Desahuciada una mujer de 82 a?os que aval¨® con su piso un pr¨¦stamo de su hija y que conviv¨ªa con sus nietas menores
Este y otro desalojo suspendido en Carabanchel abren una semana intensa para los activistas antidesahucios de Madrid
Una veintena de polic¨ªas lleg¨® a la calle Nazaret 32 de Fuenlabrada este mi¨¦rcoles a las 7.00, una hora antes del momento previsto para iniciar un desahucio. Quer¨ªan evitar que activistas pudieran entrar en el edificio donde hasta este mi¨¦rcoles y desde hace 45 a?os viv¨ªa Mar¨ªa Teresa. Esta mujer, de 82 a?os, aval¨® en 2015 con su piso en propiedad un pr¨¦stamo para un restaurante que pidi¨® su hija Maite, de 47, v¨ªctima de malos tratos y a quien su madre hab¨ªa vuelto a acoger en casa junto a sus dos ni?as menores, de ocho y 12 a?os. Entre el mi¨¦rcoles y el viernes, las plataformas antidesahucio...
Una veintena de polic¨ªas lleg¨® a la calle Nazaret 32 de Fuenlabrada este mi¨¦rcoles a las 7.00, una hora antes del momento previsto para iniciar un desahucio. Quer¨ªan evitar que activistas pudieran entrar en el edificio donde hasta este mi¨¦rcoles y desde hace 45 a?os viv¨ªa Mar¨ªa Teresa. Esta mujer, de 82 a?os, aval¨® en 2015 con su piso en propiedad un pr¨¦stamo para un restaurante que pidi¨® su hija Maite, de 47, v¨ªctima de malos tratos y a quien su madre hab¨ªa vuelto a acoger en casa junto a sus dos ni?as menores, de ocho y 12 a?os. Entre el mi¨¦rcoles y el viernes, las plataformas antidesahucios han convocado seis concentraciones diferentes para intentar evitar los lanzamientos en la ¨²ltima oportunidad.
Mar¨ªa Teresa, Maite y las dos menores han tenido que abandonar el piso sin un plan alternativo aunque el Ayuntamiento les ha ofrecido ayuda para alquilar una casa. En 2015, Maite abri¨® el restaurante Amalia, especializado en tortillas. Pidi¨® un pr¨¦stamo de 11.000 euros ¡°con cl¨¢usulas abusivas¡± que ascend¨ªan a 27.000 y que logr¨® con el aval del piso de su madre. El negocio arrancaba pero entonces, se?ala, empez¨® a ser v¨ªctima de malos tratos, incluso en el propio bar. Se separ¨® y dej¨® el bar, seg¨²n relata, y desde entonces solo ha tenido ingresos de trabajos espor¨¢dicos como un contrato temporal en el Corte Ingl¨¦s de Valdemoro. Pero dej¨® de ser suficiente para pagar los plazos del cr¨¦dito. ¡°Con eso y la pensi¨®n de la abuela (400 euros) iban tirando, pero lleg¨® la pandemia y los ingresos se redujeron¡±, se?ala Valent¨ªn Hern¨¢ndez, de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH) de Fuenlabrada.
A finales de 2015, meses despu¨¦s de cerrar el negocio, el banco le reclam¨® un pago de 2.000 euros a los que no pudo hacer frente y se procedi¨® a la subasta de la vivienda. En 2019, los fondos Ovigest Consulting, Triple del Girones y Mustus Finance la adquirieron. ¡°Han sacado la vivienda por 60.000 euros mientras que el valor de mercado es el doble o el triple¡± dice el citado miembro de la PAH. Anuncios de venta de pisos de tres habitaciones en el portal Idealista en esa misma calle se ofertaban este mi¨¦rcoles por 113.000 y 98.000 euros.
