Todos los domingos, Chu y sus tres hijas -Jia-Zhen, Jia-Qian y Jia-Ning, protagonistas principales de la pel¨ªcula Comer, Beber, Amar del director Ang Lee-, se juntan para celebrar lo que ellas llaman ¡°la cena del ritual de tortura del domingo¡±. Seg¨²n explica Ang Lee, Chu representa un ¡°padre tradicional taiwan¨¦s que no se comunica directamente, sino de manera superficial" o a trav¨¦s de la comida, por lo que se expresa con sus hijas mediante rituales domingueros. A lo largo de la pel¨ªcula, podemos ver a la Fam...
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Todos los domingos, Chu y sus tres hijas -Jia-Zhen, Jia-Qian y Jia-Ning, protagonistas principales de la pel¨ªcula Comer, Beber, Amar del director Ang Lee-, se juntan para celebrar lo que ellas llaman ¡°la cena del ritual de tortura del domingo¡±. Seg¨²n explica Ang Lee, Chu representa un ¡°padre tradicional taiwan¨¦s que no se comunica directamente, sino de manera superficial" o a trav¨¦s de la comida, por lo que se expresa con sus hijas mediante rituales domingueros. A lo largo de la pel¨ªcula, podemos ver a la Familia Chu navegar el impacto de la globalizaci¨®n en Taiw¨¢n, las diferencias generacionales y la desvinculaci¨®n con la tradici¨®n y las ra¨ªces.
Una de las primeras escenas de la pel¨ªcula muestra al padre cocinando en su casa, en contraste con el trabajo en una cadena de comida r¨¢pida de su hija Jia-Ning, que, como dice Malkiva Patil, representa, desde los ojos de Chu, ¡°una cultura occidentalizada e industrializada, donde la comida se vuelve irreconocible, sin una identidad distintiva propia¡±. Tan irreconocible como el lunchable que se asomaba en la cesta de compra de mis padres junto a productos chinos, ingredientes para el hotpot de la cena, a unos 10.869 kil¨®metros de la casa de la familia Chu, mientras hac¨ªamos recados en un supermercado chino en la Calle del General Margallo, en alg¨²n momento de los noventa. Me encontraba vagando por un laberinto de estantes, preocupado por algo tan banal y primermundista como escoger el almuerzo que iba a llevar al recreo. Ah¨ª estaba, con el pegote de queso amarillo radiactivo y otros productos procesados cortados geom¨¦tricamente, apretados en un mismo contenedor.
Aprend¨ª con el tiempo y las ense?anzas del recreo lo que era el lunchbox shaming, cuando se le se?alan a los padres por no prepararles un t¨²per a la altura de los est¨¢ndares de los dem¨¢s y a no llevar zongzi (arroz envuelto en hojas de bamb¨²) o lu dan (huevo a la soja) en la caja de almuerzo para evitar comentarios racistas sobre c¨®mo apestaban, o c¨®mo circulaban rumores especistas y racistas de que llevaba ¡°carne de perro¡± en mi almuerzo. Gradualmente los xiao lon bao (panecillos) en t¨²per se convirtieron en bocadillos de Nutella y lunchables (cajas con galletas saladas, queso y embutidos) , lo que consideraba ¡°comida normal¡± de peque?o.
Me acuerdo de Eddie en la serie Fresh Off The Boat, quien, en el primer episodio, decide llevar tallarines chinos al colegio y al destapar su t¨²per es ridiculizado por unos compa?eros blancos. ¡°?Ying Ming est¨¢ comiendo gusanos! T¨ªo, eso huele mal¡±, le dicen. Raz¨®n por la que Eddie convence a su familia a que le preparen ¡°comida de blancos¡±, como lo llama ¨¦l, llev¨¢ndole a un supermercado, como me llevaron a m¨ª. Y mientras mis padres estaban en caja metiendo los ingredientes para el hotpot de la ¡°cena ritual¨ªstica¡± en casa, yo met¨ªa el lunchable en una bolsa a parte con un alivio incoherente de que el pr¨®ximo d¨ªa pod¨ªa por fin ser un ni?o normal, que come ¡°comida de blancos¡±.