Primer contacto de un fondo buitre con los vecinos a los que quiere echar: ¡°Intentamos que no se vayan a la calle con el culo al aire¡±
EL PA?S accede a una grabaci¨®n que muestra c¨®mo la compa?¨ªa Elix, que ha comprado un inmueble en Lavapi¨¦s, trata de convencer a los vecinos de que abandonen sus viviendas antes de hacerse con el bloque
Parece una reuni¨®n de vecinos en el portal, pero no lo es. Es una visita muy especial. La conversaci¨®n es amistosa, pero su contenido, no. En realidad, dos desconocidos, un hombre y una mujer, est¨¢n comunicando a una parte de los vecinos del inmueble, con toda la amabilidad de la que son capaces, que lo mejor que pueden hacer es aceptar lo que les van a decir y buscarse casa en otro lado.
La escena tiene lugar en el n¨²mero 7 de la calle de Tribulete, en Lavapi¨¦s (Madrid). Son las 9.45 del d¨ªa 2 de febrero.
¡ªNos presentamos: soy trabajadora social y ¨¦l es mi compa?ero Luis¨D, habla Mar¨ªa Jos¨¦.
¡ª Yo soy Luis, representante de Elix.
¡ªYo voy a ser la responsable de acompa?ar a las familias y quer¨ªamos hablar con cada uno de vosotros si puede ser y por lo menos brindar informaci¨®n...
Habr¨¢ un momento en el que Luis elevar¨¢ el tono de su discurso porque nota que los vecinos est¨¢n esc¨¦pticos.
¡ªAqu¨ª les est¨¢n vendiendo la milonga de que vamos a llegar con una sierra y un cuchillo a echar a la gente de sus casas y eso es mentira. Se les est¨¢ notificando que no se van a renovar los contratos.
A estas palabras, uno de los vecinos tiene su respuesta: ¡°Eso es echar a la gente de su casa¡±.
La conversaci¨®n forma parte de una grabaci¨®n a la que ha tenido acceso EL PA?S en la que se escucha c¨®mo dos representantes de la empresa inmobiliaria Elix Rental Housing tratan de convencer a los vecinos de un edificio de Lavapi¨¦s de que su mejor opci¨®n es salir de sus casas en las que viven de alquiler, algunos desde hace m¨¢s de 40 a?os, antes de que los echen. Ese ser¨¢ el siguiente paso de la compa?¨ªa para hacerse con el bloque de 54 viviendas y una estrategia que han seguido decenas de fondos de inversi¨®n en la capital. Acercarse a los vecinos y ofrecerles, de manera individual, un pu?ado de euros a cambio de que se marchen.
Fuentes de la compa?¨ªa han reconocido a este diario que esa conversaci¨®n se produjo porque, debido al ¡°ruido medi¨¢tico¡±, la empresa tom¨® la decisi¨®n de presentarse a los vecinos ¡°como interesados en la compra del edificio¡± y ¡°buscar soluciones acordadas que tengan en cuenta la situaci¨®n espec¨ªfica de cada inquilino¡±. ¡°Durante los m¨¢s de 20 a?os de experiencia de Elix en este tipo de situaciones, siempre se han tenido en cuenta las necesidades de cada inquilino y se ha contribuido econ¨®micamente cuando ten¨ªa sentido como medida para buscar soluciones que satisfagan a todas las partes involucradas¡±, han se?alado.
Despu¨¦s, como ha sucedido en otros de los bloques que ha adquirido Elix, reformar¨¢n el edificio, har¨¢n viviendas de lujo y sacar¨¢n al mercado de alquiler esos mismos hogares que hoy habitan Antol¨ªn, Jos¨¦, Luis o Blanca, al doble (como m¨ªnimo) del precio actual. Desde la empresa explican cu¨¢l es el siguiente paso para ellos: ¡°En muchas ocasiones las reformas se han llevado a cabo con inquilinos dentro, es decir, sin necesidad de que dejen sus viviendas. En otras ocasiones se ha ayudado a inquilinos a buscar viviendas similares¡±. No han respondido si hay alguna forma de asegurarles que puedan seguir viviendo ah¨ª despu¨¦s de la reforma.
Este fondo inmobiliario, que busca hacerse con otros dos bloques en Madrid ¨Duno m¨¢s en Tetu¨¢n y otro en Ciudad Lineal¨D es propiedad de AltamarCAM Partners, cuyo presidente es Claudio Aguirre, primo de la expresidenta regional Esperanza Aguirre. Hace unos meses, envi¨® su carta de presentaci¨®n a unos 50 vecinos de la calle de Galileo, 22, en Chamber¨ª: un burofax en el que se les advert¨ªa de que su contrato ten¨ªa fecha de caducidad.
Pero ahora ha cambiado de m¨¦todo. Y, en lugar de un burofax, env¨ªa a dos personas dispuestas a dar una lecci¨®n de amabilidad.
Es posible que la situaci¨®n en el inmueble de la calle de Tribulete, 7, en el coraz¨®n del barrio de Lavapi¨¦s, vaya a ser complicada. Este edificio se ha convertido en una trinchera contra la especulaci¨®n inmobiliaria y los alquileres abusivos. Cuando se enteraron por la prensa de que la empresa planeaba adquirir el bloque, comenzaron a organizarse. Hab¨ªan seguido de cerca el destino de otros vecinos del barrio y de otras zonas de Madrid, como los de la calle de Galileo. Hicieron asambleas, llamaron al Sindicato de Inquilinas y se plantaron. Llevan semanas prepar¨¢ndose. Fue entonces, el viernes 2 de febrero, cuando ¡°el enemigo¡± toc¨® el timbre.
