Desayunos que atragantan
Madrid y su deporte social matutino que eleva o hunde carreras
Caf¨¦ con leche, por favor. Una copa de cristal llena de zumo hasta arriba. Cubiertos brillantes, envueltos en una planchada servilleta de tela blanca. Se cruza la puerta giratoria y te reciben al son de un exquisito ¡°bienvenido¡±. En Madrid hay un deporte matutino por el que se pirra buena parte de la ciudad y que responde al nombre de desayuno informativo. Una actividad que enloquece a aquellos que desmenuzan la anatom¨ªa de la palabra poder.
Dicen que alguien e...
Caf¨¦ con leche, por favor. Una copa de cristal llena de zumo hasta arriba. Cubiertos brillantes, envueltos en una planchada servilleta de tela blanca. Se cruza la puerta giratoria y te reciben al son de un exquisito ¡°bienvenido¡±. En Madrid hay un deporte matutino por el que se pirra buena parte de la ciudad y que responde al nombre de desayuno informativo. Una actividad que enloquece a aquellos que desmenuzan la anatom¨ªa de la palabra poder.
Dicen que alguien es alguien en la villa y corte cuando le invitan a subirse al escenario de uno de estos desayunos para que lo escuchen pol¨ªticos, empresarios, fiscales, periodistas, publicistas y dem¨¢s tropa capitalina. Un ritual para el que hay que despertarse temprano y perfumarse. Tambi¨¦n hay expertos que ya conocen la pr¨¢ctica de a?os y van directos para engullir bollitos de alta pasteler¨ªa. D¨¦jense de brunch.
La ceremonia suele tener como escenario un hotelazo de cinco estrellas, con alfombras y salones con reminiscencias casi palaciegas. A ratos rococ¨®, a ratos dise?o fluorescente. Elijan el que m¨¢s les guste: desde el reformado Ritz hasta los salones del Palace cruzando bajo su c¨²pula. Tambi¨¦n se desciende a la planta baja del Villamagna o se marea el azucarillo viendo de cerca el jard¨ªn del Orfila. Que no falte la calle Alcal¨¢, muchos suben con prisas y ojeras las escaleras del Casino. Se saluda, se cruzan palabras y se busca como en las bodas el sitio en los paneles con las mesas numeradas. Con un imprescindible: tarjet¨®n de papel bueno en cada sitio para lanzar preguntas al orador. Una ma?ana toca ministro, a la siguiente un comisario europeo y se guarda tiempo otro d¨ªa para un l¨ªder sindical. Hasta alg¨²n cura. ¡®Tout¡¯ Madrid.
Esta semana tocaba ¡®canalejear¡¯ en el Four Seasons. ?Y bien que se atragantaron algunos! Mala digesti¨®n de la napolitana de chocolate, el croissant y los bollos con calabac¨ªn y bacon. El PP de Madrid se ha revuelto con las palabras de Pablo Casado lanzando al alcalde Almeida a la carrera del congreso regional, dejando a D¨ªaz Ayuso con cara de circunstancias. ¡°Isabel se ha precipitado¡±, me desliza un miembro de la direcci¨®n madrile?a. Eso promete, y mucho. Va para largo: la batalla ser¨¢ el a?o que viene.
Los partidos tienen sus tiempos, con sus c¨®digos sagrados y rituales, incluso para la presidenta. Andan todos muy nerviosos, empezando por los que aspiran a ganarse ya el favor para ser candidatos en las pr¨®ximas municipales. Pero el l¨ªder nacional no quiere que nadie le haga sombra, ahora busca su turno y su foco. No toca y quiere demostrar que al final la calle G¨¦nova manda. Que no todo va a ser para el equipo de la Puerta del Sol, la libertad para los militantes en 2022. Ella insiste y con ¨®rdago en p¨²blico. Los populares de la comunidad empiezan a revivir aquella sensaci¨®n de Esperanza Aguirre vs. Alberto Ruiz-Gallard¨®n. Mariano Rajoy solo pod¨ªa entonces resoplar y citar al conde de Romanones: ¡°Joder, qu¨¦ tropa¡±.
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