La ruta de ¡®gin-tonics¡¯ en las terrazas m¨¢s altas del centro de Madrid

En las alturas de su ¡°terraza m¨¢s exclusiva¡±, Madrid se parece algo a Miami. Al salir del ascensor en la planta 10 del Hotel Emperador, dos osos dorados de algo m¨¢s de dos metros de altura, obra del artista dEmo, presiden la antesala de un ¡°club de playa¡± con camas balinesas donde tomar una botella de champ¨¢n Mo?t cuesta 150 euros. Subir es gratis pero darse un chapuz¨®n en la piscina, si no eres hu¨¦sped, sale por 50 euros (63 en fin de semana). Tomarse un gin-tonic es, dependiendo de la marca, entre tres y cinco veces m¨¢s caro que a ras de suelo en la misma acera del hotel en la Gran V¨ªa, en un local de copas ¡°low cost¡± donde sirven los combinados a cuatro euros.

Cerca del cielo de Madrid no hay precios populares. Alrededor de una veintena de terrazas a lo largo del eje de la Gran V¨ªa desde Plaza de Espa?a a Cibeles, las m¨¢s altas del casco hist¨®rico, se llenar¨¢n cada tarde de verano con miles de madrile?os y visitantes. Un gin-tonic en estos ¡°oasis¡± ronda los 12 euros si es de marca ¡°standard¡± y los 16 si es ¡°premium¡±, como ha podido comprobar este diario. Son ambientes selectos con piscinas, m¨²sica chill out y unas panor¨¢micas que, por lo general, parecen justifican el precio del plan de moda, tomar una copa a un atardecer con vistas.

¡°Esto es un jard¨ªn en las nubes¡±, dice en la terraza ?tico 11 Pablo L¨®pez, subdirector del Hotel de las Letras. Est¨¢n esperando a que crezca las nuevas plantas, m¨¢s frondosas, para crear un efecto ¡°amaz¨®nico¡±.

El boom de las terrazas en altura ha transformado las rutinas de una ciudad que sol¨ªa ser un desierto en julio y agosto hasta hace pocos a?os. Este verano abrir¨¢n varias terrazas nuevas en el eje de la Gran V¨ªa, entre ellas la m¨¢s alta del centro, en la planta 26 del hotel Riu de Plaza Espa?a, y la del hotel Aloft de la cadena Marriott, en una planta 11 en Jacometrezo 4. El a?o pasado se sumaron cinco m¨¢s en ese mismo recorrido: Ginkgo, una planta 12 en plaza de Espa?a; Picalagartos, planta 8 en Gran V¨ªa 32; El Jard¨ªn de Diana, planta 10 en Gran V¨ªa 21, Casa Suecia, planta 11 en calle Marqu¨¦s de Casa Riera 4 y Generator, una planta 6 en la calle de San Bernardo, 2.

Muchas terrazas en altura son propiedad de hoteles que solo recientemente han descubierto el potencial de su planta superior. ¡°Hay hoteles que han hecho remodelaciones para no quedarse fuera¡±, dice Jos¨¦ Baeza, el gerente de ingresos del Emperador.

Sobre las causas de esta moda los participantes de este negocio tienen varias explicaciones. Es un fen¨®meno impulsado en parte por el turismo, que cada a?o bate r¨¦cords, pero en buena parte por los nuevos h¨¢bitos del p¨²blico local.

A muchos residentes de la capital les apetece evadirse al salir de la oficina, pero quiz¨¢s igual o m¨¢s importante es anunciarlo en Instagram. Las fotos de atardeceres en las redes sociales garantizan muchos ¡°me gusta¡±. Algunos han descubierto estas terrazas por fotos espectaculares de influencers como Laura Escanes (1.2 millones de seguidores) que se ha fotografiado en la terraza del Emperador.

En la terraza de Casa Suecia dos universitarias madrile?as esperaban una tarde reciente al momento para tomar la foto ideal. ¡°Necesitamos sentarnos en una mesa que nos d¨¦ el ¨¢ngulo perfecto para que se vea la copa y el atardecer¡±, dec¨ªa Seila Escribano, de 23 a?os, en la terraza de Casa Suecia. A su alrededor, decenas de j¨®venes rusas y ucranianas vestidas de rosa p¨¢lido y accesorios de perlas blancas bailan al ritmo de DJ Mip. Es la quedada trimestral de los trabajadores ¡°expatriados¡± de esa comunidad.