Y este ¡°enemigo¡± utiliza otro tipo de mediadores. Ya no son hombres con traje. Ahora es gente que se ha curtido en los movimientos sociales por el derecho a la vivienda, que han frenado desahucios, es decir, que han estado antes del otro lado. Es el caso de Mar¨ªa Jos¨¦, que se presenta como ¡°trabajadora social¡± y buena conocedora de estas causas ¡ªla compa?¨ªa ha confirmado a EL PA?S que trabaja para ellos y que, ¡°tiene un claro enfoque para encontrar la opci¨®n m¨¢s adecuada en cada caso¡±¡ª. Aunque llega con el mismo objetivo: limpiar el bloque de inquilinos inc¨®modos. Cuando un vecino alerta de que lo que buscan es eso, ella responde:
¡ªNo deber¨ªas utilizar esos t¨¦rminos. Mira, yo he estado viviendo 30 a?os en Vallecas con mis padres, mi abuela ya estaba ah¨ª y se acab¨® el contrato y tuve que salir. La historia de la vivienda en Espa?a no me la puedes contar, porque llevo 40 a?os viviendo esto. Puedes ver cu¨¢l es mi trayectoria y mi trayectoria no es de entrar como una ni?a que acaba de salir de la facultad, que empieza a dar pedagog¨ªa barata a la gente que me rodea, no es eso. Es el sistema. Es el sistema.
La visita de los de Elix buscaba ese viernes allanar el terreno a una adquisici¨®n final que se vota este martes 13 de febrero, seg¨²n explican en la grabaci¨®n. ¡°La compra todav¨ªa no se ha producido. Estamos llevando a cabo el proceso normal de compra de un edificio, en donde antes de escriturar, se se?aliza el edificio¡±, confirman fuentes de la empresa a EL PA?S. Los enviados de la compa?¨ªa aseguraban a los vecinos que hab¨ªan abonado ya una parte de la cantidad total, en la grabaci¨®n mencionan alrededor de un 20% o 30%. Uno de ellos lo deja m¨¢s claro:
¡ªLo ¨²nico que te digo: si pod¨¦is llegar a un acuerdo que os pueda llegar a interesar y vosotros mismos pod¨¦is aceptarlo, pues oye, ah¨ª la empresa ver¨¢ hasta qu¨¦ punto llega, hasta qu¨¦ punto es rentable y hasta qu¨¦ punto salen todas las personas que est¨¦n involucradas ganando. Puedes decir: ¡°Joder, me caduca mi alquiler en seis meses y me puedo llevar, por decir una cifra, 10.000 euros que me ayudan a encontrar otro contrato¡¡±.
¡ªS¨ª, para irte a otro sitio y que te cobren m¨¢s el alquiler ¡ª, responde esc¨¦ptico un miembro del sindicato que se uni¨® m¨¢s tarde a la conversaci¨®n.
¡ªPues es una ayuda... ¡ª, apunta el representante de la empresa.
En la conversaci¨®n, los vecinos piden que la negociaci¨®n se haga de manera colectiva, porque temen que quieran dividir a los vecinos, aunque los enviados insisten en que as¨ª no sacar¨¢n nada. Por su parte, la empresa responde a este peri¨®dico: ¡°Nuestra predisposici¨®n a considerar cada caso es total. Las circunstancias de cada inquilino son espec¨ªficas y por eso requiere muchas veces de soluciones individualizadas¡±. Uno de los mediadores se lo explic¨® ese d¨ªa a ellos:
¡ªNosotros lo que ofrecemos es una negociaci¨®n individual con cada uno para ofrecer esa ayuda a las personas con base en la situaci¨®n de esa persona y el contrato actual que tenga. El riesgo de una negociaci¨®n colectiva es que al final no se consigue ni una cosa, ni la otra y que se acabe llegando a un punto muerto en el que esa salida de esa vivienda no sea tan f¨¢cil.
En el bloque, construido hace m¨¢s de un siglo, viven 54 familias, cuatro de ellas con renta antigua, un privilegio para los contratos firmados entre 1950 y 1985 que ofrece beneficios como un congelamiento del alquiler o con un incremento m¨ªnimo, la posibilidad de heredar el contrato o el derecho de compra y alquiler preferentes. Dentro de este grupo se encuentra el matrimonio de Jose Santamar¨ªa, de 71 a?os, y Blanca Andreu Roca, de 65. Pagan menos de 300 euros de alquiler. Santamar¨ªa ha vivido aqu¨ª desde los dos a?os, la mujer desde 1981, tres a?os antes de casarse. Con el paso de los a?os han puesto el ba?o, la ducha, el suelo y la luz, ya que la vivienda no contaba con esos servicios. Otros reciben el ingreso m¨ªnimo vital, algunos ya est¨¢n pagando m¨¢s del 80% de sus ingresos en un alquiler de unos 400 euros que no encontrar¨¢n en otro piso dentro de la capital.
Los mediadores persisten: se tendr¨¢n que ir igual y con las manos vac¨ªas. ¡°Usted no nos puede decir que nos vamos a la calle con el culo al aire¡±, dice airado un vecino. ¡°No, estamos intentando que no se vayan a la calle con el culo al aire, de ah¨ª que queramos sentarnos con vosotros a hablar¡±, responde uno de los intermediarios.
La pr¨®xima batalla de esta cruzada vecinal contra el fondo Elix suceder¨¢ este martes 13 de febrero, cuando est¨¢ programada la firma para la ampliaci¨®n de capital para la compra de tres bloques de Madrid, entre ellos el de Tribulete, 7. Los vecinos han preparado ese d¨ªa una movilizaci¨®n desde Lavapi¨¦s hasta las oficinas de Elix en la calle de Serrano, 51, en el coraz¨®n del distrito de Salamanca.
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