Cinco meses de enga?o y un funeral: historia de una estafa de 200.000 euros en el barrio Salamanca
La polic¨ªa detiene a un hombre por obtener grandes cantidades de dinero de dos mujeres mediante mentiras en las que relataba una desgracia detr¨¢s de otra
Era agosto y estaba descansando cuando su m¨®vil son¨®. La mujer acababa de recibir un mensaje de un antiguo compa?ero de trabajo en el sector de la hosteler¨ªa. ¡°?Hola! No s¨¦ si me recuerdas, trabajamos juntos hace un a?o¡±, comenzaba. S¨ª, lo recordaba, hab¨ªan coincidido durante un tiempo y hab¨ªan hecho buenas migas, pero no eran ¨ªntimos. El hombre parec¨ªa desesperado. Su antiguo compa?ero le contaba que su abuela se acababa de morir y que no ten¨ªa dinero para ir al funeral. Le ped¨ªa 50 euros para coger un taxi. Fueron los primero...
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Era agosto y estaba descansando cuando su m¨®vil son¨®. La mujer acababa de recibir un mensaje de un antiguo compa?ero de trabajo en el sector de la hosteler¨ªa. ¡°?Hola! No s¨¦ si me recuerdas, trabajamos juntos hace un a?o¡±, comenzaba. S¨ª, lo recordaba, hab¨ªan coincidido durante un tiempo y hab¨ªan hecho buenas migas, pero no eran ¨ªntimos. El hombre parec¨ªa desesperado. Su antiguo compa?ero le contaba que su abuela se acababa de morir y que no ten¨ªa dinero para ir al funeral. Le ped¨ªa 50 euros para coger un taxi. Fueron los primeros de los m¨¢s de 200.000 euros que acab¨® recibiendo de las cuentas de la mujer y de una t¨ªa de esta en los siguientes cinco meses.
Ese mismo d¨ªa, a esa primera transferencia por el sistema de pago instant¨¢neo Bizum, le siguieron varias. ?l, que tiene unos 30 a?os, insist¨ªa en que no le llegaba el dinero y le ped¨ªa que se lo enviara una y otra vez. Al ver que el primer intento hab¨ªa resultado tan sencillo, decidi¨® seguir con su estratagema. El medio para seguir convenciendo a su v¨ªctima de que le diera su dinero era la pena. Y as¨ª sigui¨® hasta sacarle 5.000 euros, con diferentes excusas. Cuando las peticiones de su supuesto amigo superaron su capacidad econ¨®mica, ella le pidi¨® a su t¨ªa ayuda ante la situaci¨®n peliaguda por la que pasaba su excompa?ero de trabajo.
La mujer, de alrededor de 65 a?os, tambi¨¦n crey¨® la historia de ese pobre hombre que parec¨ªa sobrepasado por las circunstancias. Los mensajes eran constantes y buscaban siempre la compasi¨®n de ambas mujeres. ¡°S¨¦ que sois muy buenas¡±, ¡°soy consciente del esfuerzo que os supone esto¡±, ¡°os lo devolver¨¦ todo¡±, les escrib¨ªa. El siguiente relato ficticio que invent¨® fue que necesitaba dinero para el entierro de su abuela, una cantidad desorbitada para un funeral normal y corriente en Espa?a. Pero las mujeres siguieron confiando en ¨¦l. La t¨ªa lleg¨® a darle miles de euros.
¡°Sabe lo que tiene que decir¡±
En una ¨²ltima fase, cuando las patra?as eran excesivas, les asegur¨® que ya estaba preparado para devolver lo prestado, pero que para eso ten¨ªa que pedir un cr¨¦dito. Pero la condici¨®n para que el banco les diera dinero era que en su cuenta deb¨ªa de haber efectivo. Las mujeres ya desconfiaban, lo hab¨ªan bloqueado y desbloqueado varias veces, le advirtieron de que ya se hab¨ªan quedado sin nada, pero confiaron una ¨²ltima vez en sus palabras. Pero el dinero nunca lleg¨®.
En enero, conscientes de que hab¨ªan sido enga?adas, acudieron a la comisar¨ªa de su distrito, el de Salamanca en Madrid, para presentar una denuncia. El investigador D. no tuvo duda de que todo apuntaba a una estafa. ¡°?l es una persona convincente, nada altiva, que sabe lo que tiene que decir y que juega a que tengas pena de ¨¦l¡±, comenta el polic¨ªa. Las v¨ªctimas relataron meses de pagos por Bizum, de transferencias bancarias e incluso de citas en cajeros donde la t¨ªa sacaba el dinero para entreg¨¢rselo en mano al supuesto amigo en apuros. Todo estaba acreditado, el presunto estafador estaba tan confiado que nunca ocult¨® su nombre ni su n¨²mero real. Pensaba que ellas nunca ser¨ªan capaces de denunciarlo.
Tras reunir todas las pruebas del enga?o, el investigador D. comprob¨® que ese hombre ten¨ªa ocho cuentas a su nombre, para dificultar el trazado de sus finanzas. Adem¨¢s, le constaban antecedentes por este tipo de hechos. Cuando lo esposaron, sigui¨® con su papel, se mostr¨® compungido e incluso solt¨® l¨¢grimas contando su historia.
No le valieron de nada, porque las pruebas eran demasiado contundentes como para seguir creyendo en la historia de la abuela. ¡°Al ver que al principio le funcion¨®, sigui¨® hasta que la cantidad fue desorbitada. Vio un fil¨®n y decidi¨® continuar¡±, comenta el polic¨ªa. Fue detenido y acusado de sacar m¨¢s de 200.000 euros a sus v¨ªctimas, que ahora esperan recuperar, al menos, una parte.
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