El marido de la mujer hallada muerta en un zulo en Villalbilla queda en libertad
El hombre ingres¨® en prisi¨®n investigado por homicidio o inducci¨®n al suicidio. Su defensa alega que no hay pruebas objetivas frente a las contradicciones que se?ala la Guardia Civil
C¨¦sar S. G., el marido de Raquel B. L., la mujer hallada muerta en una estancia semejante a un zulo en su chal¨¦ de Villabilla (Madrid) en septiembre, fue puesto en libertad el pasado 11 de noviembre, justo dos meses despu¨¦s de haber entrado en el centro penitenciario madrile?o de Alcal¨¢ Meco. El hombre ingres¨® en prisi¨®n provisional, investigado por homicidio y por inducci¨®n al suicidio. La v¨ªctima fue hallada el 8 de septiembre en una cama y rodeada de medicamentos en una extra?a habitaci¨®n a la que hab¨ªa que acceder por un agujero por el que se entraba agachado. Su marido hab¨ªa presentado una denuncia por su desaparici¨®n cuatro d¨ªas antes y asegur¨® que Raquel, de 52 a?os, se hab¨ªa marchado el 31 de agosto en coche a visitar a su madre en un pueblo de Toledo.
C¨¦sar ingres¨® en Alcal¨¢ Meco el 11 de septiembre y pidi¨® su puesta en libertad un mes despu¨¦s, pero fue rechazada. Volvi¨® a internarlo en noviembre, cuando el juez admiti¨® sus argumentos y acord¨® su puesta en libertad provisional. Tanto la Fiscal¨ªa como la acusaci¨®n particular se opusieron a la medida y adujeron, entre otros motivos, el alto riesgo de fuga por la gravedad de los hechos que se le imputan y el hecho de que ya haya vivido en otros pa¨ªses, como la India, donde residi¨® 12 a?os. Adem¨¢s, C¨¦sar no tiene familiares ni trabajo conocido en Espa?a.
Los investigadores de la Guardia Civil trabajaron desde el primer momento para esclarecer una desaparici¨®n que ellos consideraban de alto riesgo. En esos primeros d¨ªas solicitaron al marido un primer registro en la vivienda, a lo que este se neg¨®, algo que levant¨® a¨²n m¨¢s las sospechas sobre el hombre y oblig¨® a los agentes a reunir argumentos para que un juez permitiera la entrada en el domicilio. Esta solicitud fue admitida el domingo 8 de septiembre y, tras un minucioso registro, los investigadores hallaron el cuerpo de Raquel, que seg¨²n los informes m¨¦dicos posteriores, muri¨® entre el 1 y 2 de septiembre por ingesta medicamentosa y no ten¨ªa signos externos de violencia.
El hombre se encontraba en ese momento fuera de la casa y, cuando regres¨® y observ¨® el despliegue, trat¨® de escapar, algo que los guardias civiles evitaron, seg¨²n relataron a EL PA?S varios testigos presenciales. Cuando fue conducido al interior de la casa, coment¨® a los agentes que ¨¦l ya hab¨ªa revisado el habit¨¢culo en el que fue encontrado el cuerpo y no hab¨ªa visto nada. Algo que result¨® complicado de creer a los investigadores por el tama?o de la estancia y por el olor que la impregnaba.
El hombre explic¨® que el cuartito en el que falleci¨® Raquel lo hab¨ªan construido unos a?os atr¨¢s para que la mujer pudiera estar aislada de los ruidos, ya que sufr¨ªa de hiperacusia, es decir, una elevada sensibilidad auditiva. Varios vecinos han confirmado que la mujer les hab¨ªa comentado que era especialmente sensible a los ruidos, a pesar de que es una urbanizaci¨®n especialmente tranquila y con pocos residentes. En la causa consta que Raquel hab¨ªa consumido medicamentos que la hab¨ªan llevado a la inconsciencia en los meses posteriores y su marido hab¨ªa avisado a emergencias.
Varios elementos son de inter¨¦s para reconstruir lo que condujo a la muerte de Raquel. Por un lado, el 1 de septiembre, la mujer llam¨® a emergencias a las once de la ma?ana y dijo que estaba atrapada en un zulo y que estaba acompa?ada, tras lo que la llamada se cort¨® antes de que pudiera ser transferida a un m¨¦dico. Otro dato que consta en la investigaci¨®n es la geolocalizaci¨®n del m¨®vil de la mujer, que muestra que en ning¨²n momento desde el 31 de agosto abandon¨® su domicilio, cuando supuestamente se hab¨ªa ido a visitar a su madre en Toledo. Adem¨¢s, el coche que ella sol¨ªa usar, un Toyota Avensis oscuro a nombre de C¨¦sar, fue encontrado a apenas dos calles de la vivienda conyugal y varios residentes en la zona confirmaron que llevaba aparcado all¨ª varios d¨ªas. Los investigadores dudan de la versi¨®n que da C¨¦sar que alega que no vio su coche aparcado en la esquina de enfrente en varios d¨ªas.
Raquel era agente de seguros de viaje en unos grandes almacenes, aunque lo hac¨ªa en calidad de aut¨®noma, por lo que ten¨ªa la capacidad de teletrabajar. Los superiores de la mujer confirmaron a la Guardia Civil que en los ¨²ltimos tiempos hab¨ªa trabajado con normalidad y que, incluso, hab¨ªa sido muy activa en los meses de verano, algo que contradijo las explicaciones dadas por su marido que asegur¨® que estaba de baja desde hac¨ªa tres a?os por su depresi¨®n. Seg¨²n declar¨® en su d¨ªa la familia de la mujer, esta les hab¨ªa contado que en los ¨²ltimos tiempos hab¨ªan surgido las diferencias con su marido e incluso les plante¨® la posibilidad de separarse e irse de la casa.
La defensa del acusado aduce que no est¨¢ clara la participaci¨®n del acusado en el fallecimiento de su esposa y que, por tanto, no se puede mantener a alguien en prisi¨®n por una ¡°imputaci¨®n gen¨¦rica¡±, ya que, concluye, esta presunta participaci¨®n en la muerte solo se deduce porque tard¨® en presentar una denuncia de desaparici¨®n y por ¡°manifestaciones policiales¡±. La letrada tambi¨¦n se?ala que los informes m¨¦dicos obrantes en la causa concluyen como causa m¨¢s probable de muerte el suicidio, teniendo en cuenta el cuadro psicol¨®gico de la v¨ªctima y el resultado toxicol¨®gico. La defensa tambi¨¦n contempla la posibilidad de que el investigado no fuera consciente de que su mujer hab¨ªa muerto en ese habit¨¢culo, puesto que estaba especialmente dise?ado para un ¡°aislamiento total¡±.
En el recurso que ha permitido su libertad, la abogada a?ade que la llamada que hizo Raquel a emergencias es una prueba de que no estaba incomunicada y que si hubiera sido voluntad de su esposo inducirla al suicidio, no le habr¨ªa dejado dentro un terminal m¨®vil. La abogada concluye que no hay pruebas objetivas de que la idea del suicidio partiera de C¨¦sar ni que este colaborara en que este se llevara a cabo. El juez ha aceptado los argumentos de la defensa en este caso y ha decretado su puesta en libertad, aunque le ha impuesto otras medidas, como la retirada del pasaporte y la firma en el juzgado cada semana.