Atada a la prostituci¨®n por un rito vud¨² con alcohol e h¨ªgado de gallina: ¡°Morir¨¢s si no pagas tu deuda¡±
Una sentencia contra un matrimonio de nigerianos en Espa?a refleja la explotaci¨®n de una compatriota tras una ceremonia m¨ªstica. La polic¨ªa afirma que es uno de los ¨²ltimos casos en los que se us¨® este m¨¦todo
La propuesta lleg¨® desde la lejana y ansiada Europa. ¡°Te podemos traer a cuidar a un ni?o y tambi¨¦n a prostituirte, y tendr¨¢s que pagar toda tu deuda¡±, le dijeron unos compatriotas afincados en Espa?a. 20.000 euros. Ella nunca habr¨ªa pensado dedicarse a eso, pero lo que ten¨ªa a su alrededor no dejaba lugar a la esperanza. Su situaci¨®n econ¨®mica en Nigeria era desesperada y adem¨¢s ten¨ªa una relaci¨®n tormentosa con su padre y la nueva mujer de este. Un d¨ªa de julio de 2016, antes de comenzar el peligroso trayecto hacia Espa?...
La propuesta lleg¨® desde la lejana y ansiada Europa. ¡°Te podemos traer a cuidar a un ni?o y tambi¨¦n a prostituirte, y tendr¨¢s que pagar toda tu deuda¡±, le dijeron unos compatriotas afincados en Espa?a. 20.000 euros. Ella nunca habr¨ªa pensado dedicarse a eso, pero lo que ten¨ªa a su alrededor no dejaba lugar a la esperanza. Su situaci¨®n econ¨®mica en Nigeria era desesperada y adem¨¢s ten¨ªa una relaci¨®n tormentosa con su padre y la nueva mujer de este. Un d¨ªa de julio de 2016, antes de comenzar el peligroso trayecto hacia Espa?a, dos mujeres celebraron un rito de vud¨² con el que le hicieron creer que quedaba vinculada sin remedio a los compatriotas que la iban a acoger en su nuevo destino. ¡°Morir¨¢s si no pagas tu deuda¡±, le advirtieron. Y bajo esa amenaza estuvo sometida durante m¨¢s de un a?o a un matrimonio que la esclaviz¨® sexualmente en burdeles y en pol¨ªgonos.
En esa ceremonia de brujer¨ªa, la mujer tuvo que comer h¨ªgado de gallina y beber alcohol y se comprometi¨® firmemente a cumplir con sus pagos. Adem¨¢s de hacerle temer por su propia vida, tambi¨¦n le recordaron que estaba en peligro la de la familia que dejaba en Nigeria. Con esta mochila a sus espaldas, emprendi¨® el camino. Pas¨® por Ag¨¢dez (N¨ªger), ciudad patrimonio de la Unesco, y lleg¨® a Tr¨ªpoli (L¨ªbia), donde permaneci¨® dos meses. All¨ª, la subieron a una embarcaci¨®n con 200 personas y lleg¨® a Sicilia (Italia). Un c¨®mplice del matrimonio en Espa?a la traslad¨® a Mil¨¢n y despu¨¦s la trajeron a Getafe (Madrid) en coche. Era diciembre de 2016. En ese momento, la deuda ya hab¨ªa ascendido a 25.000 euros y adem¨¢s le cobrar¨ªan 220 euros al mes de manutenci¨®n. La mujer se convirti¨® en su captora, una sombra que no se separaba de ella ni la dejaba salir de casa. El hombre empez¨® a ofrecerla a distintos clubs.
El testimonio que ofreci¨® esta mujer a la justicia muestra el detalle de una realidad que parece invisible, a pesar de que sucede en las calles y resplandece con las luces de los burdeles de carretera. La v¨ªctima, que es testigo protegido, fue incluso enviada a locales de alterne de otros puntos de Espa?a, pero la falta de documentaci¨®n hizo que no se fraguara ninguna de estas posibilidades. Aunque lleg¨® a trasladarse en autob¨²s hasta Ponferrada (Le¨®n). La tardanza en la aceptaci¨®n de la solicitud de asilo, hizo a los explotadores optar por otra v¨ªa de beneficio: la calle. As¨ª, la mandaron bajo la supervisi¨®n de otra mujer a las esquinas del pol¨ªgono de Villaverde, en Madrid. De siete de la tarde a diez de la ma?ana. Cada lunes deb¨ªa entregar su recaudaci¨®n y, mientras estaba en el pol¨ªgono, Sandra la llamaba cada hora para controlarla.
