Dos alcaldes en el sal¨®n de tu casa
Un paseo por la colonia Jard¨ªn de la Rosa con Juan Barranco y Jos¨¦ Mar¨ªa ?lvarez del Manzano (y con parada de avituallamiento)
Son las siete de la tarde del lunes 10 de julio. El term¨®metro marca 40 grados. Faltan tres horas para que dos candidatos a la presidencia del Gobierno de Espa?a se enfrenten en un bronco cara a cara electoral. Frente al n¨²mero 220 de la calle L¨®pez de Hoyos ¨D...
Son las siete de la tarde del lunes 10 de julio. El term¨®metro marca 40 grados. Faltan tres horas para que dos candidatos a la presidencia del Gobierno de Espa?a se enfrenten en un bronco cara a cara electoral. Frente al n¨²mero 220 de la calle L¨®pez de Hoyos ¨Dun edificio de una planta con aires neomud¨¦jares que fue, primero, vaquer¨ªa y, hasta 1987, lecher¨ªa, y que hoy es galer¨ªa de arte y estudio de pintura¨D se acaban de encontrar los exalcaldes Juan Barranco (75 a?os, Santiago de Calatrava) y Jos¨¦ Mar¨ªa ?lvarez del Manzano (85 a?os, Sevilla). Acuden invitados por EL PA?S para dar un paseo por la colonia Jard¨ªn de la Rosa, en Chamart¨ªn.
Barranco, alcalde por el PSOE entre 1986 y 1989, llega en metro. Lleva gorra y gafas de sol. Busca en el m¨®vil la ubicaci¨®n exacta de la cita. ?lvarez del Manzano, alcalde por el PP entre 1991 y 2003, aparece en el asiento del copiloto de un utilitario. Viste traje y corbata. Lleva gemelos. Se saludan con cari?o, cogi¨¦ndose los brazos el uno al otro. Hacen un peque?o aparte y hablan de asuntos personales. Sin llegar a escuchar la conversaci¨®n, se infiere por el tono que se est¨¢n poniendo al d¨ªa sobre temas a los que hacen un seguimiento regular.
¨D?Est¨¢ muy lejos la casa? Porque menudo calor¡¨D, preguntan.
La casa a la que se dirigen est¨¢ a algo m¨¢s de 300 metros. Es propiedad de la profesora Angelika Hofrichter (73 a?os, Berl¨ªn) y del ingeniero industrial Leopoldo Antol¨ªn (78 a?os, Le¨®n). Fueron ¡°un ligue de verano¡± en Par¨ªs que se convirti¨® en, de momento, m¨¢s de medio siglo de amor, cuatro hijos y siete nietos. Compraron la casa, de dos plantas de 83 metros cuadrados cada una y 680 de terreno, en 1983, por 12 millones de pesetas ¨D72.000 euros¨D.
¡°Suena a chollo, pero es que hab¨ªa que verla. Cuando vinimos las calles estaban sin asfaltar y ese d¨ªa adem¨¢s hab¨ªa llovido, no hab¨ªa luz¡ mi madre me dijo que ni se nos ocurriera meternos aqu¨ª. En los siguientes a?os, todo cambi¨®¡±, rememora Leopoldo. Han intentado mantener todos los elementos originales de la vivienda.
Desde la imponente escalera con dos tramos de 14 pelda?os al emplomado entreverado en las cristaleras pasando por los fraileros o una ba?era con patas. Junto a su vecina, la tambi¨¦n profesora Adela Kopp (82 a?os, Hannover), conforman un peque?o comit¨¦ de bienvenida que ofrece sombra ¨Dante el calor, optan por el sal¨®nv, conversaci¨®n y agua fresca a los dos exalcaldes.
