Una ¡®rave¡¯ sin normas congrega a 10.000 personas en Legan¨¦s
Miles de j¨®venes llegados de toda Espa?a se congregan en una gran fiesta de m¨²sica electr¨®nica de m¨¢s de 12 horas sin mascarilla, ni distancia de seguridad
M¨²sica electr¨®nica, bailes, alcohol, drogas y luces de ne¨®n celebran la llegada del 2022 en un espacio sin normas. La plaza de toros de La Cubierta de Legan¨¦s (Madrid) ha acogido este fin de semana a 10.000 j¨®venes en una fiesta de m¨¢s de 12 horas. A las cinco de la tarde de este s¨¢bado, los asistentes, llegados de diferentes puntos de Espa?a, se agrupaban en la larga cola para entrar al mayor festival de techno en la re...
M¨²sica electr¨®nica, bailes, alcohol, drogas y luces de ne¨®n celebran la llegada del 2022 en un espacio sin normas. La plaza de toros de La Cubierta de Legan¨¦s (Madrid) ha acogido este fin de semana a 10.000 j¨®venes en una fiesta de m¨¢s de 12 horas. A las cinco de la tarde de este s¨¢bado, los asistentes, llegados de diferentes puntos de Espa?a, se agrupaban en la larga cola para entrar al mayor festival de techno en la regi¨®n el d¨ªa de A?o Nuevo. Sin mascarilla, ni distancia de seguridad. ¡°Es una locura¡±, admit¨ªa uno de los operarios en la entrada. Las entradas ¡ªque costaban entre 70 y 110 euros¡ª se hab¨ªan agotado varios d¨ªas antes de que se celebrara la rave, un oasis donde los asistentes ignoran impunemente la realidad de la pandemia.
Patricia lleg¨® en autob¨²s desde Ciudad Real. La joven es una gran fan¨¢tica de la m¨²sica electr¨®nica y llevaba pancartas con el nombre de su DJ favorito. Como ella, a las cuatro de la tarde empezaron a llegar los primeros asistentes con botellas de alcohol y litronas de cerveza. La espera se amenizaba con vodka, ginebra y ron con hielo. Las dos consumiciones que ten¨ªan incluidas con la entrada parec¨ªan no ser suficiente para aguantar toda la noche. ¡°Uso de mascarilla obligatorio¡±, se le¨ªa en un cartel gigante. Pero, nadie cumpl¨ªa la norma.
La edad del p¨²blico rondaba entre los 20 y 30 a?os. Augusto, que lleg¨® desde Almer¨ªa especialmente para este evento, admit¨ªa estar en paro: ¡°Soy un buscavidas¡±. Su amigo Luis, de 24 a?os, es profesor de f¨ªsica en un instituto. Ambos hab¨ªan llegado a las siete de la ma?ana a Madrid. Los andaluces se reunieron con un grupo de j¨®venes de Legan¨¦s que acababan de conocer. ¡°?Llev¨¢is tema?¡±, preguntaba el primero. ¡°Una pastilla¡±, le contestaba uno de los madrile?os entre risas.
Sus nuevos compa?eros de juerga salieron de fiesta a una discoteca en Nochevieja y no hab¨ªan dormido nada. De hecho, llevaban el mismo traje que se pusieron el d¨ªa anterior antes de salir de casa. Uno de ellos se encarga de vigilar las c¨¢maras de seguridad de un casino de la zona. ¡°Yo le acompa?o ma?ana a trabajar para que no se duerma¡±, comenta entre risas su compa?ero. Un tercero permanece dormido en un banco. Su amigo dice que se ha tomado media pastilla de cristal (metanfetamina) antes de venir. Jaime, un profesor de 24 a?os de Fuenlabrada, cuenta que ¡°siempre le pasa lo mismo¡±.
Su amigo, al que llaman por su apellido, Vallejo, admite que no est¨¢ vacunado. ¡°Soy de ese 0,01% que no se ha vacunado¡±, confiesa sin remordimientos. Tampoco tiene pensado hacerlo, aunque vive con su novia que ha estado en contacto con un positivo. ¡°Yo no me pongo malo¡±, asegura. A su alrededor, otros asistentes se mueven al ritmo de la m¨²sica electr¨®nica. Algunos silban y gritan mientras se van acercando al escenario donde est¨¢ el DJ.
Josu¨¦ lleva la bandera de su tierra, Las Palmas de Gran Canaria. Ha llegado de improviso y se ir¨¢ a las siete de la ma?ana: ¡°Compr¨¦ dos entradas de reventa por 60 euros mientras estaba en el aeropuerto¡±. No se pierde una. Hace unos meses estuvo en una rave como esta en Ibiza.
Una decena de agentes de seguridad se pasean por la pista sin llamar la atenci¨®n a ninguno de los asistentes. Est¨¢ prohibido fumar dentro. La alternativa es ir a un peque?o pasillo cerrado que cada vez se llena de m¨¢s humo y donde no se cumple ninguna de las medidas de seguridad. Los fumadores se encienden un cigarrillo y tiran la colilla en el suelo.
La pista pavimentada est¨¢ iluminada por focos: los colores estridentes y las pantallas simulan formas geom¨¦tricas de colores, con las que hay quien se queda at¨®nito. Algunos aprovechan para drogarse en los ba?os, mientras la m¨²sica suena a todo volumen. Hay miles de personas repartidas por las gradas y la pista. Solo en la ¨²ltima caben 1.000 personas. Algunos flotan desde las alturas, aunque las gafas con cristales negros esconden sus ojos rojos.
¡°Gracias Ayuso por este concierto¡±, se lee en una pancarta en La Cubierta de Legan¨¦s. Seg¨²n las normas de la Comunidad de Madrid, este no es un evento ilegal y no necesita una autorizaci¨®n especial, puesto que la regi¨®n no cuenta con restricciones de aforo en los locales de ocio nocturno, pese a la explosi¨®n de contagios de coronavirus por la variante ¨®micron, con una incidencia acumulada de 2.426 casos por cada 100.000 habitantes.
La presidenta Isabel D¨ªaz Ayuso anunciaba este mi¨¦rcoles la cancelaci¨®n de las cuatro macrofiestas organizadas para esta noche, como la de Guadalix de la Sierra. Sin embargo, los eventos en grandes discotecas como la de Legan¨¦s han seguido con su programaci¨®n. Muchos de los asistentes a la fiesta en La Cubierta ten¨ªan previsto seguir la juerga en un after en la discoteca de Fabrik en Humanes, que cuenta con un aforo de 4.000 personas.
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