Los cuartos ¡°chiquititos chiquititos¡± de la colonia San Ferm¨ªn

Flora Zazo (55 a?os, Madrid) lleva m¨¢s de cuatro d¨¦cadas haciendo un estudio de mercado de su negocio a pie de calle. La informaci¨®n obtenida es tan certera que es capaz de coger el producto que se llevar¨¢ su cliente mientras lo ve acercarse. En ocasiones, ni tan siquiera intercambian palabras. Ella se lo da. ?l se lo lleva. Flora regenta el quiosco de prensa de la colonia San Ferm¨ªn y conoce a la perfecci¨®n a la parroquia. ¡°Aqu¨ª se vende mucho EL PA?S y el Pronto. Estas ¨²ltimas semanas, tambi¨¦n el Hola!¡±, dice ¨DAna Obreg¨®n acababa de aparecer en una fotograf¨ªa saliendo de un centro m¨¦dico con una ni?a reci¨¦n nacida en brazos¨D. En los siguientes 10 minutos se recoger¨¢n cinco ejemplares del peri¨®dico ¨Ddos de ellos los entregar¨¢ directamente a sendos coches que pasan a por ¨¦l- y tres de la revista¨D, tambi¨¦n un ejemplar de ABC.

Son las diez y media de la ma?ana y, frente al quiosco, se improvisa una tertulia que tiene como tema central un extra?o suceso: el autob¨²s n¨²mero 78 est¨¢ atravesando la colonia, y no es normal. ¡°Eso es que ha pasado algo y se ha tenido que desviar¡±, dice un vecino que lleva una barra de pan en la mano. ¡°?Qu¨¦ pasa, Vicente?¡±, pregunta Flora. ¡°Voy a hacer un par de recados y luego a la gestor¨ªa¡±, contesta Vicente. Flora se levanta cada d¨ªa a las seis y cuarto de la ma?ana. A las siete, el quiosco est¨¢ abierto. Su familia lleva 47 a?os al frente del negocio. Primero, su madre. Ahora, ella, su marido y su hijo Juan (34 a?os, Madrid), que hoy, luciendo una gorra, atiende desde dentro. Dicen los que conocieron el quiosco original ¨Dde madera y de ladrillo¨D que se parec¨ªa un poco al de la serie infantil Barrio S¨¦samo.

Los or¨ªgenes de la colonia San Ferm¨ªn, en el distrito madrile?o de Usera, datan de 1926. El proyecto inicial era levantar 1.050 viviendas unifamiliares. Se llegaron a hacer 500. Sobre los cimientos de la devastada colonia Popular Madrile?a, que fue frente de la Guerra Civil, se empez¨® a construir, a principios de los a?os cuarenta, la colonia actual. Hasta aqu¨ª lleg¨®, en 1948 y tirando de un carro desde Puente de Vallecas, la familia de Teresa Moreno (87 a?os, Linares, Ja¨¦n), a la que todo el mundo conoce como Loren. ¡°Llegamos para estrenar la casa¡±, cuenta sentada en un banco a la sombra de un ¨¢rbol.

La casa era ¨Dson¨D algo menos de 50 metros cuadrados en una planta ¨D¡±pero con patio y jard¨ªn¡±, matiza ella¨D, con tres habitaciones, un sal¨®n que hac¨ªa las veces de distribuidor, una cocina y un ba?o. Ah¨ª viv¨ªan sus padres y sus seis hermanos. ¡°Si yo te dijera c¨®mo nos hemos apa?ado¡­¡±. En una ¨¦poca en la que las familias eran realmente numerosas ¨D¡±no veas la chiquiller¨ªa que se juntaba en la calle¡±¨D hay en la colonia quien refiere historias de una cama situada encima de un aseo. Para describir la tercera habitaci¨®n de las casas, Loren utiliza una unidad de media muy extendida en la colonia, ¡°muy chiquitita, muy chiquitita¡±, al tiempo que acerca el dedo gordo y el ¨ªndice. Las casas no ten¨ªan ducha. Lo que hoy es un centro de mayores fue, en su d¨ªa, una casa de ba?os. ¡°Nos parec¨ªa una gloria ir y asearte¡±, recuerda Loren. Tambi¨¦n se construy¨® una iglesia, un colegio, una churrer¨ªa o un cuartel para la Guardia Civil. El solar que ocupaba la Benem¨¦rita permanece hoy vac¨ªo en el coraz¨®n de la colonia.

