Una agresi¨®n ¡°salvaje¡± de bandas que dej¨® a un chico de 14 a?os con un 97% de discapacidad
La Audiencia Provincial juzga a un joven acusado de pertenecer a los Dominican Don¡¯t Play por atacar con sa?a a un grupo de amigos que jugaba a las cartas en un parque de Usera en 2021
El 26 de abril de 2021, tres chicos y dos chicas de entre 14 y 19 a?os, se encontraban jugando a las cartas en un parque del barrio de San Ferm¨ªn, en Madrid, cuando una lluvia de machetazos puso fin a la partida. El peor parado fue un ni?o de 14 a?os al que sus amigos dieron por muerto y que recibi¨® golpes con armas blancas en la cabeza, la cara, la espalda y acab¨® con la mano colgando. ¡°Una salvajada¡±, resumen expl¨ªcitamente fuentes policiales. Se trata de una ca¨ªda, en el argot de las bandas juveniles, un ataque premed...
El 26 de abril de 2021, tres chicos y dos chicas de entre 14 y 19 a?os, se encontraban jugando a las cartas en un parque del barrio de San Ferm¨ªn, en Madrid, cuando una lluvia de machetazos puso fin a la partida. El peor parado fue un ni?o de 14 a?os al que sus amigos dieron por muerto y que recibi¨® golpes con armas blancas en la cabeza, la cara, la espalda y acab¨® con la mano colgando. ¡°Una salvajada¡±, resumen expl¨ªcitamente fuentes policiales. Se trata de una ca¨ªda, en el argot de las bandas juveniles, un ataque premeditado en grupo para marcar territorio o agredir a supuestos rivales. Les toc¨® a esos cinco amigos, a los que la polic¨ªa no considera miembros de ninguna banda. Hasta la semana que viene, el caso se juzga en la Audiencia Provincial de Madrid. En el banquillo se sienta J. J. R., el ¨²nico acusado mayor de edad detenido por estos hechos, supuesto miembro de los Dominican Don¡¯t Play (DDP) y al que las v¨ªctimas identificaron por un tatuaje de una rosa en la cara interna de la mano.
Ese d¨ªa, todo sucede en cuesti¨®n de pocos minutos. Sobre las nueve y media de la noche, el grupo agredido juega tranquilamente en un banco de la calle San Ruperto. Sentados cerca, hay otros dos chicos bebiendo unas latas de cerveza. A la misma hora una joven pasea por el parque con su perro. Se cruza con un grupo de ¡°m¨¢s de 10¡± personas vestidas de negro y con capuchas, algunos andando y otros en bicicleta. La muchacha sigue su camino. Unos minutos despu¨¦s, esos encapuchados caen con la mayor violencia posible sobre los amigos que juegan a las cartas. ¡°Escuch¨¦ D3, y cuando me estaba girando me llev¨¦ un machetazo en la espalda¡±, cuenta una de las v¨ªctimas, de 19 a?os. Ese es el grito de guerra de la banda de los DDP, el que usa en sus ataques contra sus enemigos los Trinitarios, el que repite en sus v¨ªdeos, el que pinta en los suelos de las canchas y parques que considera su territorio.
Esa primera v¨ªctima sufre dos heridas por arma blanca en el t¨®rax y el abdomen, otra en la mejilla, una fractura en el canal auditivo y otra en el hombro. Otro de los chicos, con 17 a?os en ese momento, consigue escapar y refugiarse en un bar cercano tras recibir un golpe muy fuerte cuando antepone su brazo para proteger a una de las chicas, de 18 a?os, pero sus heridas son leves. El que se lleva la peor parte es uno al que llaman ¡°el peque?o¡±, porque tiene 14 a?os. Cuando echa a correr cae al suelo y all¨ª le dan dos machetazos en la cabeza que le dejan dos heridas de 25 y 10 cent¨ªmetros de largo y cinco de profundidad. Le asestan otra cuchillada en la cara que le rompe varios dientes, le hunden dos navajas en el abdomen, le perforan el pulm¨®n y casi le cortan la mano. ¡°No le voy a mentir, lo vi fatal, con una herida en la cabeza, pens¨¦ que hab¨ªa fallecido. Iban a matarnos¡±, asegur¨® el amigo que result¨® herido leve este lunes a la fiscal.
