?ndice ¡®gin-tonic¡¯ 2022: el precio de la copa con vistas a la Gran V¨ªa sube durante la pandemia un 18%
Tomar una copa al atardecer en una azotea de esta calle ic¨®nica es uno de los ¡°planazos¡± m¨¢s madrile?os, pero sale cada vez m¨¢s caro
Uno de los mejores lugares para impresionar a una cita Tinder en Madrid es una azotea, pero es un plan con riesgos: ¡°Cada vez me sale m¨¢s caro¡±, confiesa Alberto Scherler, de 35 a?os, rodeado de amigos en una planta 27, la del hotel Riu. El pinchadiscos toca Material Girl de Madonna. ¡°Porque vivimos en un mundo material¡±, cantaba la diva en los ochenta, cuando un copazo de gin-tonic a¨²n no costaba tanto como el abono joven del Metro.
El plan de las azoteas apetece a cualquiera porque Madrid es una ciudad sin playa y elevarse un poco sobre el asfalto es un respiro necesario...
Uno de los mejores lugares para impresionar a una cita Tinder en Madrid es una azotea, pero es un plan con riesgos: ¡°Cada vez me sale m¨¢s caro¡±, confiesa Alberto Scherler, de 35 a?os, rodeado de amigos en una planta 27, la del hotel Riu. El pinchadiscos toca Material Girl de Madonna. ¡°Porque vivimos en un mundo material¡±, cantaba la diva en los ochenta, cuando un copazo de gin-tonic a¨²n no costaba tanto como el abono joven del Metro.
El plan de las azoteas apetece a cualquiera porque Madrid es una ciudad sin playa y elevarse un poco sobre el asfalto es un respiro necesario, pero la tendencia es clara: cada a?o que pasa hay que palparse m¨¢s el bolsillo. El precio medio del gin-tonic en las azoteas con vistas a la Gran V¨ªa ha subido un 18% desde 2019, cuando EL PA?S hizo una primera ruta por esa calle para tomar nota de la oferta de esa popular bebida. La copa de las marcas m¨¢s econ¨®micas ha pasado de 11,3 euros a 13,3 euros, una fuerte subida que se explica en parte por la inflaci¨®n general que se est¨¢ sufriendo ahora, pero tambi¨¦n probablemente por el auge del ocio m¨¢s exquisito y por las ganas de vivir tras dos a?os de una brutal pandemia.
Madrid, una capital muy castiza, es cada d¨ªa que pasa m¨¢s chic. Se ve claramente a ras de suelo en los nuevos hotelazos de megalujo y los restaurantes de post¨ªn, pero tambi¨¦n si se sube a sus azoteas, donde cada atardecer convive una mezcla de gente guapa local, turistas adinerados y famosos de todo pelaje. Instagram y el ejemplo de los tejados neoyorquinos han alimentado el bum de las terrazas, que se han popularizado en la ¨²ltima d¨¦cada. En 2019 operaban 18; esta primavera ya hay 25.
Hace tres a?os hubiera sido posible tomarse un gin-tonic en altura por solo siete euros, en la terraza del Generator, donde ahora cobran 12 euros por ese combinado. Ahora, el plan m¨¢s barato es una terraza en una planta novena, en El Corte Ingl¨¦s de Callao: sus gin-tonic m¨¢s asequibles salen por nueve euros y no hay que pagar por subir. La opci¨®n m¨¢s costosa de todas es ir a la planta 27 del Riu y tomarse esta copa de las marcas m¨¢s exclusivas: puede costar 26 euros (10 por la entrada no canjeable y 16 por la bebida).
El precio se ha disparado en buena parte porque todo est¨¢ m¨¢s caro por culpa de unos niveles de inflaci¨®n que no se ve¨ªan desde los a?os ochenta, pero el gin-tonic ha subido mucho m¨¢s que el ¨ªndice de precios al consumo (IPC) en Espa?a: desde mayo de 2019 hasta marzo de este a?o ese indicador que mide el aumento de los precios hab¨ªa crecido un 10%. ?Qu¨¦ puede estar pasando para que el gin-tonic en altura haya subido casi el doble que la inflaci¨®n?
Este es un micromercado donde el cliente busca exclusividad, de modo que pagar m¨¢s puede ser deseable, explica el economista Jos¨¦ Carlos D¨ªez. ¡°Es curioso porque cuanto m¨¢s subes el precio, m¨¢s atraes a cierto p¨²blico. No estamos hablando de productos o servicios intercambiables como un viaje de avi¨®n o una hipoteca de banco, sino de negocios que venden una experiencia, sensaciones, y en estos casos a ciertos clientes no les importa el sobreprecio¡±.
As¨ª, aunque las leyes del mercado dicen que los precios bajan cuando aumenta la oferta, en este caso ha ocurrido lo contrario. ¡°Este no es un entorno de competencia perfecta¡±, dice D¨ªez aludiendo al ejemplo cl¨¢sico del manual de Microeconom¨ªa, un escenario idealizado que raras veces coincide con el mundo real.
Por otro lado, a?aden los economistas consultados, lo que puede estar sucediendo es que la demanda haya sido muy superior a ese aumento de la oferta de terrazas. Basta ver las colas cada tarde para subir al Picalagartos o al Hotel Riu. Los due?os de las azoteas dicen que cada a?o les va mejor. ¡°Este es un planazo¡±, exclama una de las responsables del Hotel Emperador. ¡°Los madrile?os buscan las que a¨²n no conocen y la tendencia es que hagan el circuito completo¡±, a?ade.
El director general de VP Hoteles, Javier P¨¦rez, cuenta que su terraza Ginkgo vive ¡°una ¨¦poca dorada¡±. Su hotel de la plaza de Espa?a, que alberga esa azotea, est¨¢ a¨²n a medio gas porque el turismo internacional no ha recuperado los niveles de 2019, pero Ginkgo se llena. ¡°Funciona muy bien gracias a los madrile?os que vienen buscando los espect¨¢culos que organizamos¡±, explica.
El economista Rafael Pampill¨®n observa que la hosteler¨ªa de Madrid se est¨¢ beneficiando de los ahorros extra que muchos madrile?os han hecho durante la pandemia. No han viajado, ni han tenido que comprar tanta ropa, as¨ª que ese dinero se lo han gastado en comer y beber fuera de casa, explica Pampill¨®n, que representa al Colegio de Economistas de Madrid: ¡°La gente est¨¢ cansada y quiere salir, quitarse la mascarilla y tomar el aire¡±.
Se nota que la filosof¨ªa que impera ahora es el carpe diem, pero esta versi¨®n tan sibarita deja fuera a muchos madrile?os, critica C¨¦sar Grimaldos, el responsable de la cuenta de Instagram con 87.000 seguidores @GranV¨ªadeMadrid: ¡°Es una pasada el cambio de imagen que est¨¢ experimentando la ciudad y seguro que muchos est¨¢n ganando m¨¢s dinero, pero este tipo de ocio lo est¨¢ encareciendo todo¡±.
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