De ser un ni?o tutelado por Madrid, a cumplir 18 a?os y buscarse la vida en la calle
Con apenas 167 plazas en pisos para mayores de edad, la oposici¨®n denuncia que decenas de los m¨¢s de 300 j¨®venes a cargo de la administraci¨®n que alcanzan la mayor¨ªa de edad cada a?o malviven en busca de un techo en la ciudad
¡°Est¨¢n saliendo chicos mayores despu¨¦s de estar tiempo en el centro. Se van sin nada. Hoy sale un chico tutelado con 18 a?os, y no se le va a gestionar nada m¨¢s. Vamos, que a la puta calle. Qu¨¦ pena¡±. Es 16 de diciembre, y Lorena Morales, diputada del PSOE, ...
¡°Est¨¢n saliendo chicos mayores despu¨¦s de estar tiempo en el centro. Se van sin nada. Hoy sale un chico tutelado con 18 a?os, y no se le va a gestionar nada m¨¢s. Vamos, que a la puta calle. Qu¨¦ pena¡±. Es 16 de diciembre, y Lorena Morales, diputada del PSOE, le pone voz en la Asamblea regional a los mensajes que le env¨ªan trabajadores del centro de acogida de menores de Hortaleza. Es el relato de un drama. El que lleva a j¨®venes tutelados por Madrid a buscarse la vida en la calle, seg¨²n denuncia la oposici¨®n, cuando llegan a la mayor¨ªa de edad, se extingue la responsabilidad de la Administraci¨®n, y no hay plazas para todos en los pisos de transici¨®n habilitados hasta que cumplen los 21. Un problema que no para de crecer, como el n¨²mero de menores migrantes que llegan a la Comunidad: en estos momentos, los ni?os llegados del extranjero representan el 90% de los 1.700 acogidos en el sistema regional, lo que supone 200 m¨¢s que en 2023, seg¨²n datos del gobierno.
¡°El sistema est¨¢ absolutamente colapsado¡±, dice Elena Gil, la portavoz de Espa?a de la Red Europea de Lucha contra la Pobreza. ¡°No estamos dando respuesta a todas las necesidades que hay¡±, a?ade. ¡°Eso lleva a truncar proyectos de vida¡±.
En 2016, 160 ni?os en acogimiento residencial en Madrid llegaron a la mayor¨ªa de edad, seg¨²n datos oficiales, lo que significa que tienen que dejar su centro u hogar de acogida. En 2020, 2021 y 2022, fueron m¨¢s de 300. Sin embargo, la red dise?ada para atenderles en esa nueva etapa sin la tutela de la Comunidad no ha crecido al mismo ritmo. En 2024 solo hab¨ªa 144 plazas en los pisos de transici¨®n a la edad adulta destinados a estos j¨®venes de entre 18 y 21 a?os. En 2025, seg¨²n el proyecto de Presupuestos, el n¨²mero apenas se incrementar¨¢ hasta 167. En paralelo, cinco extutelados por el gobierno regional han recurrido a la ayuda en la Red de personas sin hogar, seg¨²n documentaci¨®n enviada por el gobierno a la Asamblea, a la que accedi¨® EL PA?S.
El dato surge de una pregunta registrada en el Parlamento regional por Diana Carol Paredes, de M¨¢s Madrid. Seg¨²n la diputada, el gobierno auton¨®mico no tiene suficientes programas para ayudar a las personas tuteladas que cumplen la mayor¨ªa de edad: ¡°Es lamentable que a d¨ªa de hoy no se les d¨¦ un buen acompa?amiento, ni cuando son tutelados, ni cuando dejan de serlo¡±.
Lo mismo dice Lorena Morales, del PSOE. ¡°A los 17 a?os y 364 d¨ªas, un d¨ªa antes de cumplir la mayor¨ªa de edad, les ponen de patitas en la calle¡±, lamenta la diputada socialista, que un d¨ªa, en la Asamblea, se vio pidiendo en el restaurante un trozo de tarta para celebrar el cumplea?os de un menor que el d¨ªa anterior se hab¨ªa quedado sin techo bajo el que cobijarse.
