Ayuso y los Nabuconodosorcitos
Sorprende este af¨¢n de una liberal ac¨¦rrima defensora de la libertad individual por acotar el significado simb¨®lico de todas las cosas, incluso de aquellas que suceden desde hace milenios
Cuando escuch¨¦ a la presidenta de la Comunidad de Madrid dejar claro que el bel¨¦n de la Puerta del Sol ¡°celebra el nacimiento de Jes¨²s de Nazaret¡± y que ¡°con el nacimiento de Cristo medimos los siglos y se funda nuestra civilizaci¨®n¡± porque ¡°cat¨®lico significa universal¡± inmediatamente me vinieron a la mente dos cosas: los Nabuconodosorcitos (aquellos simp¨¢ticos bichitos que viv¨ªan en la jardinera del alf¨¦izar de Epi y Blas y cuyo coche era una caja de cerillas) y el Nacimiento de Pinypones (los Legos de las ni?as) de Ponferrada que s¨ª, inclu¨ªa una Natividad, aunque en medio de aquella org¨ªa v...
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Cuando escuch¨¦ a la presidenta de la Comunidad de Madrid dejar claro que el bel¨¦n de la Puerta del Sol ¡°celebra el nacimiento de Jes¨²s de Nazaret¡± y que ¡°con el nacimiento de Cristo medimos los siglos y se funda nuestra civilizaci¨®n¡± porque ¡°cat¨®lico significa universal¡± inmediatamente me vinieron a la mente dos cosas: los Nabuconodosorcitos (aquellos simp¨¢ticos bichitos que viv¨ªan en la jardinera del alf¨¦izar de Epi y Blas y cuyo coche era una caja de cerillas) y el Nacimiento de Pinypones (los Legos de las ni?as) de Ponferrada que s¨ª, inclu¨ªa una Natividad, aunque en medio de aquella org¨ªa visual y colorista de mu?equines eso fuese lo de menos.
Reconozc¨¢moslo: en los belenes, los ni?os, incluso los de las familias m¨¢s devotas, busc¨¢bamos a Jesusito como quien busca a Wally. Cuenta el escritor y editor Ignacio Vleming que ¡°fue Carlos III, despu¨¦s de haber pasado por el trono de N¨¢poles, quien aficion¨® a las casas nobles de Madrid a montar sus propios belenes, como una muestra de piedad, pero tambi¨¦n de lujo. Por lo visto en la ciudad italiana, algunos pesebres utilizaban perspectivas que incorporaban el paisaje natural del Vesubio y la isla de Capri, y creaban, a trav¨¦s de sofisticados sistemas lum¨ªnicos, el efecto del d¨ªa o de la noche¡±. Esto no me resulta nada sorprendente.
Hay algo m¨¢gico en esta costumbre de recrear mundos en miniatura e idear artilugios, soluciones y propuestas para que las representaciones sean lo m¨¢s fidedignas, ocurrentes o divertidas posibles. Una magia que genera sensaci¨®n de poder.
El Bel¨¦n de Pinypones de Ponferrada, que en la actualidad se puede seguir viendo en Espinoso de Compludo, inclu¨ªa una versi¨®n a escala de Las M¨¦dulas (ya saben, los montes que los romanos explotaron en busca de oro y que ahora son Patrimonio de la Humanidad); el de Folgoso de la Ribera incorpora una mina completa, cortada en secci¨®n, que permite al visitante ver varias galer¨ªas subterr¨¢neas.
Hay algo m¨¢gico en esta costumbre de recrear mundos en miniatura e idear artilugios, soluciones y propuestas para que las representaciones sean lo m¨¢s fidedignas, ocurrentes o divertidas posibles. Una magia que genera sensaci¨®n de poder, pues montar un bel¨¦n es crear una civilizaci¨®n a capricho, donde pasan exactamente las cosas que uno quiere cuando uno quiere y hay los habitantes que uno desea haciendo precisamente lo que uno manda. Esta sensaci¨®n (que supongo que se parece mucho a lo que sent¨ªan Epi y Blas al ver a las diminutas criaturas que viv¨ªan en su jardinera), le encantaba a Carlos VI, a quien su padre le mont¨® el Bel¨¦n del Pr¨ªncipe, que todav¨ªa en la actualidad se vuelve a montar en el Sal¨®n de Alabarderos del Palacio Real de Madrid.
No digo que la afirmaci¨®n de Isabel D¨ªaz Ayuso no sea hist¨®ricamente ajustada (que no lo es) pero s¨ª apunto que me sorprende este af¨¢n supuestamente centrista de una liberal ac¨¦rrima defensora de la libertad individual por acotar el significado simb¨®lico de todas las cosas, incluso de aquellas que suceden todos los a?os desde hace milenios. No sea que dejemos volar libre nuestra imaginaci¨®n y cada uno interpretemos lo que nos d¨¦ la gana.