Somos la envidia de Europa
Hay dos hechos indiscutibles: Madrid es la comunidad con menos restricciones de Espa?a y, desde hace semanas, tambi¨¦n la que tiene una incidencia m¨¢s elevada de casos de covid
En este otro mayo hist¨®rico que se avecina para Madrid, volvemos a encontrar combatientes por la libertad y hordas de franceses. Pero esta vez no se trata de belicosos gabachos que vienen a tiranizarnos, m¨¢s bien al contrario. Ahora acuden a disfrutar de la libertad que les han robado en su pa¨ªs y por la que nuestros gobernantes van a batallar con denuedo hasta el 4 de mayo....
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En este otro mayo hist¨®rico que se avecina para Madrid, volvemos a encontrar combatientes por la libertad y hordas de franceses. Pero esta vez no se trata de belicosos gabachos que vienen a tiranizarnos, m¨¢s bien al contrario. Ahora acuden a disfrutar de la libertad que les han robado en su pa¨ªs y por la que nuestros gobernantes van a batallar con denuedo hasta el 4 de mayo.
Esta invasi¨®n francesa de cada fin de semana nos trae una tropa incruenta, feliz y, sobre todo, culta. Su inter¨¦s son los museos, no tomar copas, como bien ha precisado el alcalde y cualquiera puede comprobar viendo las aglomeraciones ante los centros culturales mientras las terrazas de los bares languidecen tristes y solas. Hemos vuelto a asombrar al planeta. Primero fue el Zendal, el ¡°mejor hospital del mundo¡±, y ahora este reducto de libertad envidiado en el resto de Espa?a y de Europa.
Madrid ha optado por la libertad y no crean que sin pagar un precio.
Hay dos hechos indiscutibles: Madrid es la comunidad con menos restricciones de Espa?a y, desde hace semanas, tambi¨¦n la que tiene una incidencia m¨¢s elevada de casos de covid, la ¨²nica que permanece en lo que se considera riesgo alto. Esos son los hechos. M¨¢s dif¨ªcil resulta establecer una relaci¨®n causal entre ellos, porque ah¨ª nos encontramos con divisi¨®n de opiniones. La mayor¨ªa de los gobiernos del mundo y la mayor¨ªa de la comunidad cient¨ªfica -ese grupo de cenizos- sostienen que s¨ª la hay. Los gobernantes madrile?os, una nutrida legi¨®n de tertulianos y el presidente de Brasil lo niegan con rotundidad. ?C¨®mo vamos a aclararnos as¨ª?
Madrid ha optado por la libertad y no crean que sin pagar un precio. Al resto de Espa?a le corroe la envidia y el comunismo internacional ha desplazado sus mejores fuerzas aqu¨ª para intentar acabar con ella. Pero los beneficios son infinitamente mayores. Lo prueban esas excursiones de j¨®venes extranjeros que solo en Madrid pueden satisfacer su avidez de cultura. Y adem¨¢s est¨¢n las encuestas electorales, que indican que una mayor¨ªa de ciudadanos se sit¨²a en eso que la presidenta llamar¨ªa ¡°el lado correcto de la historia¡±.
Los analistas pol¨ªticos coinciden en que la gran baza electoral del partido gobernante para el 4 de mayo es precisamente su inter¨¦s en ¡°buscar un equilibrio entre la econom¨ªa y la salud¡±. Ah¨ª encontramos la prueba de que los cient¨ªficos no pueden tener raz¨®n. Si la tuviesen, significar¨ªa que alguien ha decidido que la econom¨ªa debe seguir girando a cualquier precio, aun al de asumir que se elevar¨¢n los contagios y, por consiguiente, las muertes. Y que esa pol¨ªtica contar¨ªa adem¨¢s con el benepl¨¢cito entusiasta de una parte de la poblaci¨®n.
Todo esto no puede ser m¨¢s que una elucubraci¨®n absurda. As¨ª que apaguen la tele cuando salga un cient¨ªfico y presten mucha atenci¨®n si el que habla es un tertuliano. Y, sobre todo, consuman, que en eso consiste disfrutar de la libertad.