Adem¨¢s de las terrazas de Gran V¨ªa, otras de menor altura han abierto recientemente por todo el centro. Para que m¨¢s madrile?os conozcan la oferta de terrazas en altura la Asociaci¨®n Empresarial Hotelera de Madrid (AEHM) ha lanzado este a?o la segunda edici¨®n de ¡°A Cielo Abierto¡±.

En la p¨¢gina web de la campa?a se incluye el programa de actividades en las azoteas de los hoteles, entre las que se incluyen wellness y c¨®ctel, noches blancas al estilo ibicenco y catas de champ¨¢n.

¡°Cada vez son m¨¢s las personas que se acercan a nuestros hoteles para disfrutar del amplio abanico de posibilidades que ofrecen, m¨¢s all¨¢ del alojamiento¡±, valora la secretaria general de la AEHM, Mar de Miguel. ¡°Sus azoteas, terrazas, jardines y piscinas se han convertido en un atractivo m¨¢s de nuestro destino y en lugares ins¨®litos en los que disfrutar en compa?¨ªa de amigos o familiares e incluso en los que celebrar reuniones de trabajo¡±.

Mientras que en el suelo de la Gran V¨ªa la oferta gastron¨®mica es democr¨¢tica, con precios para todos los bolsillos, en las alturas se reducen las diferencias. Pero tambi¨¦n en los estratos m¨¢s altos hay distintas clases. En la terraza con la carta m¨¢s econ¨®mica, la del Generator, el ambiente es juvenil, con futbol¨ªn y un peque?o jacuzzi donde una tarde reciente se apretujaba una quincena de j¨®venes extranjeros. El gin-tonic m¨¢s barato sale por solo siete euros pero a cambio buena parte de la vista est¨¢ obstruida por edificios y solo se ve un pedacito de la Gran V¨ªa, el cruce con San Bernardo.

Los m¨¢s lujosos tienen pinchadiscos residente, barman de renombre y champ¨¢n en la carta. En la terraza del Hotel Room Mate ?scar, una planta 8 en la Plaza Pedro Zerolo, 12, el precio de la botella de champ¨¢n oscila entre los 49 y los 395 euros.

Menci¨®n aparte merece el Ayuntamiento que a pesar de ser ¡°la casa de todos¡± sirve las copas m¨¢s caras. Un gin-tonic de la marca Monkey 47 cuesta 25 euros en su terraza, Mirador Madrid, pero en Picalagartos, la terraza que abri¨® el a?o pasado en NH Gran V¨ªa, sale por 16 euros.

Algunas como la del C¨ªrculo suelen tener unas colas de m¨¢s de una hora porque son ¡°unas de las mejores¡± y son m¨¢s conocidas; otras prefieren armar poco ruido para mantener un p¨²blico distinguido.

En la terraza del Ginkgo un jueves a mediod¨ªa te puedes encontrar con un equipo rodando un videoclip, clientes en la piscina y otros bon vivant madrile?os y extranjeros.

El ¨¦xito de esta terraza abierta el a?o pasado ha desbordado las expectativas de la gerencia del hotel que la alberga, el VP de Plaza de Espa?a. Para subir exigen ahora un ticket de cinco euros canjeables por una consumici¨®n. ¡°Hace un a?o cuando abrimos esto parec¨ªa la cola de un museo¡±, dice Elena Gonz¨¢lez, la subdirectora del hotel. Las vistas a su alrededor, de la plaza de Espa?a, el Madrid de los Austrias y la sierra de Guadarrama, hacen olvidar el estr¨¦s.

Su compa?ero Laurent Brouard, director de bebida y comida, dice que el objetivo es atraer a un p¨²blico a¨²n m¨¢s sofisticado y se?ala a una zona de mesas con vistas a la catedral de la Almudena en las que pronto ser¨¢ obligatorio comprar una botella para sentarse, como es com¨²n en M¨¦xico, Nueva York o Miami. Buscan ¡°calidad de cliente¡±, explica. ¡°Hay gente que viene solo para tomar una cerveza¡±.