La de Angelika y Leopoldo es una de las 23 viviendas que se mantienen en pie en esta colonia, construida entre 1923 y 1927. En la ciudad de Madrid hay 45 colonias protegidas con m¨¢s de 2.000 viviendas unifamiliares ¨Dconocidas popularmente como hotelitos o chalecitos¨D. Un peculiar estilo de vida caracter¨ªstico de la ciudad que ha ido sobreviviendo a varios intentos de levantar bloques de pisos en las parcelas que ocupan.
Lo hizo porque una corporaci¨®n ¨Den la que ya estaba Barranco¨D, las protegi¨® en el Plan General de Ordenaci¨®n Urbano de 1984 y otra ¨Dla de ?lvarez del Manzano¨D mantuvo y ampli¨® dicha protecci¨®n en el plan de 1997. Barranco tuvo en su d¨ªa la ilusi¨®n de comprarse una casa en la colonia Socialista. ¡°Pero no le llegaba¡±, aclara. ?lvarez del Manzano vive en Puerta de Hierro, en una urbanizaci¨®n que se levant¨® en la d¨¦cada de los setenta con el formato de cooperativa, ¡°igual que muchas de las colonias hist¨®ricas¡±.
¡°Nosotros entramos como primer Ayuntamiento democr¨¢tico. Tuvimos que empezar desde el principio, pero desde el principio de Ad¨¢n y Eva, ?eh? En un entorno, adem¨¢s, muy reivindicativo, con un movimiento ciudadano muy potente. Era una ciudad que hab¨ªa que ordenar y que ten¨ªa grandes problemas de vivienda y de urbanismo. Y ah¨ª ten¨ªamos que conjugar la protecci¨®n de elementos singulares como las colonias y permitir el desarrollo de miles de viviendas y de infraestructuras. El mayor reto era encontrar un equilibrio. Luego la corporaci¨®n de Jos¨¦ Mar¨ªa no solo respeto la protecci¨®n, sino que la ampli¨®¡±, explica Barranco.
¡°Es que la pol¨ªtica¡±, interviene ?lvarez del Manzano, ¡°consiste en ser ¨²til a los dem¨¢s. No es hacer algo para ti, sino para la ciudad. Si hay algo que se est¨¢ haciendo bien, debes continuar o en todo caso intentar mejorarlo¡±. ¡°Recuerdo que nosotros mantuvimos al gerente que hab¨ªa, porque lo hac¨ªa muy bien, y eso permiti¨® sacar adelante algunas operaciones muy exitosas que hab¨ªa iniciado una corporaci¨®n y culminaba la siguiente. Si hay algo que se est¨¢ haciendo mal, entonces s¨ª, debes cambiarlo. A m¨ª aquel plan me parec¨ªa muy limitado ¨Dlo digo con todo el respeto a Juan¨D y mi objetivo era esponjar Madrid, dotarlo de nuevas centralidades respetando los espacios antiguos¡±, cuenta.
Los dos coinciden en destacar un aspecto positivo de ser alcalde: ¡°El contacto con la gente. Ser el alcalde de Madrid es ser el alcalde m¨¢s importante de Espa?a. Cualquier persona te aborda por la calle y te comenta sus problemas. El alcalde es el personaje al que pones cara y tocas de verdad. A veces te insultan y a veces te dicen lo bien que lo haces, pero es un trabajo apasionante. ?Pobre del alcalde que no est¨¦ en la calle!¡±.
Aprovechando que hoy los dos exalcaldes no solo han salido a la calle, sino que est¨¢n sentados en el sof¨¢ de su sal¨®n, Angelika enumera algunos de los problemas que tienen las casas de las colonias. ¡°Es una casa hecha y pensada para el veraneo. No est¨¢ bien aislada, ni tiene paredes fuertes¡ Es que no est¨¢ preparada para el reto de la eficiencia energ¨¦tica. Tiene que haber un equilibrio entre la conservaci¨®n y la rehabilitaci¨®n de acuerdo con las exigencias del momento¡±.
¡°Qu¨¦ suerte tenemos que ya no somos alcaldes, Juan¡±, dice con sorna ?lvarez del Manzano.