Todas las v¨ªctimas y los testigos reconstruyeron este lunes los hechos de aquella noche tras un biombo o por videollamada, asistidos algunos de ellos por la oficina de atenci¨®n a las v¨ªctimas, un servicio de acompa?amiento y apoyo ofrecido por la administraci¨®n p¨²blica para casos de especial vulnerabilidad. ¡°Estaba haciendo tiempo con las cartas hasta que llegara la hora de irme a casa, de repente me di la vuelta y cuando quise darme cuenta ya me hab¨ªan dado con un machete o un cuchillo. Intent¨¦ huir, pero me ca¨ª al suelo y siguieron golpe¨¢ndome, yo les ped¨ª que pararan¡±, relat¨® ¡°el peque?o¡±, el m¨¢s afectado, que ha quedado con un 97% de discapacidad reconocida y que necesit¨® dos a?os de tratamientos m¨¦dicos e intervenciones. La mano result¨® pr¨¢cticamente seccionada del cuerpo, aunque los m¨¦dicos consiguieron despu¨¦s reconstruirla, tiene da?os neurol¨®gicos y tambi¨¦n dificultad para caminar, adem¨¢s de las cicatrices evidentes. ¡°?Tiene problemas para hacer vida normal?¡±, le pregunt¨® la fiscal en la sala. ¡°?Se refiere a si necesito ayuda para comer y todo eso? S¨ª, la necesito¡±, contest¨® el chico, que ahora tiene 17 a?os. Otra de las v¨ªctimas se fue a vivir con su familia fuera de Madrid tras el ataque.
El ¨²nico mayor de edad acusado, que ahora tiene 24 a?os, se enfrenta a una petici¨®n de c¨¢rcel de 28 a?os por dos homicidios en grado de tentativa. Los informes m¨¦dicos se?alan que si los dos j¨®venes m¨¢s graves no hubieran recibido una atenci¨®n m¨¦dica inmediata, habr¨ªan fallecido en esa plaza. La defensa del acusado pide la libre absoluci¨®n al asegurar que no fue el autor de los machetazos. El encausado sostiene que ¨¦l ni siquiera estaba ah¨ª, sino que se encontraba cerca, pero pasando el rato con su novia.
La polic¨ªa tambi¨¦n encontr¨® en el registro en su vivienda varias armas blancas, una pistola de fogueo y collares que los agentes interpretan como un s¨ªmbolo de poder en las bandas. ¡°Todo eso es para grabar mis videoclips¡±, asegura ¨¦l.
-?Y los cuadernos?- le inquiri¨® la fiscal
-Tambi¨¦n, letras de mis canciones- justific¨® ¨¦l.
Los miembros de las bandas juveniles reciben una especie de mandamientos y ense?anzas por escrito cuando son considerados integrantes de pleno derecho. La polic¨ªa cree que eso es lo que ¨¦l ten¨ªa en su domicilio y no letras de canciones. Los investigadores de la Brigada de Informaci¨®n de la Polic¨ªa Nacional consideran que el origen de ese ataque es otra agresi¨®n previa. En la misma zona y solo unas horas antes, otro integrante de los Dominican Don¡¯t Play conocido del acusado, fue agredido cuando caminaba con su novia. Los agentes creen que J. J. R. respondi¨® con esta ferocidad a la agresi¨®n a su compa?ero.
Las investigaciones policiales situaron al acusado en la zona a la hora del ataque gracias al posicionamiento de su tel¨¦fono m¨®vil y encontraron en su terminal decenas de archivos, contactos y conversaciones relacionados con los DDP. Tambi¨¦n hab¨ªa sido identificado semanas antes en un homenaje a un pandillero asesinado en Carabanchel en 2018. Las v¨ªctimas, adem¨¢s, pudieron ver un tatuaje de una rosa en la mano que empu?aba uno de los machetes, el mismo que tiene el que ahora se sienta frente al juez. Por estos hechos fueron detenidos tambi¨¦n otros cinco supuestos miembros de los DDP, pero son menores y siguen un procedimiento judicial aparte.
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