Maite intent¨® llegar a alg¨²n acuerdo con el fondo, pero no lo consigui¨® y solo le ofrecieron la diferencia con lo que deb¨ªa, unos 20.000 euros, que, indica, todav¨ªa no le han dado en el momento de tener que quedarse sin techo. Un primer intento de desahucio a esta familia, a finales de octubre, se aplaz¨® gracias al apoyo del vecindario. Maite hab¨ªa solicitado paralizar el desalojo en base al art¨ªculo 704 del C¨®digo Civil, pero no se lo concedieron. ¡°Da derecho a que te paren un desahucio un mes para organizarse y buscar un plan B¡±, explica Hern¨¢ndez. El abogado de la familia tambi¨¦n solicit¨® a los servicios sociales una vivienda de alquiler por su situaci¨®n de vulnerabilidad. De momento no lo han conseguido.
A las nueve lleg¨® la comitiva judicial y, a las 9.30, la puerta del portal se abri¨® y aparecieron Maite y Mar¨ªa Teresa, apoyada en un bast¨®n. Se escucharon gritos de indignaci¨®n de algunos vecinos y activistas, unos 70 en total, como ¡°?Ayudas sociales y no policiales!¡± o ¡°hay ni?os en la calle y no le importa a nadie¡±. Maite contaba lo humillada que se sent¨ªa tras coger lo b¨¢sico y tener que dejar as¨ª el piso.
Los activistas que luchan por el derecho a la vivienda creen que en los ¨²ltimos meses la cantidad de desahucios ha aumentado. Hern¨¢ndez calcula que en la Comunidad de Madrid se producen unos 30 a la semana, aunque ellos solo puedan ayudar a una fracci¨®n. A pesar de que no hay datos recientes que lo comprueben -el Consejo General del Poder Judicial publica datos trimestrales a nivel nacional y por comunidad-, Elsa Riquelme, una voluntaria que es una de las principales negociadoras de la Asamblea de Vivienda de Carabanchel, considera que los procesos se est¨¢n agilizando para no crear un cuello de botella en el sistema judicial con todos los casos nuevos que est¨¢n surgiendo a ra¨ªz de una crisis que cada mes cobra m¨¢s v¨ªctimas. ¡°Al final toda la precariedad que se est¨¢ viendo est¨¢ relacionada. Los bancos de alimentos de los barrios est¨¢n con m¨¢s trabajo que nunca; y si la gente no tiene para comer, ?c¨®mo va a pagar el alquiler?¡±.
En Carabanchel alto, la familia de Herminia Cano lleva desde marzo en una situaci¨®n cr¨ªtica. Ella trabajaba como limpiadora en un hotel, pero la despidieron cuando apenas empezaba la pandemia. Lleva meses intentando negociar con la Sociedad de Gesti¨®n de Activos procedentes de la Reestructuraci¨®n Bancaria, la Sareb, porque no ha podido pagar el alquiler al perder sus ¨²nicos ingresos. En la casa tambi¨¦n viven sus dos hijos de 19 y 28 a?os, pero ninguno ha podido conseguir trabajo este a?o. Su marido logr¨® hace unas semanas un trabajo como conductor de Uber. El salario de 1.000 euros al mes que comenzar¨¢ a recibir fue suficiente para convencer a la Sareb de renegociar un alquiler social con la familia y suspender la orden de lanzamiento, por lo menos seis meses, la v¨ªspera de su ejecuci¨®n.
No era la primera experiencia de la familia lidiando con la Sareb. Adoraci¨®n, madre de Herminia, fue desalojada hace dos semanas aunque la Sareb le hab¨ªa asegurado el d¨ªa anterior que aplazaba el desahucio. Entonces se vio obligada a pasar una semana viviendo en el piso de Herminia, junto con su otro hijo, su nuera y sus cuatro nietos menores. Eran 11 personas viviendo en tres habitaciones, todas a un paso de la calle.
Este aprendizaje reciente hizo que la Asamblea de Carabanchel mantuviera su convocatoria a las 8.00 a quien quisiera ir a apoyar para detener el desahucio programado, aunque la Sareb le hab¨ªa dicho que lo suspend¨ªa. A lo largo de la ma?ana se congregaron decenas de vecinos en el portal n¨²mero 32 del Paseo Castellanos, pero los negociadores de la Asamblea lograron demostrar el compromiso de la Sareb al juez y a las 10.00 se confirm¨® el aplazamiento, sin presencia de la comisi¨®n judicial ni de la polic¨ªa. Una peque?a victoria que sabe a poco cuando saben que vendr¨¢n m¨¢s derrotas.