Lac¨®n con grelos y agua de Madrid
En otras partes lloran porque no habr¨¢ Carnaval, pero aqu¨ª casi nadie lo echar¨¢ de menos
Gabriel Rufi¨¢n desvel¨® el otro d¨ªa en el Congreso que una de las cosas que m¨¢s le sorprendieron de Madrid fue ¡°la excelente calidad del agua¡±. Hac¨ªa tiempo que no escuchaba en sede parlamentaria algo con lo que me sintiese tan identificado. Si le pas¨® eso a Rufi¨¢n, imaginen a m¨ª, que soy de Galicia, la tierra de los mil r¨ªos, donde el cielo es siempre gris, y que contemplaba Madrid como un secarral no muy distinto de Arizona.
Al principio, no me acababa de creer a mis amigos madrile?os cuando me reconven¨ªan por comprar agua mineral. ¡°No seas tonto, coge la del grifo, es maravillosa, vie...
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Gabriel Rufi¨¢n desvel¨® el otro d¨ªa en el Congreso que una de las cosas que m¨¢s le sorprendieron de Madrid fue ¡°la excelente calidad del agua¡±. Hac¨ªa tiempo que no escuchaba en sede parlamentaria algo con lo que me sintiese tan identificado. Si le pas¨® eso a Rufi¨¢n, imaginen a m¨ª, que soy de Galicia, la tierra de los mil r¨ªos, donde el cielo es siempre gris, y que contemplaba Madrid como un secarral no muy distinto de Arizona.
Al principio, no me acababa de creer a mis amigos madrile?os cuando me reconven¨ªan por comprar agua mineral. ¡°No seas tonto, coge la del grifo, es maravillosa, viene de la sierra¡±, me dec¨ªan entusiasmados. Yo condescend¨ªa e intentaba disimular mi escepticismo para no defraudarlos. De tanto que insist¨ªan fui a comprar una jarra, pero segu¨ªa pensando para m¨ª que todos somos un poco chovinistas y exageramos las bondades de lo nuestro.
?De verdad que iba a ser mejor el agua aqu¨ª, donde el d¨ªa que caen cuatro gotas los informativos hablan de ¡°jornada muy lluviosa¡± y los conductores van por ah¨ª como si atravesasen arenas movedizas? ?iban a tener estos tipos, con esos veranos en los que arde la calle al sol de poniente, un agua de m¨¢s calidad que nosotros, seres de un pa¨ªs anfibio? ?c¨®mo pod¨ªa imaginar yo que ser¨ªa en Madrid donde dejase de meter botellas de agua mineral en el carrito de la compra?
El otro d¨ªa en el Congreso, Rufi¨¢n sigui¨® contando que, despu¨¦s de la calidad del agua, lo segundo que m¨¢s le sorprendi¨® en Madrid fue ver tantas banderas. No tardaron en replicarle que tampoco es que en Barcelona anden escasos. Por lo que a m¨ª respecta, mi segunda gran sorpresa result¨® de una ¨ªndole m¨¢s festiva: descubrir que aqu¨ª apenas se nota el Carnaval. Estos d¨ªas oigo lamentos de mis amigos gallegos porque no van a poder invadir el pueblo vestidos de choqueiros, no habr¨¢ Domingo de Pi?ata ni entierro de la sardina, ni saldr¨¢ la caravana de Os Maracos en A Coru?a parodiando alg¨²n acontecimiento de actualidad. Un trauma del que Madrid se va a librar. Porque no creo que aqu¨ª, donde he visto m¨¢s gente disfrazada en Halloween que en el Martes de Carnaval, haya este febrero mucho que echar de menos a ese respecto.
Lo que los gallegos llaman Antroido es tambi¨¦n -como casi todo all¨ª- una fiesta gastron¨®mica. Y eso no hay pandemia que lo frustre. Las familias no podr¨¢n reunirse, pero cada uno en su casa se consolar¨¢ con el lac¨®n con grelos, las filloas y las orejas. Yo intentar¨¦ hacer lo mismo aqu¨ª, porque hay muy pocas cosas que no se puedan encontrar en Madrid. De lo que no me voy a librar es de esta extra?eza. Yo ya sab¨ªa que aqu¨ª no hay playa. Lo que no pod¨ªa imaginar es que tampoco hay Carnaval. Recapaciten cuando pase la pandemia, por favor.