayudar a publicar la verdad¡±. El v¨ªdeo tiene m¨¢s de 360 comentarios, abrumadoramente inclinados a su favor. El antiguo ermita?o ha encontrado su sitio: ¡°En los ¨²ltimos meses estoy todo el d¨ªa pegado al tel¨¦fono, al ordenador, porque me llaman un mont¨®n de personas. Telegram, edici¨®n de v¨ªdeo, todo el pinche d¨ªa haciendo cosas. Desde que me levanto hasta que me acuesto¡±.
***
Sonia Vescovacci viste de azul. Lleva el meg¨¢fono. Le pide a la gente que ha acudido a la manifestaci¨®n que guarde la distancia de dos metros y que no se baje la mascarilla. No porque crea en su utilidad, sino para no meter en problemas a los polic¨ªas, sus antiguos compa?eros, que se encargan de la seguridad del evento. En poco tiempo, sobre todo en YouTube, se ha convertido en un rostro conocido por los propios agentes que difunden sus v¨ªdeos, en los que desaf¨ªa a las autoridades policiales y pone en cuesti¨®n la pandemia.
Asegura que no es negacionista, no al modo de Esteban Cabal o Fernando Vizca¨ªno. Pero a continuaci¨®n muestra sus dudas: ¡°Yo no s¨¦ si es virus, si es 5G (un bulo que corri¨® por la Red) o qu¨¦ es lo que es. No sabemos el motivo exacto. No creemos que se est¨¦ contando la verdad. Tenemos criterio propio y nos cuestionamos si lo que nos cuentan es real¡±.
Vescovacci, de 41 a?os, ha abrazado estas tesis desde hace poco. Cuando dej¨® el cuerpo de polic¨ªa quiso empezar un proyecto con el que mejorar la formaci¨®n de los agentes. En un m¨¢ster sobre emprendimiento cre¨® Human Protect. La idea era incorporar a los entrenamientos policiales inteligencia emocional, mindfulness, defensa verbal y persuasi¨®n. Empez¨® a ofrecer estos cursos a los sindicatos, y desde el principio comprob¨® que no hab¨ªa mucho inter¨¦s. Concurs¨® a una beca de la fundaci¨®n de la polic¨ªa, sin ¨¦xito. Su proyecto lleg¨® a ?vila, donde est¨¢ la academia nacional de formaci¨®n policial, con el mismo resultado. Estaba en un callej¨®n sin salida.
Reci¨¦n separada de otro polic¨ªa, a cargo de su madre dependiente, decidi¨® abrir un canal de YouTube. Sus tres primeros v¨ªdeos tuvieron una acogida razonable. Asegura que el primero de ellos le vali¨® un expediente de la polic¨ªa que se le aplicar¨¢ cuando decida volver al cuerpo, que seg¨²n su versi¨®n puede hacerlo cuando lo considere despu¨¦s del a?o de excedencia que lleva. Sus v¨ªdeos tienen titulares llamativos y grandilocuentes: LA VERDAD, LAS GRANDES MENTIRAS, LA REALIDAD. La creaci¨®n de Polic¨ªas por la Libertad, un sindicato por ahora muy marginal que ha formado con la ayuda de un polic¨ªa municipal, le sirve para llevar los grandes esl¨®ganes que usa en Internet a la calle. El s¨¢bado fue su primera experiencia y qued¨® satisfecha. Cree que el movimiento tiene futuro. Vescovacci ha traspasado el espejo y hay gente que le sigue.
Un sal¨®n, un bar y una clase: as¨ª contagia el coronavirus en el aire
Los interiores son m¨¢s peligrosos, pero es posible minimizar los riesgos si se ponen en juego todas las medidas disponibles para combatir el contagio por aerosoles. A trav¨¦s de este enlace puedes encontrar las probabilidades de infecci¨®n en estos tres escenarios cotidianos dependiendo de la ventilaci¨®n, las mascarillas y la duraci¨®n del encuentro.