Cuando uno crece sin padres, sin familiares en los que apoyarse, el Estado asume ese rol. En Espa?a, son las Comunidades Aut¨®nomas las encargadas de tutelar a los menores no acompa?ados en centros, o a trav¨¦s de familias de acogida. Cuando los ni?os cumplen la mayor¨ªa de edad y se convierten en adultos, ¡°empiezan los problemas¡±, se?ala Adolfo Rodr¨ªguez, vicepresidente del Colegio Profesional de Educadores Sociales de Madrid. ¡°La Comunidad de Madrid se desentiende¡±, a?ade. Y eso, asegura, tiene consecuencias.
¡°Es imprescindible que haya una plaza asegurada para cada chico en estos pisos¡±, comenta Rodr¨ªguez en referencia a que esos primeros meses como adultos son clave para su futuro. ¡°Muchos de ellos nunca han aprendido a hacer las cosas m¨¢s b¨¢sicas, como ir al supermercado, poner una lavadora o cocinar¡±, explica. ¡°No les han ense?ado¡±, lamenta. ¡°Por eso necesitan un periodo de adaptaci¨®n para entender cu¨¢l es su condici¨®n de persona adulta¡±.
Entre seis meses y un a?o en un piso
Michelle Villavicencio es educadora en uno de esos pisos de transici¨®n entre los 18 y los 21 a?os. All¨ª conviven siete j¨®venes. Cada seis meses, como m¨ªnimo, o un a?o, como m¨¢ximo, tienen que irse para dejar entrar a otros. Pese a que tienen que acostumbrarse a los nuevos compa?eros constantemente, los educadores que trabajan all¨ª se esfuerzan en convertir esas casas en hogares.
¡°Intentamos que tengan un espacio donde sean libres cuando vuelven del trabajo¡±, comenta. Villavicencio sigue haciendo seguimiento de los chicos una vez han emprendido su propio camino fuera de esas cuatro paredes. ¡°Muchos se acuerdan de m¨ª y me llaman. Yo siempre los ayudo en todo lo que puedo¡±.
Ese tiempo en el piso de transici¨®n es clave para ellos. Tienen casi todos los gastos cubiertos y pueden ahorrar durante los meses que est¨¢n all¨ª el 70% de lo que ingresan con los trabajos que consiguen. ¡°Suelen ser empleos muy precarios¡±, apunta la educadora. Trabajan muchas horas, cobran poco, sin extras, y tienen que pelearse con sus jefes para que les den vacaciones. ¡°Forma parte de su aprendizaje para entender en qu¨¦ consiste la vida adulta¡±, se?ala.
Desde el Colegio de Educadores de Madrid explican que el sistema para integrar correctamente los menores que han crecido sin padres est¨¢ mal planteado de ra¨ªz. ¡°Entendemos que el modelo de un centro donde hay muchos chavales juntos no funciona¡±, explica Rodr¨ªguez. Para poder ayudarles a desenvolverse como adultos, los grupos deber¨ªan ser m¨¢s reducidos. ¡°La mayor¨ªa de ellos no han tenido un referente adulto. Nosotros tenemos que conseguir ser uno y es importante que podamos tener un trato m¨¢s personal con ellos¡±. Por eso, se?ala el vicepresidente del Colegio de Educadores, no deber¨ªan ser espacios de m¨¢s de 12 personas. En el centro de Hortaleza es habitual que haya m¨¢s de 100 menores.
Cuando ese proceso no se da adecuadamente, cuando el sistema falla, el riesgo de exclusi¨®n social se dispara. Para un chico de 18 a?os, sin recursos, que entra directamente en la red de personas sin hogar, la remontada es casi imposible. Si se da mal ese paso de transici¨®n a la vida adulta, es muy f¨¢cil que estos j¨®venes acaben en la calle, explica Rodr¨ªguez. Eso abre la puerta a otros problemas, como adicciones o delitos para sobrevivir. ¡°Se les est¨¢ condenando a la exclusi¨®n social¡±.