Antes de responder, les sale a los dos la vena de regidores y aclaran que las normas son las normas y que ¡°no se puede alterar sustancialmente¡± la vivienda, pero tambi¨¦n a?aden que la gesti¨®n de una ciudad incluye ¡°flexibilizar el urbanismo¡±. ¡°El urbanismo no se hace para la ciudad, se hace para los vecinos. Y si estos vecinos viven en una casa importante, catalogada. Pues tienes que tener la sensibilidad de saber qu¨¦ clase de obra puedes autorizar para no fosilizar a las personas que la habitan. Y luego tienes que contar con la picaresca, para que no se transforme la esencia de la casa y se vulnere la ley. Hay que estar atentos y ser flexibles¡±.
Las casas de la colonia se divid¨ªan originalmente en cuatro tipos. Predominaban las viviendas de dos plantas, con cubiertas a dos aguas de teja plana y un balc¨®n en la zona posterior, la que da al jard¨ªn. Las viviendas de una planta se revest¨ªan de enfoscado y daban gran importancia al ladrillo visto en sus fachadas y en los elementos decorativos. Aqu¨ª, con el objetivo de disminuir el tiempo de construcci¨®n y los costes, se utiliz¨® la entonces novedad de los bloques de hormig¨®n. ¡°Lo que hoy se cuida o se prescribe es, principalmente, el volumen, la altura, la inclinaci¨®n del tejado, las ventanas¡ y ya¡±, comenta Adela sobre las reformas que se han ido haciendo en los ¨²ltimos a?os en la colonia.
En el sal¨®n de Leopoldo y Ang¨¦lica, la conversaci¨®n gira hacia aspectos m¨¢s generales. ?lvarez del Manzano y Barranco recuerdan con alegr¨ªa sus etapas al frente de la ciudad. ¡°Es que no hay nada comparable a la gesti¨®n municipal. El puesto m¨¢s bonito y m¨¢s importante, con diferencia, es el de alcalde. Por eso cuando a Alberto [Ruiz Gallard¨®n] lo hicieron ministro le di el p¨¦same porque lo hab¨ªan descendido de alcalde a ministro¡±, dice ?lvarez del Manzano.
¡°Es el puesto que m¨¢s te atrapa y el que m¨¢s intensamente lo hace. Si suced¨ªa algo en la ciudad, ten¨ªas que ser el primero en llegar. Yo, por ejemplo, no me iba en verano, porque muchas de las fiestas son en agosto y hay que estar¡±, dice Barranco. A los dos los sigue parando la gente por la calle para saludarlos.
?Y qu¨¦ consejo les dar¨ªan a sus sucesores con respecto a las colonias?
?lvarez del Manzano: ¡°Que conserven en lo posible la esencia de Madrid. Y la esencia de Madrid est¨¢ en las colonias. Hay que tener un plan de urbanismo ordenado que respete lo que hay. Si hay que rehabilitar, que se rehabilite, pero que no se sustituya¡±.
Barranco: ¡°Eso es. Las viviendas son como las personas, con los a?os tienen achaques. Hay que rehabilitar conservando su personalidad, que forma parte de la historia y de la tradici¨®n de Madrid. Estamos hablando de viviendas con casi cien a?os. La historia hay que cuidarla¡±.
Termina la visita. ¡°Si alg¨²n alcalde quiere tirar las colonias, nos llam¨¢is¡±, dicen al salir por la puerta.
Ya en la calle, ?lvarez del Manzano y Barranco charlan.
¨D?Te llevo a alg¨²n lado, Juan?
¨DNo, no, gracias, voy en metro.
¨DBueno, pero te llevo hasta el metro.
¨DQue no, de verdad, que voy dando un paseo. Te lo agradezco, Jos¨¦ Mar¨ªa.
¨DEspero noticias buenas.
¨DGracias.
Y se despiden con el mismo cari?o con el que se encontraron.
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