En ese mismo solar hace ejercicios de estiramiento Fernando D¨ªaz. Nacido en Colombia hace 53 a?os, lleva m¨¢s de medio siglo viviendo en San Ferm¨ªn. Lleg¨® aqu¨ª con sus padres y sus nueve hermanos. ¡°Es que en aquella ¨¦poca, el que menos hijos ten¨ªa, ten¨ªa cuatro¡±. Al explicar c¨®mo es su casa ¨Den la que sigue viviendo junto a tres de sus hermanos¨D tambi¨¦n recurre a la medida sanferminesca para describir el tercer cuarto: ¡°Muy chiquitito muy chiquitito¡±. ¡°Los a?os de infancia ¨Dcontin¨²a¨D fueron la gloria. Por la noche nos junt¨¢bamos en la calle, al fresco. Y aqu¨ª ol¨ªa a flores¡±. Pagaron alquiler hasta que surgi¨® la oportunidad de comprarla. Para Fernando, la colonia da ¡°al segundo mejor parque de Madrid ¨Dcon permiso de El Retiro¨D. Despu¨¦s de toda una vida tragando mierda, nos lo merec¨ªamos¡±.

En las fachadas de las casas predomina el amarillo. Cuando coinciden dos fachadas pintadas en diferentes tonos, parecen un helado de corte. De nata y de vainilla, por ejemplo. Los toldos de dos bares situados en diferentes aceras rivalizan en su mensaje. ¡°Terraza de invierno¡±, reza uno. ¡°Terraza de verano¡±, dice el de enfrente. Cuesti¨®n de orientaci¨®n. La colonia llega hasta las orillas del Parque Lineal del Manzanares. Muy cerca est¨¢ la Caja M¨¢gica. Su presencia se nota en los pocos d¨ªas al a?o en que hay competici¨®n o eventos: coches con publicidad en la carrocer¨ªa cruzan la colonia y las plazas de aparcamiento, por lo general abundantes, desaparecen. ¡°Y poco m¨¢s¡±, explica V¨ªctor Renes, presidente de la Asociaci¨®n Vecinal San Ferm¨ªn. ¡°Es una infraestructura muy costosa de mantener que sigue de espaldas a un barrio con 23.000 vecinos que no tienen un pabell¨®n polideportivo cubierto y p¨²blico para hacer deporte. Ya que le pegaron un mordisco al parque, que no se pod¨ªa, al menos podr¨ªa dar respuesta a una necesidad del barrio¡±.

Enrique D¨ªaz (60 a?os, Madrid), naci¨® en su casa de la colonia. Como a tantos otros, la vecina Do?a Concha, la matrona, le dio la bienvenida al mundo. Educador social con formaci¨®n de aparejador, explica con detalle la organizaci¨®n de las caracter¨ªsticas casas amarillas de la colonia. ¡°La organizaci¨®n es de cuatro chalecitos centrales y dos viviendas en las esquinas. La planta es de 7x7 metros y, tanto el jard¨ªn como el patio, de 7x2,5. De las de las esquinas, hay algunas que son de dos plantas, que son dos viviendas independientes¡±. Recuerda que el precio de la mensualidad era de 66 pesetas, que hab¨ªa un se?or que pasaba puerta por puerta a cobrar y que, si no daba con los inquilinos, ¡°alg¨²n vecino se ofrec¨ªa a pagar lo de toda la calle¡±. A principios de los noventa, las casas se vendieron a los vecinos que lo quisieron por 7.200 euros. ¡°Hoy, pueden estar entre los 240.000 y los 270.000 euros¡±, se?ala. Una vez jubilados, los padres de Enrique se fueron para Navarra. Tambi¨¦n sus dos hermanos.

Los nombres de las calles de la colonia se inspiran en la toponimia navarra ¨DEstafeta, Navascu¨¦s o Lodosa¨D. En los primeros tiempos, se nombraban con letras ¨DA, B o C¨D, pero el origen navarro del primer director del Instituto de la Vivienda, Federico Mayo Gayarre, hizo que se cambiaran como homenaje. Hoy, las fiestas del barrio son las de San Ferm¨ªn. La gente sale a la calle a comer y celebra. Se organizan en pe?as, incluso se ponen el pa?uelo rojo al cuello. Hubo un tiempo en el que se alquilaba una plaza de toros port¨¢til, se simulaban encierros y la charanga recorr¨ªa la colonia. ¡°Aqu¨ª la gente se navarrea¡±, dice con sorna V¨ªctor. 7 de julio. San Ferm¨ªn en San Ferm¨ªn. Colonia de Madrid.

Suscr¨ªbete aqu¨ª a nuestra newsletter diaria sobre Madrid.