Cuatro condenados a 37 a?os por prostituir a tres mujeres con vud¨²
Las v¨ªctimas eran tra¨ªdas a Espa?a con la falsa creencia de que iban a casarse con hombres blancos
Dos hombres y dos mujeres de origen nigeriano han sido condenados a penas de hasta 37 a?os y tres meses de prisi¨®n por obligar a tres compatriotas suyas a prostituirse en el pol¨ªgono Marconi (Villaverde). Las v¨ªctimas, dos de las cuales eran menores de edad, eran captadas bajo la falsa promesa de contraer matrimonio con espa?oles. Una vez en Madrid, las amenazaban con rituales de vud¨² para que pagaran cantidades astron¨®micas por supuestas deudas contraidas con la banda criminal. Las mujeres eran, adem¨¢s, trasladadas de un pa¨ªs a otro para lograr los mayores ingresos.
La sentencia de la Secci¨®n 7? de la Audiencia Provincial de Madrid, de la que ha sido ponente la magistrada Mar¨ªa Teresa Garc¨ªa Quesada, impone 37 a?os y tres meses de prisi¨®n a la nigeriana Osomwenyenmwen Omorodion, de 35 a?os; a su compatriota Mcdon Igbinidum, de la misma edad, y a la otra mujer Loveth Ada, de 44 a?os. Los jueces les consideran culpables de un delito de trata de seres humanos con fines de explotaci¨®n sexual referente a mayores de edad, de dos delitos de explotaci¨®n sexual de menores y por un delito de favorecimiento de la inmigraci¨®n sexual. El cuarto condenado, Supreme Lord Asemota, de 40 a?os, reduce la pena a 32 a?os y nueve meses, al considerar que no cometi¨® el delito de inmigraci¨®n sexual.
La sentencia no es firme y puede ser recurrida ante la Sala Segunda del Tribunal Supremo. La pena m¨¢xima que cumplir¨¢n los cuatro ser¨¢ de 25 a?os efectivos, ya que ninguno de los delitos por los que han sido condenados supera los 20 a?os de prisi¨®n, seg¨²n recogen los magistrados en su fallo. Adem¨¢s, una vez que salgan de la c¨¢rcel tendr¨¢n un periodo de libertad vigilada de 10 a?os por los delitos contra la libertad sexual. Adem¨¢s, tendr¨¢n que indemnizar con 75.000 euros a cada una de las tres v¨ªctimas.
Francia y Noruega
Los magistrados consideran probado que los cuatro acusados formaban un grupo organizado ¡°al menos desde 2010¡±. Su funci¨®n consist¨ªa en captar a mujeres j¨®venes en su pa¨ªs de origen (Nigeria) para hacerlas llegar a Espa?a y otros pa¨ªses europeos, como Francia y Noruega. Para ello, las facilitaban documentaci¨®n falsa con el fin de pasar los controles aduaneros y poder llegar a Madrid. Los magistrados reprochan a los condenados que se aprovecharan de ¡°la minor¨ªa de edad de algunas de ellas, as¨ª como de la inmadurez y precariedad econ¨®mica de las v¨ªctimas¡±.?
Las mujeres recib¨ªan la falsa promesa que iban a conseguir un puesto de trabajo o, incluso, se iban a casar con hombres espa?oles. Sin embargo, al llegar a Espa?a, la situaci¨®n era radicalmente distinta. Las mujeres eran coaccionadas y vigiladas en todo momento para que se prostituyeran y todo el dinero que consegu¨ªan se lo ten¨ªan que dar a la organizaci¨®n. La intimidaci¨®n consist¨ªa en practicar rituales de vud¨². A veces los realizaban en la propia Nigeria delante de sus madres. Les cortaban las u?as y les tomaban muestras de sangre. Alguna v¨ªctima relat¨® que ese ritual se lo hicieron en Madrid y que iban a mandar todo a un brujo nigeriano. ¡°Este realizar¨ªa vud¨² que ir¨ªa contra ella en caso de no satisfacer la cantidad adeudada¡±, recoge el fallo.
