La lluvia y la vigilancia policial frustran un nuevo macrobotell¨®n en la Complutense
Los universitarios hab¨ªan organizado para este jueves una sangriada en la Facultad de Derecho, pero los agentes les requisan bebidas y los dispersan en una noche desapacible
¡°Recuperemos la esencia. Sangriada jueves 23 de septiembre a las 18.00 en la Facultad de Derecho (parque de al lado). Seamos responsables¡±. Un colorista cartel con este mensaje corri¨® por WhatsApp y por las redes sociales entre los estudiantes de la universidad Complutense de Madrid. Con el regreso de la presencialidad a las aulas y el relajamiento de las medidas anticovid, los j¨®venes quer¨ªan recuperar as¨ª un cl¨¢sico de esa facultad, que se sol¨ªa repetir todas las semanas. Sin embargo, el mal tiempo y el aumento de los controles, con 150 agentes m¨¢s de la Polic¨ªa Municipal y 300 de la Naciona...
¡°Recuperemos la esencia. Sangriada jueves 23 de septiembre a las 18.00 en la Facultad de Derecho (parque de al lado). Seamos responsables¡±. Un colorista cartel con este mensaje corri¨® por WhatsApp y por las redes sociales entre los estudiantes de la universidad Complutense de Madrid. Con el regreso de la presencialidad a las aulas y el relajamiento de las medidas anticovid, los j¨®venes quer¨ªan recuperar as¨ª un cl¨¢sico de esa facultad, que se sol¨ªa repetir todas las semanas. Sin embargo, el mal tiempo y el aumento de los controles, con 150 agentes m¨¢s de la Polic¨ªa Municipal y 300 de la Nacional, han frenado la quedada en el mismo punto donde el fin de semana pasado se reunieron m¨¢s de 25.000 j¨®venes en un macrobotell¨®n.
A las diez y media de la noche, el cielo de Madrid est¨¢ encapotado, se pone a chispear y la temperatura empieza a bajar. Al salir del metro de Ciudad Universitaria, la imagen es desalentadora: noche oscura, lluvia y ¨¢rboles azotados por el fuerte viento. Dos agentes vigilan la parada, mientras que un furg¨®n de polic¨ªa recorre la avenida de la Complutense. Unos 12 j¨®venes se bajan del bus n¨²mero 82 y, con botellas de vodka y litronas de cerveza se dirigen a la Facultad Derecho. Vuelve a pasar un coche de polic¨ªa por la carretera. El grupo se detiene a hablar con unos conocidos que regresan al colegio mayor.
Los grupos de estudiantes se refugian bajo las paradas de los buses. ¡°Yo creo que me voy a ir¡±, se rinde una de las amigas. Su amigo le reprocha: ¡°Pues yo quiero fiesta¡±. Se oyen truenos y caen rayos. En la calle de Juan del Rosal, varios grupos de j¨®venes regresan de la biblioteca. Se oyen sirenas procedentes de los coches de Polic¨ªa Nacional.
La enorme plaza, situada entre la biblioteca Mar¨ªa Zambrano y la Facultad de Filolog¨ªa, se inunda. Un grupo de cinco j¨®venes se refugian de la lluvia. A¨²n quedan restos de la noche del pasado viernes: una litrona abandona en la escalera que baja a la gran superficie. Aparecen los agentes del personal de vigilancia de la Complutense, que aseguran que cada noche se pasean por todas las facultades para evitar que se produzcan incidentes como el del pasado fin de semana. ¡°La vigilancia aqu¨ª es m¨¢xima¡±, asegura uno de ellos. ¡°Contamos con equipos propios y privados que controlan la zona¡±, a?ade. Cae el diluvio. Pasan dos furgones de polic¨ªa.
Pasada la medianoche ya llueve poco. En el parque del Oeste se salvaguardan j¨®venes que vienen de Ciudad Universitaria, ahuyentados por el agua y por la fuerte presencia policial. Uno de los j¨®venes, cobijado en una parada de autob¨²s, explica que la polic¨ªa los ha desalojado de la facultad de Derecho a las diez de la noche. Les han quitado la bebida y les han dicho que se fueran a casa. Tres coches de polic¨ªa se paran y empiezan a pedir los carn¨¦s a los j¨®venes. ¡°?Acaso estamos haciendo algo malo?¡±, contesta una chica. Los polic¨ªas recorren en coche cada uno de los recovecos del parque y desalojan a una pareja que est¨¢ debajo de un ¨¢rbol, en el c¨¦sped mojado.
Un agente de la Polic¨ªa Nacional informa de que han desalojado, pero no multado: ¡°Simplemente los avisamos de que vamos a estar as¨ª todo el fin de semana¡±. Uno de sus compa?eros explica que no hab¨ªa mucha gente en la facultad, pero que algunos, tras el desalojo, se han dirigido al parque del Oeste. Los chequean y les piden los DNI. Jos¨¦ Carlos Ternero, de 18 a?os y estudiante de Telecomunicaciones en la universidad Polit¨¦cnica, confirma lo dicho por el agente: ¡°Nos han advertido de que los findes hay mucha polic¨ªa, pero no nos han multado¡±.
Aitor Sabino, que tiene 23 a?os y es agente comercial, tambi¨¦n lo corrobora: ¡°Hemos escondido la copa cuando los hemos visto llegar y no nos han multado¡±. Su prima, Gema Sabino, de 20, estudiante de Criminolog¨ªa en la universidad Complutense y empleada de una tienda de zapatillas, cuenta que no tienen plan para esta noche, pero que seguir¨¢n la fiesta en alg¨²n otro sitio. Ambos bailan al son de la canci¨®n Devu¨¦lveme a mi chica de los Hombres G, que proviene de un altavoz rodeado por seis j¨®venes m¨¢s.
¡°Despu¨¦s de lo que pas¨® la semana pasada, ahora hay muchos m¨¢s controles de polic¨ªa¡±, sentencia un chico que prefiere no decir su nombre. ¡°Hoy se ha cancelado todo¡±, a?ade su amigo. La Polic¨ªa Municipal ha reforzado desde el jueves la vigilancia con hasta 300 efectivos, mientras que la Polic¨ªa Nacional ha aportado otros 150 agentes, todos para luchar contra el botell¨®n.
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