El di¨¢logo de las plantas

Las plantas colonizaron la tierra hace 450 millones de a?os y han generado una transformaci¨®n en los humanos. Por ello, segu?ramente albergan la soluci¨®n para la prosperidad y supervivencia de las personas. Bajo esta premisa, La Casa Encendida inicia un ciclo de actividades, con cursos, conciertos y cine, cuyo eje central es la exposici¨®n Un encuentro vegetal, que permanecer¨¢ hasta el 19 de septiembre. La muestra est¨¢ co?misariada por B¨¢r...

Las plantas colonizaron la tierra hace 450 millones de a?os y han generado una transformaci¨®n en los humanos. Por ello, segu?ramente albergan la soluci¨®n para la prosperidad y supervivencia de las personas. Bajo esta premisa, La Casa Encendida inicia un ciclo de actividades, con cursos, conciertos y cine, cuyo eje central es la exposici¨®n Un encuentro vegetal, que permanecer¨¢ hasta el 19 de septiembre. La muestra est¨¢ co?misariada por B¨¢rbara Rodr¨ªguez Mu?oz, de la Wellco?me Collection de Londres, y presenta los trabajos de los artistas Patricia Dom¨ªnguez, Ingela Ihrman y Eduardo Navarro.

La exposici¨®n est¨¢ concebida como un di¨¢logo donde se muestran las pr¨¢cticas de estos tres artistas cuyo trabajo reconsidera las plantas m¨¢s all¨¢ de su uso para el consumo humano, y muestra su complejidad y sensibilidad. A la vez, propone una reflexi¨®n meditativa sobre el mundo vegetal y lo que de ¨¦l se puede aprender. En palabras de la comisaria, invita a repensar la relaci¨®n entre el ser humano y las plantas y pone en relieve la importancia de su acci¨®n en la naturaleza. Adem¨¢s, se?ala que a d¨ªa de hoy, los humanos tan solo representan el 0,01% de la biomasa de la tierra.

La propuesta de Patricia Dom¨ªnguez est¨¢ compuesta por hologramas que pueden verse proyectados en unos ventiladores. Cinco t¨®tems futuristas que albergan reproducciones de las colecciones etnobot¨¢nicas que est¨¢n presentes en museos como la Wellcome Collection de Londres, en los Kew Gardens de la capital inglesa, el Jard¨ªn Bot¨¢nico de Madrid o el Museo de Am¨¦rica de Madrid, entre otros. Estas colecciones nacen de las grandes exploraciones cient¨ªficas del siglo XVII, en las cuales los imperios trajeron plantas para usos medicinales, de alimentaci¨®n o textiles, buscando esa utilidad de los principios activos en una apropiaci¨®n del conocimiento local e ind¨ªgena.

Se ha trabajado con una investigadora de Kew Gardens, Kim Walker, para la obra de Patricia Dom¨ªnguez, y se ha puesto el foco en cuatro plantas que sirven para dar voz a las narrativas de violencia colonial y sanaci¨®n ancestral que encarna el material expuesto. En la sala se pueden ver estos hologramas que van sucedi¨¦ndose con distintas formas que parecen estar f¨ªsicamente gracias a su tridimensionalidad. Un espect¨¢culo que hipnotiza con sus vivos colores. Tambi¨¦n hay expuestas acuarelas de la artista y una banda sonora por Futuro F¨®sil.

Por su parte, la sueca Ingela Ihrman muestra A great seaweed day, una instalaci¨®n ¡°silenciosa¡± de algas corporales que alude a un periodo de convalecencia de la propia artista junto al mar, en la costa de Malmo y en la de Escocia, en donde encontr¨® una conexi¨®n con las plantas, y un v¨ªnculo entre la flora de su intestino y la de los oc¨¦anos. Una gran escultura de algas retorcida da la bienvenida, en una obra que aborda la soledad, la convivencia y las experiencias extra?as que encontramos en sociedad. Las esculturas expuestas son tan grandes que la artista casi no puede manipularlas y suponen una referencia a ese origen l¨ªquido de nuestra vida y la vida marina. Una met¨¢fora de ese l¨ªquido amni¨®tico en el que se flota antes de nacer, o las plantas que fueron acu¨¢ticas antes de ser terrestres.

La muestra se completa con los dibujos contemplativos en pastel y carboncillo de Eduardo Navarro, que ¨¦l ha hecho a mano durante la cuarentena tras la crisis del coronavirus. Son sobres biodegradables que contienen semillas de ¨¢rbol, en tama?o grande que casi tocan el techo de la sala. Una vez que finalice la exposici¨®n, se van a devolver a la naturaleza para plantarse y activar las semillas, en una forma de reconectarnos con la naturaleza. Para ello, ha contado con la colaboraci¨®n del fil¨®sofo Michael Marder, que ha influido en las instrucciones performativas de Navarro para esta creaci¨®n, en la que se invita a que los humanos se embarquen en un camino de iluminaci¨®n vegetal y se paren en la obra como si fueran una planta, estirando los brazos y respirando profundamente, sin perder la atenci¨®n de lo que hay alrededor.

Un ciclo vegetal

En La Terraza Magn¨¦tica, el programa de concier?tos y cine gira en torno a la relaci¨®n entre el ser humano y la naturaleza, que a lo largo de la historia ha propiciado un apasionante encuentro no siempre justo y equilibra?do. Desde las m¨²sicas realizadas en ¨ªntima conexi¨®n con el mundo vegetal como las cham¨¢nicas, el folk o formas m¨¢s ancestrales, al cine relacionado con seres vivos sin capacidad de movimiento.

La pro?gramaci¨®n musical propone un viaje hac¨ªa el origen de la humanidad y su relaci¨®n con la naturaleza en la b¨²squeda de un encuentro con la intuici¨®n primi?tiva. De la mano del artista venezolano Molero, hace una cr¨ªtica del mito selv¨¢tico euroc¨¦ntrico reapropi¨¢ndose del lenguaje ut¨®pico de las bandas sonoras. Por su parte, el productor angole?o DJ Nigga Fox nos traslada su interpretaci¨®n del sonido como una identidad independiente fruto de la di¨¢spora.

En cuanto al cine, una variedad de t¨ªtulos muestran la fuerza inabarcable de la naturaleza m¨¢s salvaje, como la todopoderosa selva amaz¨®nica de la herzogniana Aguirre, La c¨®lera de Dios. Otras, como Tropical Malady, de Apichatpong Weerasethakul, la muestra como territorio mitol¨®gico en el que se forjan las leyendas.

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