Las mujeres siempre viajaban desde Nigeria a Marruecos. Para ello contactaban con diversos compinches de los condenados, que las facilitaban documentaci¨®n falsificada con su fotograf¨ªa y con nombres y apellidos de terceras mujeres. Una de las v¨ªctimas, que ha sido testigo protegida en el procedimiento, entr¨® por barco en Barcelona. All¨ª la recogi¨® Loveth Ada. Esta le dijo que no iba a contraer matrimonio y que el objetivo real del viaje ¡°era que ejerciera la prostituci¨®n en beneficio de ella¡±. La deb¨ªa 50.000 euros por los gastos del viaje. ¡°Estas manifestaciones produjeron un gran temor en la mujer, lo que determin¨® que continuara obedeciendo a su mandante, toda vez que carec¨ªa de recurso alguno para solventar la deuda, hall¨¢ndose en un pa¨ªs extranjero, con un idioma para ella desconocido, sin dinero y sin contacto familiar alguno familiar o social al que poder acudir¡±, concluyen los jueces.
Solicitud de asilo
La mujer fue trasladada a Madrid, donde Osomwenyenmwen, Loveth y Mcdon la obligaron a que presentara toda la documentaci¨®n para solicitar el asilo. Le explicaron hasta qu¨¦ ten¨ªa que contar a los funcionarios. Despu¨¦s fue trasladada al pol¨ªgono de Marconi, donde ejerc¨ªa la prostituci¨®n de siete de la tarde a seis de la madrugada en la calle durante todos los d¨ªas. Ten¨ªa que ganar un m¨ªnimo de 1.000 euros a la semana. La v¨ªctima fue traslada a Oslo (Noruega) y, tras ser rechazada en la frontera, la trasladaron a Par¨ªs (Francia).
El fallo recoge una forma de actuar muy similar en octubre de 2014 con dos menores de 17 a?os. Ambas se trasladaron desde su ciudad natal, Abuja, hasta Casablanca (Marruecos). Desde all¨ª viajaron a Par¨ªs y de aqu¨ª a Madrid, donde las recibi¨® Osomwenyenmwen. Una viaj¨® a Bilbao y otra a un club de alterne de las proximidades de Almer¨ªa capital. La primera fue liberada por la polic¨ªa en julio de 2015. La segunda en un prost¨ªbulo de Lloret de Mar (Gerona) un mes antes. ¡°Las testigos protegidas no tuvieron otra opci¨®n posible que aceptar el ejercicio de la prostituci¨®n y las condiciones que los procesados las impon¨ªan, toda vez que se ve¨ªan obligadas a satisfacer la deuda contra¨ªda¡±, afirma el fallo.
Unas v¨ªctimas que no eran conscientes de su condici¨®n
Las tres mujeres que fueron obligadas a prostituirse sufrieron un aut¨¦ntico calvario, del que no eran conscientes. As¨ª lo manifestaron los peritos que declararon en el juicio, donde las psic¨®logas forenses explicaron que las v¨ªctimas ¡°no quer¨ªan defraudar a las personas que las hab¨ªan tra¨ªdo¡± y que arrastraban incluso ¡°un sentimiento de culpa¡± por el que se sent¨ªan responsables de lo que les estaba ocurriendo. ¡°Estas mujeres no sienten animadversi¨®n hacia las personas que las han tra¨ªdo. Parec¨ªan tener un sentimiento de lealtad y tener conciencia de estar obligadas a pagar la deuda que hab¨ªan asumido, aunque no ten¨ªan capacidad para comprender la magnitud de la misma¡±, recogen los magistrados de la Audiencia Provincial.
Un hecho que agravaba su situaci¨®n era la falta de apoyos en Espa?a y las continuas amenazas de que sus familiares sufrieran da?os ¡°utilizando el vud¨² como instrumento de coerci¨®n¡±.
El peritaje de una de las menores refuerza el sentimiento de culpa de las mujeres: ¡°Ella sab¨ªa que ten¨ªa una deuda que ten¨ªa que pagar y que si no lo hac¨ªa le pasar¨ªan cosas negativas y eso la ten¨ªa angustiada¡±, afirmaron los peritos. ¡°Ha costado mucho que asumiera su condici¨®n de v¨ªctima. La responsabilidad asumida con el vud¨² ha tenido mucha fuerza y piensa que si no cumple lo que ha jurado va a morir¡±, a?ade el fallo. Esta mujer sufr¨ªa ¡°un importante embotamiento emocional¡±, que le imped¨ªa comprender su situaci¨®n, lo que desemboc¨® en un trastorno de estr¨¦s postraum¨¢tico. Los forenses negaron que hubiera fabulaci¨®n en su relato.
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