Hasta que en septiembre de 2017, la mujer vio la posibilidad de escapar. Ir¨®nicamente, lo hizo cuando su captora hab¨ªa salido de casa para ir a la iglesia. En esos nueve meses de actividad, la mujer hab¨ªa entregado 4.200 euros a sus explotadores. Hab¨ªa apuntado todas sus cuentas meticulosamente en un cuaderno con el logo de una marca de ron. Cuando la polic¨ªa entr¨® en la casa del matrimonio, encontr¨® tarjetas de un club de alterne de Salamanca y otros enseres personales de la mujer, como un papelito con la direcci¨®n de su familia en Nigeria. Seg¨²n ellos, la mujer se escap¨® para evitar pagar el alquiler de la habitaci¨®n en la que dorm¨ªa, aseguraron que la trataban como una m¨¢s de la familia y que ejerc¨ªa la prostituci¨®n ¡°libremente¡±.
La investigaci¨®n de la Brigada Provincial de Extranjer¨ªa de Madrid concluy¨®, sin embargo, que Sandra, la mujer, era la que controlaba todo y daba las ¨®rdenes. ¡°En los casos de trata de mujeres nigerianas es habitual que la voz cantante la lleven las mujeres¡±, apunta una fuente policial experta en esta materia. Los audios extraidos de los m¨®viles del matrimonio no dejaban lugar a dudas. En uno de enero de 2018, la mujer hablaba de castigos a otra v¨ªctima que se negaba a prostituirse. En otro, un hombre le dice al marido: ¡°Est¨¢s subidito porque te traes chicas a Europa, contar¨¦ todo lo que hac¨¦is t¨² y tu mujer a la polic¨ªa¡±. Fue tambi¨¦n Sandra la que indic¨® a esta mujer que iba a permanecer encerrada bajo llave porque no ten¨ªa documentaci¨®n en regla y le escribi¨® en un cuaderno la historia que ten¨ªa que contar cuando acudiera a la oficina de asilo. Fue tambi¨¦n ella la que la oblig¨® a practicar un nuevo rito de vud¨² y con la que hablaba durante el viaje desde Nigeria a Espa?a.
La Audiencia Provincial de Madrid conden¨® a ambos a ocho a?os de prisi¨®n por un delito de trata e inmigraci¨®n ilegal, una sentencia que el Tribunal Superior acaba de confirmar. El principio del fin de su pesadilla, lleg¨® con un encuentro un d¨ªa en el pol¨ªgono de unas mediadoras de la asociaci¨®n Apramp, dedicada a combatir la trata. Muchas de las mujeres que hacen estas rondas de contacto han sido previamente v¨ªctimas de explotaci¨®n sexual, as¨ª que saben de lo que hablan. Ellas consiguieron que la mujer acudiera a la sede a hablar y all¨ª, con otra superviviente de la trata tambi¨¦n nigeriana, le cont¨® toda su historia. Y le confes¨® que cre¨ªa en el vud¨². Para la justicia, el testimonio de esta testigo protegido es ¡°firme, persistente y sin fisuras¡±.
Este es uno de los ¨²ltimos casos en los que el vud¨² es un elemento fundamental en la dominaci¨®n de la v¨ªctima. ¡°Poco despu¨¦s, los l¨ªderes de Nigeria hicieron p¨²blico que revocaban los efectos de estos rituales sobre las v¨ªctimas de trata. Esto hizo que pr¨¢cticamente desaparecieran de nuestras investigaciones. Ahora, estas redes se han volcado en otros delitos, como la falsedad documental y las estafas¡±, apuntan fuentes policiales. En efecto, en marzo de 2018, Ewuare II, un gobernante nigeriano, promulg¨® un decreto contra el tr¨¢fico de personas y exhort¨® a las mujeres a no pagar la deuda a las mafias. Esta noticia lleg¨® a las v¨ªctimas y tuvo un efecto inmediato en el uso de esta pr¨¢ctica.
La brujer¨ªa ha pasado a un segundo plano en la trata y la explotaci¨®n de mujeres con fines sexuales, pero casos como el de esta testigo protegida reflejan que las cadenas con las que son retenidas no necesitan ser f¨ªsicas.
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